Pobres aquellos ilusos que asistieron este domingo a las doce de la mañana al Nuevo Arcángel con la ilusión de que los de Oltra revertrían la situación, de que volvería el buen juego, de que ganarían...
Pobres cordobesistas que se quedaron en sus asientos contra viento y marea, y nunca mejor dicho, esperando que Oltra revolucionase el partido y sacara algo positivo del encuentro. Y es que no recibieron compensación alguna todos estos que corearon al unísono y con ilusión el himno del Córdoba antes del comienzo: cuarto partido consecutivo sin conseguir la victoria.

La imagen del Córdoba no pudo ser peor, los de Oltra no propusieron absolutamente nada, no inquietaron la meta de Manu Herrera y el Zaragoza se llevó la victoria por 0-2 gracias a los deméritos locales, no a sus méritos.

Tocó empezar remando a contracorriente

El partido comenzaba torcido. En los primeros minutos, un córner terminaba con un gol en propia meta de Razak. El ghanés, así como el resto de jugadores y técnicos del Córdoba, reclamaron al árbitro por una posible falta de Cabrera sobre Razak en la salida aérea del guardameta. 

Falta pudo serla o no, pero lo que tuvimos seguro fue un nuevo error del internacional por Ghana. Un nuevo error de un Razak que coloca al Córdoba como el quinto equipo más goleado de la Liga Adelante, situación irrisoria para un conjunto que se encuentra en posiciones de ascenso. Cabe recordar que los otros cuatro ocupan los últimos puestos de la tabla...

El partido no mejoró con el tiempo, ni el tiempo mejoró con el paso de los minutos. Si algo podía ir a peor lo fue: el vendaval de lluvia y viento levantaban a la afición de sus asientos, hastiados del mal juego de los de Oltra -algo imposible de empeorar-.

Pasaban los minutos y los blanquiverdes eran incapaces de generar peligro, ni siquiera conseguían hilvanar una sola jugada en condiciones de sumar un gol al marcador.

El técnico blanquiverde se desesperaba en su banquillo, pero no aportaba nada que pudiera cambiar la tónica del partido y el partido se iba al descanso con una sonora pitada del Arcángel para el colegiado.

Segunda parte, segundo gol tempranero

No habían pasado ni cinco minutos como en la primera parte, y marcó Freddy Hinestroza el segundo para los maños. Una contra mal defendida, como de costumbre, por la zaga cordobesista dejaba solo al ex del Getafe para empujarla tras un pase de la muerte.

Muy pocos eran los valientes que, tras el segundo del Zaragoza, confiaban en la remontada. Y Oltra les ofreció un poco de ilusión con el doble cambio que preparaba. Un doble cambio que pretendía darle la vuelta al encuentro, renovarle la cara al Córdoba. Como de costumbre fue un doble cambio de jugador por jugadory el Córdoba continuó jugando igual de mal. Y Oltra les quitó la ilusión a aquellos pocos valientes que, ante una señora tempestad, decidieron seguir apoyando y confiando.

Y tuvo que llegar el minuto 88 para que el Córdoba tuviera su primera gran ocasión. El rumano Florín Andone conseguía rematar un centro desde el saque de esquina que se iba rozando el palo de Herrera.

Se necesitan motivos para confiar

Pero el Córdoba no tuvo más y la gente dejó de confiar. Las gradas se iban vaciando poco a poco, así como están desapareciendo los buenos resultados y las buenas sensaciones de los de Oltra. Así como han desaparecido de los puestos de ascenso directo.