El partido loco de la jornada fue el disputado entre el Nástic y el Córdoba. El partido acabó con empate a cuatro y pudimos ver varios goles de una gran belleza. Las claves del partido fueron las siguientes.

4-3-3 en ataque, 4-1-4-1 en defensa

El Córdoba utilizó dos esquemas diferentes durante el partido, uno para atacar, el 4-3-3 don Fidel y Pedro Ríos estaban en las bandas y Florín era el único punta. En el medio centro, Deivid era el pivote defensivo y el encargado de sacar la pelota jugada y Caballero y Markovic eran los interiores que conectaban con los tres atacantes. En la pizarra el esquema es muy bonito y a la hora de atacar funcionó de maravilla. Cuatro goles anotados en un partido como visitante hacen ver de la efectividad y de la gran dinamita de este conjunto. Tanto Fidel como Pedro Ríos, las bandas, aportaron goles o asistencias y los dos interiores se incorporaban muy bien en ataque creando peligro a la defensa rival.

En defensa la cosa cambió. Aunque el equipo está bien replegado parece no compenetrarse bien o no hacer las ayudas necesarias. Deivid se situaba por delante de los defensores y Florín presionaba la salida de balón, ayudado en algunas ocasiones por cualquiera de los dos interiores ( Caballero y Markovic). Deivid no funcionó como se esperaba en esa posición ya que no tuvo tanta incidencia en el juego como Oltra esperaba. Está claro que Deivid funciona mejor de central y saliendo es desde atrás con la pelota, no por delante de los defensores.

Poca contundecia en defensa

Dos de los cuatro goles recibidos por el conjunto blanquiverde se produjeron por no saber despejar la pelota con contundencia. El primer gol llegó tras tres rechaces con la cabeza de defensores del Córdoba que no consiguieron despejar la pelota de su área, ello ocasionó que la pelota cayera en un atacante del Nástic en el borde del área y se produjera la jugada del gol. El segundo gol llegó tras dos despejes de cabeza en un córner, de nuevo al no tirar la pelota lejos de la portería califa, la pelota cayó bombeada para Lobato que la empaló por la escuadra. Si se hubiera despejado esos balones aunque sea a la banda no se hubieran producido los dos goles.

Poca intensidad defensiva

El segundo gol, como hemos comentado anteriormente vino precedido de un córner con el posterior disparo desde la frontal del área. Si ya te han anotado un gol así debes estar pendiente de que dicha jugada no se vuelva a repetir, sin embargo el tercer gol llegó exactamente igual, un centro desde la esquina que iba dirigido a Palanca que se encontraba en la frontal del área y empaló la pelota anotando el empate a tres. Hubo una jugada muy significativa que da evidencias de la falta de intensidad defensiva. Un balón bombeado llega a dominios blanquiverdes, la pelota va dando botes altos y Rodas está sólo y espera a que deje de botar, Aníbal, el delnatero del Nástic, acude a la presión y está a punto de robarle la pelota al defensor, estando a punto el mismo de cometer una falta que podría haber supuesto su segunda amarilla y la expulsión.

En resumen, el Córdoba ataca muy bien y tiene una gran efectividad de cara a puerta, gracias en gran medida a sus atacantes pero es un equipo al que le anotan goles con una facilidad pasmosa y dos de las razones de esta sangría defensiva es la falta de contundencia y la poca intensidad en labores defensivas.