En el estreno liguero del Celta en La Liga el juego del club olívico fue pésimo, el fútbol de combinación que siempre mostraban los de Berizzo desapareció contra un equipo recién ascendido, el Leganés. La falta de Nolito se hizo notar en la primera jornada, pues apenas se llegó a puerta y faltó chispa en la delantera, y el sustituto, Pione Sisto apenas apareció. Tras este partido, Berizzo tenía que corregir mucho para el siguiente encuentro.

Muchos decían que se iba a recibir una goleada en el Santiago Bernabeu por la imagen que dió el Celta en la primera jornada, ya que el "Toto" tenía que cambiar muchas cosas en el juego en menos de una semana. Sin embargo, el Celta estuvo a muy poco de sorprender en el estadio del Real Madrid. El club olívico le disputó la posesión al equipo madrileño y que tuvo ocasiones muy claras para adelantarse en el marcador. Los artífices del buen juego fueron los centrocampistas. El trío formado por Wass, Radoja y "Tucu" Hernández fue esencial en el medio del campo; fueron capaces de combatir con Kroos, Modric y Casemiro, y en ocasiones del partido los neutralizaron, manteniendo el esférico para los celestes y llegando a la portería defendida por Kiko Casilla, ya que Keylor Navas está de baja por lesión. 

En los primeros 45 minutos se pudo ver al Celta de las dos últimas temporadas, un equipo que quiere el balón, que lo cuida, y que quiere llegar con él a la portería, y que cuando no lo tiene, hace una presión asfixiante sobre el equipo rival, un marcaje al hombre que incluso sorprendió a Zidane y a los propios jugadores del equipo campeón de Europa. El club dirigido por Berizzo llegaba al descanso con un empate a ceros, y faltaba la segunda parte para poder puntuar en casa del Real Madrid.

Todo iba bien en el partido hasta que en el minuto 60, un mal despeje de Sergio acabó en los pies de de Modric, este dio un pase a Marco Asensio, pero que previamente pasó por Hugo Mallo, que pudo despejar si no fuera porque Morata le molestó viniendo del fuera de juego, y el balón acabó en la red.

Una de las virtudes positivas que tiene el Celta de Vigo es que sea quien sea el rival y aunque encaje un gol, nunca se rinde y busca la portería contraria. El gol de Marco Asensio parecía que iba a ser el final de las ilusiones del club celeste, pero no fue así, en el minuto 67, en una jugada entre Guidetti, Wass y Orellana surgió una jugada que no parecía muy peligrosa pero que al final acabó con un golazo de Fabián Orellana y las iluiones resurgieron otra vez.

Muchos equipos, si logran empatar en el Bernabéu, se encierran en su propio campo, sin embargo, el Celta siguió plantando cara y continuó disputando el balón al Madrid. Pasaban los minutos y el empate seguía en el marcador, hasta que en el minuto 81, Roncaglia erró en un pase y Toni Kroos logró marcar  el segundo para el Real Madrid. Desgraciadamente, el club olívico no consiguió empatar y se escaparon los tres puntos, una injusticia para el Celta por el buen fútbol y que perdió el partido por dos errores. Aunque no se consiguió puntuar, el Celta sale muy reforzado de la derrota y con el partido de ayer, se zanjan las dudas que se formularon en el primer partido.