Quizás una de las palabras más repetidas para catalogar el partido de esta jornada sería "catástrofe". Y es verdad, el partido es una catástrofe en si misma pero hay un superviviente, el Leganés. El conjunto madrileño, tras una increíble e inesperada racha positiva, llegaba a Córdoba con las ideas muy claras, los tres puntos debían irse de vuelta a casa. Con una distancia tan reducida en la clasificación en cuanto a puntos, el partido para ambos partido era crucial en sus aspiraciones, pues una victoria era un golpe de moral importantísimo. Así, tras unos más de 90 minutos extraños, el equipo pepinero se lleva los tres puntos gracias a su victoria por 2-3. 

El conjunto de Oltra saltaba al campo con su formación habitual y con la entrada de Abel Moreno en lugar del sancionado Cisma, la de Raúl de Tomás por Xisco y la de Pedro Ríos por Nando. El sistema y las ideas son invariables para el técnico a pesar de las diferencias entre cada jugador de los que dispone. El Córdoba, como es habitual, cedió la posesión al rival pese a que ambos equipos no rechazaban hacer uso de ella. El Leganés se caracteriza por ser un equipo intenso y muy trabajado y, conocedor de las dificultades para la salida del balón de los blanquiverdes, realizaba una presión altísima prácticamente en la frontal del área obligando a los centrales y a Víctor Pérez a dar pases precipitados que acababan en las botas de los visitantes. El trabajo de Gabriel, Miramon y Rubén Peña daba sus frutos y las jugadas eran muy cortas. Por este motivo, en la primera mitad Florín Andone y Raúl de Tomás han estado desaparecidos siendo Pedro Ríos y Fidel los encargados de buscar jugadas de peligro. 

La presión del Leganés ahogaba la salida del Córdoba

Las principales llegadas del Leganés aparecían por medio ya que la gran ayuda de Pedro Ríos a Stankevicius limitaba las acciones del hábil Alexander. Este jugador, que ya causó estragos en la banda izquierda en la primera vuelta, volvía a demostrar lo buen jugador que es adaptándose a las circunstancias del encuentro y combinando por dentro. Aquí se jugó la primera parte. Una terapia de choque donde el Leganés adquiría superioridad de la mano de Alberto Martín, Miramón o Mantovani combinando con los bandas por dentro. Luso y Víctor Pérez partían en inferioridad numérica debido a la poca ayuda de Raúl en el medio. 

Otro partido

Sin embargo, la segunda mitad presentaba un escaparate totalmente diferente. El gol al filo del descanso de Raúl de Tomás abría el partido y obligaba al Leganés a variar sutilmente su plan en busca del empate, el cual llegaría a pocos minutos de empezar gracias a un potente disparo de Alexander. Esta vez sí, el Córdoba comenzaba a buscar a sus puntas y De Tomás ganaba protagonismo con combinaciones por dentro. Las internadas de Pedro Ríos por dentro permitían las subidas de Stankevicius, algo escasas en la primera parte. El peso del ataque cordobés caía hacia la derecha pues ni Abel ni Fidel se mostraban incisivos por la otra. No obstante, el equipo de Garitano no bajaba ni un ápice la intensidad y trataba de hacer daño con paredes y combinaciones en el medio, lugar en el que el conjunto de Oltra seguía sufriendo. 

Nada importaría todo esto pues el curso de los acontecimientos cogería un giro inesperado hacia la locura a raíz de un penalti cometido por Razak con su correspondiente expulsión. Es entonces cuando el Córdoba, ya sin cambios, debía poner de portero a un jugador, Luso. El Córdoba había dado entrada a Nando para repetir el efecto ayuda en la otra banda, a Markovic por un agotado y amonestado Víctor y a Cabellero para manejar el partido por Raúl. Sin embargo, el partido ya sería imposible de dominar. En dos minutos, Omar Ramos hacía un doblete dejando patente las pocas luces de Luso como guardameta. El partido ya no tendría otro final que el de la victoria del Leganés. 

Claves del bajón

El tándem Fidel-Florín. El bajón de Fidel es mucho más escandaloso que el del rumano pero el mal estado de ellos dos es determinante. Fidel, jugador desequilibrante, se muestra impreciso, sin gol y sin relevancia en el juego. Florín ha perdido su ángel aunque también puede deberse al estado de los mediocentros.

Inseguridad defensiva. Una constante en los dos últimos partidos ha sido la cantidad de goles encajados, que puede estar relacionada directamente con las bajas por sanción y la imposibilidad de Oltra de mantener a sus fijos. 

Sin medio campo. La pareja formada por Luso y Víctor Pérez estaba dando un rendimiento importante pero es sintomático que en Valladolid y frente al Leganés la táctica visitante para superar al Córdoba es dominarle y crearle superioridad numérica en el medio, donde ambos dos se encuentran solos y sin capacidad de reducir la ventaja que logran los rivales.