Dura derrota la sufrida por el Córdoba en el Nuevo Arcángel. Los de Ferrer volvieron a adelantarse en el marcador, pero no supieron mantener su ventaja, y en el tiempo de añadido un grave error de Raúl Bravo causó el segundo tanto de los maños, que se llevaban una victoria que apenas habían buscado.

Ferrer repitió el once con el que ganó en el Mini Estadi, y el encuentro comenzó muy bien para el equipo local. A pesar de que el dominio de balón era alterno, los blanquiverdes combinaban con mayor rapidez y verticalidad, alternando el juego en corto y en largo, por lo que la sensación de peligro era mayor.

Arturo se mostraba muy activo en los desmarques, buscando siempre la espalda a los centrales, y en uno de ellos se internó en el área y la puso atrás, donde no pudo llegar Uli Dávila y Abel, en posición algo forzada, disparaba muy alto desde la frontal. El Zaragoza respondió con un cabezazo de Álvaro a la salida de un córner botado por Luis García.

Pedro adelanta el Córdoba

Fue el preludio del gol, ya que pocos minutos después, de nuevo un balón largo hacia Arturo dejaba al delantero en el área, y tras pelea con Cidoncha (en la que se pidió falta del delantero), se adueñaba del balón para poner el pase de la muerte hacia Pedro, que remataba a placer para marcar el primer tanto del partido. Se le ponía pronto de cara el encuentro a los locales.

Tras el gol, el Zaragoza se adueñó del balón y el Córdoba dio un pasito atrás, cediendo terreno para buscar las contras. Sin embargo, le costaba generar juego en ataque, y más cuando Barkero tuvo que retirarse lesionado del campo, y en su lugar entró Paglialunga. Las ocasiones para el Zaragoza no llegaban.

Mientras tanto, el cuadro andaluz disponía de buenas opciones en jugadas aisladas. Así, un balón a la espalda de la defensa lo aprovechaba Uli Dávila para plantarse ante Leo Franco, que le aguantó bien, y el intento de vaselina del mexicano lo acabó despejando la defensa maña. La única ocasión de los visitantes, clarísima eso si, llegó en un error de Bouzón en el área, que perdió el balón ante Montañés en un intento de regate, pero el ex del Alcorcón se entretuvo y con todo a favor entregó un pase demasiado adelantado al que no pudo llegar Roger.

El Córdoba respondió nuevamente con una gran ocasión en las botas de Arturo, que estuvo algo lento y disparó fuera obstaculizado por Álvaro. Y en un rechace de la defensa visitante, Uli Dávila también dispuso de una buena opción en la que tampoco pudo batir a Leo Franco.

Posesión visitante, pero sin peligro

En la segunda mitad, la entrada de Victor Rodríguez dio otro aire al ataque visitante, ante un Córdoba que salió con una mentalidad demasiado defensiva. El Zaragoza jugaba todo el tiempo en campo contrario, con un Victor muy activo moviendo el balón en la mediapunta, pero las ocasiones no llegaban. El primer disparo a puerta llegó por medio de Montañés que detuvo sin problemas Juan Carlos.

Los minutos pasaban y todo seguía igual. Incluso los blanquiverdes se animaban algo más en ataque con la entrada de Nieto, que dotó al equipo de mayor profundidad por la derecha. En una acción suya, el pase atrás no lo aprovechó Pedro, quien disparó mal en una buena posición.

Cidoncha empata a balón parado

En una jugada por la izquierda de los maños, Iago Bouzón cortaba en falta la progresión de Roger. La falta la botó perfecta Victor para que el central peinara alojando el balón el fondo de las mallas ante la mirada de Juan Carlos, que no pudo hacer nada para evitar el tanto del empate. De nuevo el Córdoba veía como le empataban en casa un partido que empezaba ganando, y el nerviosismo llegaba a las gradas del Arcángel, descontentos con el paso atrás del equipo.

Restaba poco más de un cuarto de hora de partido, y el Córdoba quiso intentarlo con más corazón que cabeza, y con un físico que llegaba muy justito a los minutos finales, y más en el mediodía caluroso que se vivía en la ciudad andaluza.

Roger da el mazazo definitivo

Cuanto todo parecía abocado al empate, una pérdida de Xisco en ataque propició un balón largo buscando a Roger. Raúl Bravo cometía un error de principiante al correr sin mirar el balón, y Roger lo aprovechó para ganarle la partida y batir de tiro cruzado en el mano a mano a Juan Carlos, para dar tres puntos tan inesperados como importantes para el Real Zaragoza.