Como suelen decir, la liga es muy larga y cada partido es una final. Pues bien, el Córdoba lleva en esta segunda vuelta seis finales perdidas y no se vislumbran signos de que esta mala racha se pueda cortar.  Además, al equipo le rodean temas extradeportivos como la salida nocturna de una serie de jugadores. Este entorno no esta favorenciendo deportivamente a la plantilla ya que Djukic decició tomar medidas en la convocatoria y, posteriormente, en el once. Para hacer notar su disciplina, el serbio dejó en casa a Ghilas, para él un referente en la plantilla y un jugador que debe dar ejemplo.

Dicho esto, el Córdoba saltaba al terreno de juego con Saizar que repetía titularidad; Campabadal, Pantic, Crespo y un novedoso Fede Vico; en el medio estaban Krhin y Rossi con Fede Cartabia en la mediapunta; arriba Heldon, Borja y Florin Andone. Bebé y Juan Carlos se quedaban en el banquillo al igual que Edimar y Deivid no estaba ni convocado. 

Realmente el partido tuvo un antes y un después muy claro en el descanso y que se hizo visible sobre todo con la entrada de Bebé por un desaparecido Heldon Ramos. La segunda mitad fue un claro ejemplo del camino y juego a seguir pero ,como ya suele ser una tónica habitual de los partidos, el Córdoba solo disputó una parte. 

Primera mitad sin juego

Al comienzo del partido, Djukic decidió, o eso mostró el equipo sobre el terreno de juego, que el objetivo era no encajar. Ya advirtió el serbio en la rueda de prensa previa al partido que al Córdoba le crean pocas ocasiones pero en esas pocas le hacen gol, y esto mismo ocurrió en Cornellá. El Córdoba estaba muy bien plantado en defensa con líneas muy juntas cerrando espacios pero el ataque era nulo. Se repitió algo ya sucedido frente al Valencia, muchas imprecisiones en los pases cortos y un abuso del juego largo o pelotazo. En el aspecto defensivo, Heldon Ramos y Borja García ayudaron mucho a los laterales y Fede Cartabia ayudó en el medio. Florin presionó con intensidad. Un único despiste de colocación en una dejada a un centro lateral supuso el solitario tanto del encuentro obra de Abraham de estupendo disparo desde la frontal. 

Todo el ataque pasaba por Florin que bajaba algún que otro balón aéreo y que Cartabia y Borja intentaban transformar en peligro sin fortuna

El problema, por tanto,estaba en el plano ofensivo. Como ya he comentado, era nulo pues Krhin y Rossi no recicibían muchos balones y se jugaba directamente con los de arriba. El juego por bandas no existió en ningún momento. Heldon se limitó a ayudar a un horroroso y desacertado Campabadal. Borja García hizo un partido notable pero tendía siempre a jugar por dentro dejando la banda a Fede Vico, que poco subió en esta mitad. Todo el ataque pasaba por Florin que bajaba algún que otro balón aéreo que Cartabia y Borja intentaban transformar en peligro sin fortuna. Faltaba un apoyo al rumano, Ghilas por ejemplo.

Gran segundo tiempo

Esa soledad ofensiva se solucionó con la entrada de Bebé por el desaparecido Heldon Ramos. Cuando Bebé quiere y se centra, es obvio que es clave para la salvación del Córdoba, y más sin lo juntas con Ghilas ( para jugar y no para salir). La entrada del luso fue determinante y el juego del conjunto cordobesista cambió por completo. Un imperial Krhin y un potente Pantic sacaban los balones de atrás y Borja y Cartabia los transformaban en peligro, esta vez de forma más acertada.

Una nota positiva fue la actitud de Fede Vico, un puñal por el carril izquierdo ocupándo el espacio dejado por Borja. Bebé aporovechaba los movimientos de sus compañeros para realizar internadas y disparar. Florin seguía pelenándose con Héctor Moreno y Álvaro bajando esféricos que Bebé aprovechaba. A pesar del gran juego demostrado, el gol no llegaba. Una serie de saques de esquina seguidos pudieron poner el empate al igual que algún despiste de la defensa perica desaprovechado por los blanquiverdes. En defensa en equipo mantuvo la compostura y la entrada de Zuculini no supuso cambio alguno.

En definitiva, el Córdoba realizó cambios y seguirá haciéndo en busca de un camino o un rumbo que seguir. La segunda parte dio esperanzas de un juego que se debe afianzar. Todo torero desea acabar con el toro para salir victorioso. En muchas ocasiones, es necesario una estocada definitiva. El Córdoba torea a sus rivales en su plaza y en visitantes. Pero siempre recibe una cornada definitiva y sin solución. Sin estoque no se puede salir victorioso, y ese estoque es Nabil Ghilas.