Y llegó la cuarta. Tras la dura derrota cosechada la semana pasada ante un rival directo como el Almería, el equipo blanquiverde visitaba uno de los campos más difíciles de toda la liga. El Sánchez Pizjuán lleva mucho tiempo sin ver una derrota de los suyos, pero tras la derrota más que sorprendente ante el Getafe, se empezaban a generar dudas, sobre todo tras perder la cuarta plaza.

Cuarta derrota del Córdoba CF que sigue en descensoY con todo esto llegaba el equipo de Miroslav Djukic a Nervión. Hay que sumar las numerosas bajas que tenían los locales, lo que daba esperanza de poder sacar algo positivo. La baja de Fausto Rossi, jugador clave en la medular, fue sustituida por un trivote formado por Zuculini, Deivid y Khrin. Así que desde primera hora ya dejaba claro el preparador serbio el planteamiento para el partido. Tras los dos goles recibidos la pasada jornada, insistió en la importancia de la defensa. Desde su llegada no ha parado de repetir su objetivo: formar un equipo a través de una defensa sólida. Se fue consiguiendo, pero la semana pasada se empezaron a ver distintos errores. Y ante el Sevilla, se volvió a repetir todo lo negativo. El trivote fue un espejismo, y se quedó en la pizarra, ya que en el terreno de juego no se vio reflejado en ningún momento. Djukic buscaba cerrar pasillos interiores e intentar parar y frenar la circulación de balón por el centro del campo sevillista, pero no consiguió ni lo primero, ni lo segundo. El Sevilla dominó de principio a fin, y eso que no le hizo falta ni pisar el acelerador. 

El partido comenzó según lo imaginado. El Córdoba se plantó muy serio en el campo, cerrando líneas de pases, buscando recuperar para salir rápido a la contra e intimidar la portería de Sergio Rico. Por el otro lado, el Sevilla era amo y señor del balón, pero con poca utilidad. Tenían la posesión de balón pero no eran capaces de llegar a portería y ocasionar peligro. Ghilas y Heldon tuvieron alguna ocasión a traves de contraataques rápidos. El partido tenía un guión claro: el Sevilla tenía paciencia buscando el espacio y algún desajuste defensivo de los visitantes para abrir el marcador, mientras que los califales se encontraban cerrados atrás y buscando algun contragolpe pero sin prisa, y con un juego rápido y dinámico.

Las oleadas sevillistas

Los dos goles sevillistas en cinco minutos decidieron el partidoEl encuentro estaba, dentro de lo que cabe, muy igualado. Cada equipo jugaba con sus cartas y buscaban hacer daño al rival a través de sus puntos fuertes sobre las debilidades del contrario. Pero en el minuto treinta y ocho, Krychowiak conseguía adelantar a los locales mediante un potente cabezazo que batió a Juan Carlos.

Con el gol, se animó y volvió loco el partido. El Córdoba se encontró confundido y sin saber si ir al ataque o esperar el descanso. Esto lo aprovechó el Sevilla para marcar el segundo gol del partido y aumentar la diferencia. Un desajuste tras otro de la defensa blanquiverde dejaron solo a Bacca que la empujó para anotar el segundo. Un claro ejemplo de la "no" defensa sólida que pedía Djukic y veía necesaria para competir en la máxima categoría. Con el dos a cero se llegaría al descanso.

Doble cambio frustrado por la expulsión 

Tras el descanso, el técnico blanquiverde se mostró atrevido realizando un doble cambio con una clara intención ofensiva. Entraron Bebé y Ekeng por Zuculini y Deivid. Pero el resultado no fue el esperado, ni mucho menos. El Sevilla siguió dominando el encuentro, que se abría cada vez más. Además, en una acción infantil de Ekeng, se fue a la ducha cuando solo llevaba tres minutos sobre el terreno de juego. Con el miedo a una goleada, Djukic introdujo a Abel Gómez por Heldon. Cierto que era un cambio defensivo cuando el resultado era negativo, pero el mensaje ya era claro: aguantar todo lo posible y aunque ya estuviese perdido el partido, el objetivo era no salir goleado y por una derrota demasiado abultada del derbi andaluz. 

La expulsión infantil de Ekeng fue equilibrada por la de KrychowiakPor lo tanto, el partido ya se volvió algo más que aburrido y muerto. El Sevilla se tomó un respiro, y menos mal para los intereses blanquiverdes, mantuvo el control del juego y tuvieron alguna ocasión, aunque con no mucho acierto de cara a portería. El Córdoba esperó y no arriesgó nada. A falta de quince minutos para el final, Iborra remataba a placer ante la mirada pasiva de la defensa cordobesista. Cinco minutos antes, el autor del primer gol, Krychowiak, sería expulsado por una fea entrada sobre Khrin. Sin tiempo para más, el encuentro terminaría tres a cero.

En conclusión, goleada, aunque pudo ser mayor, la del Sevilla FC sobre el Córdoba CF en un partido sin historia a partir del segundo gol de Bacca. Una primera media hora igualada donde ambos equipos pudieron adelantarse en el marcador, que se vio marcada por los dos goles en cinco minutos de los locales, que remató el partido. Además, la expulsión de Ekeng terminaría con las esperanzas blanquiverdes. Cuarta derrota consecutiva de los de Djukic, que seguirán en descenso una semana más pero lo que es todavía peor, llegó la imagen de principio de temporada de un equipo incapaz de competir en la categoría.