Hay palabras y palabras, conceptos y conceptos, y la mejor palabra y el mejor concepto para definir el partido es empate. Uno está el cuarto y otro el decimoquinto, uno le saca ocho puntos al otro pero no hubo una mínima ocasión para ver la diferencia entre ambos. Empate a goles, a ocasiones, a intensidad, a intencionalidad, porque ambos se conformaron con el empate, porque ambos buscaron el fallo del rival, ambos estuvieron defensivamente notables, porque ambos dejaron acciones ofensivas insuficientes, porque ambos jugaron un partido lejos de ser clave para el devenir de la temporada. A estas alturas, la intensidad y el juego desarrollado debería ser lo suficientemente aceptable como para ver un buen partido de fútbol pero ninguno de los dos dejó muestras de ello. 

Inicio y primera mitad

El Córdoba salía con un cambio de sistema, no nuevo esta temporada pero si con matices diferentes. Partía de salida con un 4-4-2 que en ocasiones era 4-4-1-1 con Razak; Stankevicius, Bijimine, Deivid y Abel; Luso y Eddy; Pedro Ríos, Caballero, Fidel; Andone. En la salida de balón el Córdoba sufría debido a que Luso y Eddy, doble pivote defensivo, se escondían y se limitaban a participar para dar toques hacia atrás o a los lados sin suponer una ventaja o avance ofensivo. Al comienzo, el conjunto andaluz se hacía con los mandos del partido controlando la posesión aunque, eso si, algo estéril. El Numancia inciaba replegado intentando robar para hacerse ellos con el control, algo que conseguirían definitivamente en la segunda parte. Esta situación de partida del Córdoba exigía una enorme participación de Carlos Caballero, jugador desaparecido en la primera vuelta e inicios de la segunda por motivos administrativos y deportivos, que, al jugar por detrás de Florin, debía bajar hasta las zonas de creación para recibir y distribuir. Cada vez que participaba dejaba buenos detalles de calidad con pases precisos a la espalda de la defensa numantina. Andone, al estar solo en ataque, caía con comodidad a las bandas para escaparse del marcaje de Callens, pero esto exigía la llegada al área de jugadores de segunda línea. Tan solo Eddy cumplía ese papel pues ni Fidel ni Pedro llegaban al área. 

Sin embargo, no siempre sucedía esto, y eran Deivid y Bijimine los encargados de subir el balón, algo que no es su punto débil pero tampoco una virtud. El Numancia estaba cómodo y esperando su oportunidad. En defensa el Córdobba estaba tranquilo pues los centrales se imponían con seguridad y Stankevicius no sufría ,como en jornadas anteriores con extremos rápidos como Pereira, Alexander, Lago Junior, Beranguer o Hinestroza, pues el Numancia carecía de un extremo y dejaba la banda entera a Valcarce. De ahí nacería el gol del equipo local para empatar el partido, pues el Córdoba logró adelantarse de jugada "ensayada" con un tanto de Pedro Ríos. 

Segunda parte: mismos derroteros

En la segunda mitad cambiaría el equipo dominador, A través de Julio Alvarez, Antonio Martinez y Marc Mateu, el conjunto de Soria se hacía con el control y las llegadas. Un Córdoba totalmente desaparecido intentaba contras pero ni un inexistente Fidel ni un cansado Pedro Ríos podía llevarlas a cabo. Además, Arrasate metió a un banda rápido como Vicente que terminó de machacar a los laterales cordobesistas, especialmente al lituano. Florin intentaba llevar algo de peligro a la portería de Munir pero los minutos pasaban y cada vez era más dificil pensar en otra cosa que no fuese el empate. El conformismo de ambos dejaría el empate a uno en el marcador final.

Mucho tiene que cambiar el equipo blanquiverde si quiere mantenerse arriba. Ha dejado cambios positivos como la seguridad defensiva, la defensa de cuatro, la llegada de Abel al lateral izquierdo, la titularidad de Caballero, etc. Sin embargo, los puntos negativos siguen imponiéndose a lo positivo y los malos resultados de los rivales directos en la clasificación no siempre van a acompañar. Oltra debe mejorar la salida de balón del pivote Luso-Eddy, corregir las dificultades de Stankevicius, más participación de Caballero o las actuaciones deficientes de Fidel. Próxima parada: Alavés. 

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