La vuelta del Córdoba CF a la máxima categoría del fútbol español después de casi cincuenta años trajo consigo una enorme ilusión a la ciudad. Córdoba es una ciudad futbolera, pero se había encontrado escondida durante cinco décadas por unos malos resultados y crisis tras crisis del club, llegando a estar en divisiones no profesionales. Pero la temporada pasada, tras el ascenso tan peculiar conseguido en el Estadio Gran Canaria, parecía que todo había cambiado. La ciudad entera se volcaba con el club, pese a las diferencias encontradas entre directiva y afición. Todo se echaba a un lado por una buena causa.

La confección de la plantilla generó diversas dudas, desde la petición del técnico del ariete japonés HavenaarY así se llegó al verano, siendo Pedro Cordero el máximo responsable de realizar una plantilla de ensueño, que sería dirigida por Albert Ferrer, quien había conseguido algo para algunos imposible: ascender al Córdoba a la liga BBVA. La confección de la plantilla generó diversas dudas, desde la petición del técnico del ariete japonés Havenaar, hasta los laterales Campabadal y Gunino, que dejaban mucho que desear para competir en la categoría. 

Sin embargo, tras dar una gran imagen en la primera jornada en el Bernabéu, todo parecía muy distinto. Pero no iba a ser así. El equipo no gustaba. Albert Ferrer nunca repetía alineación, lo que hacía pensar si el propio técnico no era capaz de encajar las piezas. Además, los resultados no acompañaban. La excusa que se usaba era la plantilla. Se decía que no servían para jugar en primera, que no tenían ni actitud ni aptitud. El equipo blanquiverde era colista y seguía sin ganar ningún partido, lo que se estaba convirtiendo en un auténtico récord. 

Djukic generaba incertidumbre, sobre todo por su última etapa en el ValenciaY la directiva dijo basta. Tras la derrota en casa ante el Málaga por uno a dos, muy injusto ya que la derrota pudo ser mucho más abultada, la directiva decidió destituir a Ferrer y traer a Miroslav Djukic. El técnico generaba incertidumbre, sobre todo por su última etapa en el Valencia. Pero la realidad sería muy distinta. Tras empatar ante la Real Sociedad y perder en el Calderón, aunque con muy buena imagen, empezaría a dar fruto el gran trabajo del técnico serbio. Llegaba el Deportivo, con el que se empataría a cero, pero dando una imagen de saber a qué se juega. Y esa es la gran clave del técnico. 

Desde su llegada, siempre dejó claro una cosa: imprescindible era conseguir una solidez defensiva. Djukic aseveró que para competir era necesario mantener la portería a cero y a partir de ahí, ir sumando. Así se plantaron en el campo del Elche, donde tras sesenta minutos impecables, se ganaba por dos cero. Sin embargo, se echó todo por la borda ya que en cinco minutos los locales consiguieron empatar. Empate con sabor agridulce, pero había que quedarse con la imagen. Esto empezaba a cambiar. Tras la derrota en casa ante el Villarreal, algo presumible a priori, llegaría la visita a San Mamés, lo que sería un gran punto de inflexión.

El Levante, equipo de Lucas Alcaraz al que es muy difícil jugarle, ya que su conformismo llega a desesperarMas allá de que el Athletic no estuviese fino, hay que quedarse con el partido más que serio que realizaron los de Djukic. Aquel gol de Ghilas daría la primera victoria en primera tras casi cincuenta años. Poco a poco, todos empezarían a creérselo. Y con una gran euforia llegaría el Levante, equipo de Lucas Alcaraz al que es muy difícil jugarle, ya que su conformismo llega a desesperar. Empate a nada pero con varias ocasiones fallidas que estuvieron a punto de ser la segunda victoria consecutiva, algo que se conseguiría posteriormente. Antes de Navidad, llegó la rajada de Djukic sobre sus jugadores, al que les pidió “cuchillo entre dientes”, tras la derrota por cinco a cero en el Camp Nou.

Y tras las vacaciones navideñas, llegaría la materialización de ese gran trabajo. Dos victorias consecutivas, tres goles a favor y cero en contra. El día de Reyes, se conseguía ganar dos a cero al Granada; y el otro día se conquistaba Vallecas gracias al gol en propia puerta de Abdoulaye. Seis puntos de seis, lo que permite al Córdoba CF salir del descenso, situándose décimo quinto, siendo junto al Sevilla el mejor equipo del año dos mil quince.

El técnico serbio ha conseguido implantar una seña de identidad en el equipoTodo esto hace pensar del trabajo del técnico anterior, ya que hay que recordar que los buenos resultados conseguidos por Djukic ha sido con la misma plantilla con la que contó Albert Ferrer hasta su destitución, o mejor dicho, nos hace pensar del excelente trabajo del entrenador actual. El técnico serbio ha conseguido implantar una seña de identidad en el equipo, es decir, saber a qué se juega. A partir de una solidez defensiva, con Deivid en el centro del campo, lo que permite más unidad al conjunto en el terreno de juego, el equipo ha sido capaz de competir ante cualquier rival. Además, también hay que destacar el gran trabajo psicológico que ha ejercido Djukic sobre los jugadores, a los que un cambio de actitud ha permitido no encajar goles en los últimos dos encuentros. Claramente podríamos encontrarnos ante Miroslav Djukic, “El Salvador”.