El Córdoba afrontaba un partido clave para la salvación, tras 6 derrotas consecutivas, partía como último clasificado y, aunque lograse la victoria, no saldría de los puestos de descenso, pero volvería a estar en la lucha por la salvación. Por el contrario, si perdía, la situación se volvería extrema, la salvación pasaría a ser, prácticamente, un imposible.

Partido decisivo

La plantilla estaba concienciada de la importancia del encuentro ante el Getafe y Djukic propuso una revolución en el once (Borja García, Ekeng, Fede Vico) buscando la faceta más ofensiva de los blanquiverdes. Pero nada de esto sirvió cuando, finalmente, la desgracia se volvía a cebar con el Córdoba. El partido parecía ganado, pero dos goles del Getafe en los últimos 5 minutos daban la vuelta al marcador, uno de ellos un espectacular gol en propia puerta de Fede Vico. Se consumaba la séptima derrota seguida y los jugadores marchaban cabizbajos a los vestuarios, hundidos, sin saber qué podían hacer para logar la ansiada victoria.

Comienzo del gusto de Djukic

El comienzo era apetecible para el Córdoba, un partido de ida y vuelta podía exaltar las habilidades de los delanteros locales. El ímpetu inicial quería verse correspondido con un tempranero tanto que encarrilase el partido.

No fue así, Ghilas no estaba acertado, Bebé tuvo uno de los peores partidos desde que viste la elástica blanquiverde, Cartabia estaba encorsetado en la banda sin sacar mucho partido a sus habilidades, Borja no era eficaz con el último pase... Irónicamente, el mejor del partido fue Fede Vico, un puñal por la banda izquierda que llegaba a línea de fondo, sacando buenos centros y grandes oportunidades.

Los porteros no tuvieron mucho trabajo, se veía que el partido se iba a ganar en la defensa, casi más que en el ataque. Los contragolpes se sucedían, pero las zagas de ambos conjuntos estaban acertadas; y cuando fallaban, no conseguían materializar las ocasiones los delanteros.

Consumida la mitad de la segunda parte, ambos técnicos decidieron hacer uso de su banquillo, buscaban un revulsivo que decantase la balanza. Como dicen en Italia, se veía venir el gol partita, un único gol que decidiese el partido.

Djukic decidió introducir en el campo a Florín Andone que ejerció de microondas, faltaba la figura del '9 de área'. Combinaron con él, le botaron centros constantes, y en poco menos de 10 minutos de juego, consiguió el ansiado gol que abría la lata.​​

Se adelanta el Córdoba, remonta el Getafe

El Córdoba se adelantaba y Franco, entrenador interino de los madrileños, había introducido nuevas variantes con Babá o Yoda. Pero el que metió en el partido al Getafe fue, desafortunadamente, Fede Vico.

Un centro desde línea de fondo lo desviaba con una espectacular espuela - medio escorpión- y hacía imposible la estirada de Saizar.

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El Córdoba se vino abajo, tenían muy cerca la victoria y en el minuto 87 se les escapaba. El Getafe se volcó a la ofensiva. El colegiado dio tres minutos de añadido y en el 92', Juan Rodríguez conseguía darle la victoria al Getafe con un genial testarazo en un córner.

Situación crítica para el Córdoba

Los jugadores marcharon abatidos, la salvación se alejaba, lo habían tenido muy cerca, una grada que pocos minutos antes se encontraba exultante, huía del Arcángel entre silbidos para los jugadores y coreando el ya conocido cántico de “esta camiseta no la merecéis” o el de “jugadores mercenarios”.

El Córdoba se encuentra en una difícil situación, pero no se nos debe de olvidar que es muy parecida a la que ya ocurrió en la primera vuelta. El Córdoba tiene un comienzo de vuelta muy duro, pero muy pronto se habrán pasado estos partidos difíciles, y llegarán todas las finales. Ha de centrarse en mejorar, cambiar de actitud, y las victorias llegarán, como así ocurrió en la primera vuelta y, de ser así, se conseguirá mantener al club en Primera División.