Hablar de horas bajas tal vez sería un poco precipitado, pero salta a la vista que por la ciudad califal no se atraviesan buenos momentos. Con el equipo en decimotercera posición y con el entrenador cuestionado; dicho de paso, probablemente sólo por el presidente. La unión entre la afición y el plantel es latente un año más; pero quizá este nexo no es tan fuerte entre los mandamases y el equipo. A pesar de que fueron los dirigentes quienes apostaron por una reconstrucción, la cual se debía desarrollar en torno a un hombre de la casa. Los resultados no convencen, pero desde la entidad siguen vendiendo humo, haciendo soñar con un ascenso que cada vez se antoja más complicado; y no por números precisamente.
Los de Pablo Villa llegan a la décimo octava jornada con la obligación de sumar de tres en tres. Tres derrotas consecutivas y cuatro puntos de los últimos quince, son los detonantes de esta situación. Esta jornada no cabe otra que conseguir la victoria, tanto por la importancia de sumar los tres puntos como por parte anímica. Puesto que la última, no fue una derrota fácil de digerir. Un partido contra el Zaragoza que bien se podría definir como un monólogo blanquiverde en cuento al global del partido; pero al que la suerte dio de lado en el último suspiro para arrebatarle un punto muy sufrido con un gol en propia meta. “El objetivo sigue intacto”, reiteran desde la presidencia y para ello, hay que hacer del Arcángel el fortín que fue; y en las salidas, ser fuerte, no ceder..
En frente tendrán al Tenerife, uno de los recién ascendidos desde la segunda división B, aunque todo un clásico del fútbol español. Los de Álvaro Cervera llegan en el mejor momento de la temporada. Los insulares no conocen la derrota en los últimas ocho jornadas; entre las que destaca un abultado 3-0 frente a su eterno rival, la UD Las Palmas. Gracias a esta excelente racha, ocupan la decimocuarta posición en la tabla, justo por debajo del Córdoba y ambos con el mismo número de puntos; veintitrés.
Los locales no llegan en óptimas condiciones al choque liguero. Fran Cruz, un fijo para Pablo Villa, se perderá el encuentro tras caer lesionado en la Romareda. Al canterano se le suman las bajas ya conocidas de Pelayo y Strahman. Y una semana más Xisco, tras entrenarse al margen del equipo, causará baja por molestias. La duda recae en el lateral derecho, Campabadal salvó la papeleta en su debut y Janse, que sigue sin convencer, parece no estar recuperado para afrontar noventa minutos. Álvaro Cervera, tampoco tendrá a su disposición a toda la plantilla, al no poder contar con Raúl Cámara, que venía siendo de la partida en el lateral izquierdo, por lo que se prevé que Llorente tenga su oportunidad en el once.
El propio Raúl Llorente, que podría ser la sorpresa en el once, compareció en rueda de prensa previa al partido y recalcaba sobre todo la intensidad del conjunto andaluz además aseguró que "el Córdoba es un muy buen equipo y muy competitivo". El zurdo también tuvo palabras sobre la condición de local del Córdoba CF: "es una plaza muy buena, porque llevan tres jornadas seguidas perdiendo, pero irán con el equipo arriba a ganar y si somos inteligentes ellos se pondrán nerviosos y tendrán que atacar". Del lado cordobesista, Iago Bouzón, por si quedaban dudas, acentuó que el equipo está a muerte con el entrenador. E hizo autocrítica con la mala racha que atraviesa la zaga: “habría que analizar porque ahora encajamos más goles cuando nos generan menos ocasiones”.
En este matrimonio, la afición, es la pieza que aún no ha fallado, así que los jugadores tienen la oportunidad de devolver la ilusión al graderío, de darle un motivo por el que no perder la esperanza y seguir creyendo. Y sobre todo de salvar la dura papeleta que se le presenta a Pablo Villa; aunque en este caso, el factor casa juega a favor.

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