La liga se caracteriza por situar a cada equipo en la clasificación según la fiabilidad y la regularidad que ofrece cada uno de los equipos, ganándose la primera posición aquel equipo que muestra los mejores resultados en un largo periodo de tiempo. Sin embargo, mantener la misma línea jornada tras jornada es muy complicado, y todos los equipos pasan por malos momentos. La disyuntiva está en si los malos momentos son fruto de una mala racha concreta y pasajera o hay algo más, un trasfondo, las auténticas debilidades que salen a la luz. En ese punto de la temporada se encuentra el Córdoba Club de Fútbol. 

Tras una primera parte de temporada en 2015 idílica que cualquier aficionado habría firmado a comienzos de la misma, ahora el equipo atraviesa un bache, y es hora de decidir y analizar si tiene importancia o se puede superar con facilidad. El conjunto dirigido por José Luis Oltra, destacado sobre todo por la enorme efectividad y pegada de sus jugadores de arriba, cerraba el año perdiendo en Elche. Tampoco fue una derrota del todo justa y merecida por lo que el club se fue a vacaciones con tranquilidad y optimismo.

Sin embargo, ahora todo ha cambiado, el mes de enero ha caído como un jarro de agua fría en las altas esferas del Córdoba y todo lo que le rodea. Tres derrotas han empañado las dos victorias logradas. El 3 de enero, el Córdoba se veía sorprendido en El Arcángel por un Mirandés que pasaba por su mejor racha e hizo gala de ella logrando una justa y contundente victoria con un enorme Lago Junior, ahora en el Mallorca. El equipo de Terrazas salía con su habitual y extraño esquema que tan buenos resultados esta consiguiendo. Con muchos jugadores en medio y presión alta lograba desestabilizar a los blanquiverdes. Además, es importante resaltar las bajas: Rodas, Deivid y Cisma

Córdoba acogía una segunda oportunidad, esta vez al Mallorca, con nuevo dueño ya. Los jugadores realizaron una gran primera parte que le bastó para adelantarse por 2-0 en el marcador. La reacción bermellona de la segunda parte hizo pasar apuros al conjunto local pero un tanto de Markovic pondría el definitivo 3-1. Esta vez sin bajas, con el equipo de gala.

El mismo once sacaba Oltra en Almería, donde el club rojiblanco pasaba por encima del Córdoba pero la efectividad de Andone decantaba el partido a favor de los cordobesistas. La posesión corría a cargo del Almería pero el Córdoba se mostraba seguro atrás y sin problemas.

Así acababa la primera vuelta, con dos victorias. Pero sin pausa había que visitar Valladolid, siempre campo difícil, donde Córdoba pudo ver a su equipo jugar el peor partido de la temporada. El Valladolid sumaba muchos hombres en medio, más intensidad, más atención en las segundas jugadas, presión tras pérdida y posesión. Dos bajas condicionaban al equipo: Deivid y Stankevicius.

Pesimismo, crítica y enfado rondaba el ambiente y el círculo cordobesista. No obstante, se planteaba el partido que cerraba enero como partido para resarcirse. Esta vez sin Cisma y Xisco, el Córdoba tenía enfrente a un equipazo, revelación este año como el Leganés. El equipo pepinero jugaba con mucha gente por dentro, consiguiendo superioridad en el medio y presionando arriba al Córdoba dificultando la salida de balón. Tras unas circunstancias inverosímiles que hacían a Luso actuar de portero, el Leganés se llevaba la victoria por 2-3.  

Claves de las derrotas

Como se puede observar, en las tres derrotas se dan unas situaciones similares que solo coinciden en los partidos perdidos. En los tres, frente al Mirandés, Valladolid y Leganés, se tenían bajas. Contra el Mirandés faltaba la mitad de la defensa titular: Deivid, Rodas y Cisma. En Valladolid, volvía a causar baja Deivid acompañado de Stankevicius y contra el Leganés eran Cisma y Xisco.

Salvo Xisco, todas las bajas se producen en defensa, aquella posición donde el Córdoba posee menos efectivos. Ni Gálvez, Dalmau, Bijimine o Abel Moreno muestran la solvencia de los titulares. Más relevante es la figura de Deivid, convirtiéndose casi en un talismán pues no solo afecta su rendimiento ya que su pareja en la defensa Rodas no rinde igual sin el canario. Lo mismo pasa con Xisco, pese a los dos goles de Raúl de Tomás, de penalti ambos, su ausencia es más que destacada en el rendimiento global del equipo y eso lo hace más imprescindible aún.

Desde el punto de vista táctico, los tres equipos que han ganado al Córdoba en enero han jugado prácticamente con las mismas bazas. Una acumulación de jugadores en medio que supera claramente a Luso y Víctor Pérez, y les permite tener más posesión y más ocasiones. Además, al ocupar mejor los espacios, llegan más rápido a los balones divididos y con mayor intensidad. Esta intensidad la aplican con una presión alta, no solo tras pérdida, sabedores de las dificultades de los blanquiverdes para salir con el balón jugado. 

Si además, todo esto coincide con el bajo estado de forma de Fidel, muy impreciso, y con la poca incidencia en el juego de Florín llegando a ser Xisco mucho más incisivo, el Córdoba se encuentra en un momento que para nada es pasajero, que va mucho más allá, y con la ya evidente falta de soluciones en el banquillo.

El mes de enero acaba con un final de mercado de invierno indeciso y con necesidades claras. Será tarea de Emilio Vega corregir desde su parcela las deficiencias de este Córdoba que aspira a todo. También será responsabilidad de Oltra disponer a los jugadores de la mejor manera, quizás replanteándose el sistema 4-4-2 en partidos con equipos de parte alta y de posesión por una alineación con tres por dentro.

Por último, será responsabilidad de los jugadores rendir individualmente y grupalmente al mejor nivel para corresponder a la afición su fiel y sincero calor y apoyo en cada uno de los partidos. La cuesta de enero ya ha pasado y ahora hay que subir la de febrero.