El equipo blanquiverde regresaba al estadio El Arcángel unos días después de la clara derrota del pasado sábado frente al Alcorcón con la intención de dar una alegría a la afición y recuperar el buen juego mostrado en la primera jornada. En esta ocasión en una competición especial para los equipos de Segunda pues pasar de ronda supone estar más cerca de enfrentarse a clubes de la máxima categoría. Sin embargo, los entrenadores suelen utilizar estos partidos para alinear a los menos habituales con el objetivo de darles confianza y la posibilidad de generar una buena opinión tanto para el entrenador como los aficionados y luchar por la titularidad.

La idea de juego

El conjunto de Oltra salía al campo con un once plagado de novedades y de canteranos. Dejaba atrás el 4-4-2 con el que se supone que el equipo jugará la mayoría de encuentros y probaba un 4-4-1-1 muy móvil y con muchas variantes pues en ataque pasaba a ser 4-2-3-1 o 4-1-4-1. El sistema giraba en torno a un jugador, Carlos Caballero. En la portería repetía Falcón; defensa para Dalmau, Fran Serrano, Deivid y Abel Moreno; Gálvez compartía pivote con Víctor Pérez; las bandas eran para Fidel y Pedro Ríos; y Caballero haciendo de enganche para De Tomás.

Los cambios en cuanto a la idea de juego eran sustanciales. Es importante recalcar que es la idea porque luego no se pudo llevar a cabo. A diferencia del último partido en el que la creación era inexistente con Luso y Markovic sin ofrecerse y donde el recurso era el "pelotazo", en esta ocasión Gálvez se incrustaba entre los centrales para la salida de balón muy preciso en todo momento. Los laterales subían la línea y prácticamente era una defensa de tres al atacar. Víctor y Caballero ocupaban las posiciones centrales ofreciéndose para ayudar a canalizar el juego ofensivo y abriendo tanto a banda como a un móvil De Tomás. Caballero lo mismo bajaba a recibir que se quedaba cerca del punta para estar más cerca del área. Era, por tanto, un paso más en ese intento de protagonismo que quiere Oltra a pesar de haber reconocido en rueda que no le ha convencido este sistema, por lo que se puede esperar que no lo vuelva repetir.

Las carencias tanto ofensivas como defensivas

En defensa, Oltra va a tener muchísmo trabajo porque pasan los partidos y sigue sin resolverse. Los laterales van a ser sin duda alguna un verdadero quebradero de cabeza pues si el pasado sábado Ciscma y Stankevicius cuajaban un mal partido, esta vez Dalmau y Abel no han podido ofrecer una mejor versión. Dalmau tiene gran presencia ofensiva, que no acertada, y defensivamente le cuesta mucho. Es curioso la compleja situación en el lateral derecho puesto que Dalmau mejora las prestaciones ofensivas del lituano pero éste último mejora las prestaciones defensivas de Dalmau. Pongas al que pongas habrá una parcela del lateral mejorable. En cuanto al lateral izquierdo, y pese a su juventud, Abel se ha mostrado seguro, preciso y de lo más destacable del campo pero insuficiente.

En el centro del campo, Gálvez mantenía la posición y se incrustaba entre los centrales aportando tanto poderío físico como por alto y Víctor Pérez ocupaba también posiciones defensivas adecuadas dificultando así el juego interior del Lugo. Algo de mejoría al doble pivote formado por Luso y Markovic ya que el serbio se queda demasiado arriba y no mantiene la posición. El problema llegaba cuando esto no se hacía bien ya que Campillo, mediapunta del Lugo, y Joselu bajaban a recibir y se movían a espaldas de los medios así como las entradas sobre todo de Ferreiro cuando Fidel dejaba de defender.

En ataque, solo en pequeñas fases de la primera parte, el equipo sacaba el balón con cierta facilidad cuando aparecían Caballero y Gálvez superando líneas. Fidel y Pedro Ríos se ofrecían y abrían el juego por banda aportando profundidad. Precisamente las ocasiones más claras venían de las botas de Fidel. Y Raúl de Tomás se mostraba muy activo ofreciéndose, cayendo a banda o tirando desmarques. Dicho así parece todo perfecto pero todo esto sin precisión no sirve para nada, como realmente ha ocurrido.

Los cambios y el final del partido

El equipo no había sido constante en el juego y el Lugo también quería jugar. Todo lo planteado se fue abajo con el tempranero gol del ex-cordobesista y ahora del Lugo Joselu nada mas comenzar la segunda mitad tras un error de Gálvez y una indecisión de Falcón.

Oltra decidió entonces un cambio que, valga la redundancia, cambiaría todo. Gálvez era sustituido por Arturo cambiando el 4-4-1-1 por el 4-4-2 con dos puntas y un pivote ofensivo formado por Caballero y Víctor. Con esto el Córdoba terminó de existir ya que el agujero en el medio era considerable, los medios del Lugo se imponían con facilidad, los bandas estaban cansados y los puntas no recibían balones. Encima llegaba la lesión de Abel Moreno que obligaba al entrenador cordobesista a formar una defensa con Dalmau a banda cambiada y Luso de lateral derecho.

El último cambio era Pineda por un desacertado Víctor Pérez lo que suponía una defensa de tres formada por Fran Serrano, Deivid y Dalmau; Luso y Caballero en el pivote y cuatro delanteros, Fidel, Arturo, De Tomás y Pineda. El Córdoba se limitó a enviar balones arriba y no pudo empatar y forzar la prórroga.

En definitiva, mucho trabajo por hacer y mucho que mejorar para que el equipo alcance el buen juego que se espera mostrar y pueda devolver la ilusión a todo el cordobesismo.