El Córdoba CF afrontaba una de las salidas más complicadas de esta liga Adelante 2013/14. Visitaba la Romareda, dónde ha cosechado su tercera derrota consecutiva, que le aleja un poco más de los puesto de play off; de los que les separan dos puntos. 

Estaba en duda el compromiso de la plantilla del Córdoba, pero a Uli le bastó un minuto para demostrar que los jugadores, como han asegurado durante la semana, están a muerte con Pablo Villa. Los Califas iniciaron el partido muy seguros, con las líneas muy juntas y robando la pelota muy arriba, lo que provocó numerosas imprecisiones entre los jugadores rivales; además, la inquietud de la afición. Ante esto, Paco Herrera decidió recular y ceder el peso del partido a los visitantes; el Córdoba apostó por el juego vertical que viene practicando esta campaña. Pero por sorpresa, el mediocentro blanquiverde parecía desaparecido casi por completo, Luso Delgado apenas intervenía en el juego y se notaba la falta de minutos en el maño. Por lo que Iago tenía que recurrir a los balones largos una y otra vez. 

Conforme avanzaban los minutos, las oportunidades se multiplicaban para el Córdoba, gracias a la actividad de la línea de tres cuartos formada por López Silva, Pacheco y Pedro. Y en las botas de Uli volvió a estar la oportunidad para adelantarse en el marcador; pero el mexicano no estaba acertado de cara a puerta. Del lado maño, sólo Henrriquez creaba peligro, con desmarques rápidos y un juego muy móvil que hacia que los defensas califas perdiesen la referencia. Todo el peligro llegaba por parte de los andaluces y en apenas dos minutos gozó de dos ocasiones que fueron desperdiciadas, primero por Pedro y después por Pacheco.

Javi Álamo avisó con un disparo abierto al palo largo del portero que fue solventado con facilidad por Saizar. Pero sería en el minuto 38, cuando el partido estaba más atascado, llegó el gol de los de Paco Herrera. Una falta cometida por Iago Bouzón, fue tocada en corto por Movilla para que Rico, el lateral izquierdo, transformase con un zapatazo seco que se coló por el flanco derecho de la meta cubierta por Saizar, que poco o nada puedo hacer para detenerlo. Roger, al borde del descanso pudo matar el partido en un mano a mano contra el meta vasco. El marcador al descanso no hacía justicia a las ocasiones vistas en el verde. 

Tras la reanudación, las dificultades en el Real Zaragoza seguían presentes, pero el marcador les era favorable y no estaban dispuestos a asumir riesgos, por lo que dejaron nuevamente que el Córdoba llevase el peso del encuentro; que cambió el estilo y volvió a encontrar a Carlos Caballero en la medular. Las acometidas visitantes eran constantes, pero el gol del empate se restía.

Consciente de la importancia de los tres puntos, Pablo Villa, cuya cabeza peligraba, se la jugaba a una carta a falta de 30. Con un cambio que ya es bastante frecuente para la afición blanquiverde; lateral derecho por delantero y a jugar con defensa de tres.  Entró Mendi, la tuvo y revolucionó el partido. Hasta tal punto que llegó el gol, pero fue anulado por fuera de juego de Pedro

A penas dos minutos más tarde, nuevamente Mendi, sacó una falta de la nada en la banda derecha de ataque. Pacheco, botó el libre al primer palo y Uli, rápido, se adelantó a la zaga aragonesa empujando el balón al fondo de la red para colocar la igualada en el marcador. El partido seguía siendo un monólogo por parte del Córdoba, hasta que en la recta final del choque llegó la expulsión del recién ingresado Mendi, fruto de la inexperiencia. Esta acción determinante dio alas a un Zaragoza apagado que se lanzó adelante y propició un final de infarto que contentó más a maños que andaluces; pues conel minuto 90 ya cumplido, un tiro lejano de Jose Marí que parecía irse bastante desviado, rebotó el Iago Bouzón y llegó al fondo de la red ante la indignación de Mikel Saizar

La suerte no estuvo del lado cordobesista, pero los jugadores demostraron hasta el último segundo que están a muerte con Pablo Villa que se encuentra en la cuerda floja; pero todo depende del presidente que es quién tiene la última palabra. Las últimas horas pueden ser claves para el futuro de Villa, cuya destitución no sería bien aceptada entre la afición, que también tiene plena confianza en el Gladiador