Xisco Jiménez es uno de esos futbolistas que nunca se rinde, que lucha por su pasión hasta el final, y así lo demostró en el mundo del fútbol.

Todo comenzó en Galicia

Empezó su carrera deportiva en el equipo que le ha dado todo en este 'mundillo', en el Deportivo de la Coruña en el año 2004, para dos años después acabar cedido en el Vecindario, marcando 13 goles en 27 partidos, algo que no pasó desapercibido para los coruñeses que lo trajeron de vuelta a casa en 2007. Marcó 9 goles en 25 partidos y su buen estado de forma hizo que llamaran a su puerta grandes clubes europeos, pero al final se decidió por la Premier League.

Newcastle, primera parada

Todo hacía pensar que tras ir a Inglaterra todo sería mejor, pero no fue así. Fue fichado por su gran estado de forma en esos momentos, pero no tuvo mucha suerte. En su primer año marcó 1 gol en 5 partidos, pero al año siguiente fueron peores los registros goleadores en menos partidos todavía: 0 goles en tan sólo 2 partidos. Esto hizo que volviera, en calidad de cedido, a España, al Real Racing Club, en el cual marcó 3 goles en 23 partidos.

Entre unas cosas y otras, el atacante balear, volvía a Inglaterra para volver a probrar suerte en Newcastle, pero no tuvo mucha. En el mercado de invierno volvería a recalar, de nuevo cedido, en el Deportivo, dónde estuvo hasta 2012, marcando 5 goles en 25 partidos.

A probar suerte y asentar cabeza en Córdoba

Fichado para 3 años, se veía en Xisco el delantero referencia para los blanquiverdes. Mejoró sus registros como goleador marcando en su primera "media temporada", ya que llegó en el mercado de invierno, 8 goles, muchos de ellos importantes para los intereses blanquiverdes. Jugó contra el FC Barcelona, en lo que sería algo histórico para los califales tras 42 años sin jugar contra los culés, pero ese año no se conseguiría el objetivo: el ascenso a la Liga BBVA.

El año siguiente sería el definitivo. Tras un gran inicio de temporada, Pablo Villa sería destituido en favor del 'Chapi' Ferrer, y el delantero tendría un papel fundamental para la consecución del ascenso tras 42 años de travesía por el desierto. En el momento menos esperado y cuándo nadie daba un duro por este equipo, lo hicieron, y Xisco Jiménez estuvo viendo como entraba la pelota que Uli Dávila empujaba hacia el fondo de las redes en Gran Canaria.