El encuentro ante el Getafe deparó en la séptima derrota consecutiva. Pero esta vez dolió mucho más que el resto de partidos. No todos los días se pierde en cinco minutos el trabajo realizado en los ochenta y cinco minutos anteriores. Además, el bajón anímico aumenta a causa de las victorias de todos los rivales directos, lo que aleja al Córdoba CF a siete puntos de la salvación. Y todo esto a falta de doce jornadas. Que llegue la ayuda divina, porque empieza a necesitarla el conjunto andaluz.

Miroslav Djukic y sus jugadores se estarán preguntando qué hay que hacer para ganar en la liga BBVA. Y es que un partido tras otro, la imagen no es mala, siendo en muchas ocasiones superiores al rival, algo que no se ve reflejado en los resultados, ni por supuesto, en la clasificación. Unos pobres números que dejan la posibilidad de la permanencia en un auténtico milagro, poco visto a lo largo de la historia del fútbol español. 

Cambios obligados en defensa y en el doble pivote, más dos novedades en ataque

En este caso, ante el Getafe, el planteamiento del preparador serbio volvió a sembrar numerosas dudas. Bajo el 1-4-2-3-1 como sistema, realizó diversos cambios respecto a los anteriores partidos. El primero, obligado por sanción, suponía la entrada de Íñigo López por Pantic en el centro de la zaga, lo cual notó claramente la defensa califal. La contundencia y solidez que aporta el central serbio no la proporcionó Íñigo en ningún momento. La falta de ritmo se hizo notoria a lo largo de los noventa minutos, en los que el Getafe, con muy poco, hacía daño a la defensa blanquiverde. El segundo cambio también fue obligado, ya que Khrin se volvió a resentir de sus molestias y no entró ni en la convocatoria. Para ello, Djukic colocó el doble pivote que había probado ante el filial en el amistoso, formado por Ekeng, que volvía tras la sanción, y Zuculini. Y ninguno de los dos se encontraron cómodos en ningún momento. El camerunés no estuvo ni en ataque ni en defensa. Su bajo nivel táctico quedó latente jugada tras jugada, donde solo su gran físico era capaz de esconder sus deficiencias. Además de su vocación ofensiva, limitada debido a su nivel técnico, más bien escaso. Querer y no poder, fue el lema de Patrick Ekeng. Por el otro lado, Zuculini no se encontró ni a él mismo. En la salida de balón era el encargado de asumir toda la responsabilidad, y solo provocó pérdidas de balón constantes en zonas muy peligrosas para los intereses blanquiverdes.

A parte de los dos cambios obligados, el técnico blanquiverde incorporó dos novedades en la faceta ofensiva. La entrada de Ghilas, tras el castigo, y Bebé por Heldon Ramos y Florín tenían como objetivo dar aire fresco a la delantera. Algo que solo consiguió el argelino, que fue el mejor, para variar, del Córdoba CF. Se peleó constantemente con la defensa azulona, causando peligro en todas sus intervenciones. En cuanto al otro protagonista, Bebé, no tuvo la misma fortuna que su compañero. El extremo no estuvo nada bien, volviendo a pecar de individualista una y otra vez, desesperando a la afición, que le pitó al ser sustituido, e incluso a sus propios compañeros, como se pudo ver en alguna jugada en la que Ghilas le recriminó el no asociarse más.

La pizarra de Djukic funcionó, pero se echaría a perder en cinco minutos

Tras una primera parte en la que el Córdoba no realizó un buen juego, Miroslav Djukic buscó la reacción con la entrada de dos jugadores ofensivos, como son Fidel y Florín. El equipo andaluz no tenia ideas con el balón y no era capaz de intimidar a Guaita, salvo en alguna ocasión Ghilas. Primero, con la entrada del delantero rumano por Fede Cartabia cambió al sistema de 1-4-4-2, en busca de más presencia ofensiva. Necesitaban los tres puntos, y el cambio buscaba la victoria. La entrada de Fidel por Bebé no supuso ningún cambio táctico, sino solo la sustitución de hombre por hombre. Las constantes individualidades sin resultado del ex diablo rojo, provocó el cambio por parte de su técnico. Y con ello, llegarían las ocasiones, lo que provocaba el retroceso en las líneas visitantes, que se empezaba a conformar con el empate, visto el asedio blanquiverde. Y el gol no se haría esperar, ya que Florín consiguió anotar el uno a cero.

Para conservar el resultado, el entrenador cordobesista introduciría a Fausto Rossi por Borja García, que había realizado un más que notable partido. El Getafe iría a por el empate y se encontraría con los tres puntos, debido a dos errores puntuales por parte de los locales. En el empate, más allá de que Fede Vico se encontrase con la mala suerte, el conjunto azulón se plantó dentro del área con demasiada facilidad. Y del segundo tanto poco hay que decir, ya que las marcas en el córner no fueron nada buenas.

En definitiva, dos errores demasiados “infantiles” para lo que había en juego, nada más y nada menos que el poder seguir vivo en la pelea por la permanencia, que deja al Córdoba CF colista, a siete puntos de la salvación, y a un Miroslav Djukic muy cuestionado, tras siete derrotas consecutivas, además de una afición que poco a poco pierde la ilusión.