Y llegó el día marcado en rojo en el calendario. Para el Celta, una temporada más que ilusionante tras la magnífica actuación el año pasado y los buenos fichajes conseguidos. Para el Leganés, la temporada de su vida tras 88 años deambulando por las categorías bajas de las ligas españolas y además conservando prácticamente el bloque que le brindó el ascenso. Un debut que se producía en el “nuevo” Balaídos todavía en condiciones algo caóticas a la espera de su completa remodelación pero con una gran entrada propia de un día tan señalado como este.

No solo debutaba el equipo madrileño en la Liga Santander, también lo hacía el árbitro Munuera Montero, que luego se vio algo sobrepasado por la exigencia de tan alto nivel. El partido comenzó como vaticinaban los expertos futboleros, con un dominio claro del conjunto gallego pero sin apenas acercamientos peligrosos, gracias en parte a la buena defensa de cinco que Asier Garitano preparó para este partido. No fueron los primeros 20 minutos más emocionantes de la liga si bien el Leganés empezó a perder el miedo al contrario. Avisaba Adrián Marín con un disparo flojo tras un córner, kriptonita de este Celta de Vigo (que no contaba en su once inicial con Gustavo Cabral por conducta indisciplinaria).

Abriéndose el partido, se abrió el tarro de las ocasiones, y el de los errores defensivos a la par. Orellana campaba a sus anchas por el campo con libertad y un balón en ¾ de campo lo ofrecía a Iago Aspas con lacito incluido para que el genio de Moaña lo enviase al fondo de la red, pero el línea asistente levantó la bandera incorrectamente y el tanto no subió al marcador. El golpe no bajó los brazos a los celestes, que siguieron con su verticalidad por el centro con el chileno Orellana y con las bandas formadas por Sisto y Bongonda, que cuajaron un excepcional partido. Muriendo la primera parte llegó la mejor ocasión para los pepineros, con una larguísima asistencia de portería a portería de Serantes que Guerrero no supo cómo batir a Sergio sin apenas oposición. Descanso con empate sin goles y con murmullo en la afición por esa increíble ocasión fallada por los visitantes.

El Lega abre la lata

En el segundo tiempo el fútbol del Celta no fue suficiente para llevarse los tres puntos. Lo intentaron sin ganas con Aspas como estandarte pero su mano a mano al inicio se fue a la derecha de Serantes. El juego lo ponía el Celta; la ambición, el Leganés y fruto de esa entrega y fuerza llegaba el primer gol de su historia en la liga de más alto nivel. Córner al punto de penalti, peina Machís y el balón lo recoge Víctor Díaz en el área pequeña para colocarlo al palo derecho, imposible pese a la estirada de Sergio Álvarez. Se le ponía cuesta arriba al Celta su primer partido en casa a falta de 20 minutos para su final.

Berizzo puso toda la carne en el asador pero este Celta sufre para materializar las jugadas. Tucu Hernández y Guidetti ingresaron al campo para darle más mordiente al ataque celeste pero la pólvora, a pesar del incesante calor que asola la ciudad viguesa, estaba húmeda y Aspas, el mejor de los celestes, había quemado todas sus balas sin llevarse el premio del gol. El Leganés tuvo sus oportunidades a la contra para cerrar el partido pero sus ataques fueron más con fe que con cabeza y el partido murió con el 0-1. Demasiado castigo para los celestes que vieron como su buen fútbol, elogiados por la crítica nacional no daba los resultados adecuados ante un Leganés que, con una brillante actuación defensiva y un talante impropio de un recién ascendido, cosechaba su histórica victoria en el feudo gallego. Esto acaba de iniciar pero los problemas asoman en el cielo gallego, unos problemas de altura.