El domingo era un día señalado para los jugadores y la afición del Córdoba CF ya que se jugaban volver a engancharse con los puestos de arriba, ya que si conseguían la victoria se pondrían a tan solo un punto de los puestos de playoffs. El día sería también muy marcado para el club blanquiverde por la reciente muerte de Patrick Ekeng, quien jugó el año pasado en el Córdoba y por el que se guardó un minuto de silencio antes de empezar el encuentro.

Imagen del videomarcador en el minuto de silencio | Foto: La Liga
Imagen del videomarcador en el minuto de silencio | Foto: La Liga                                   

Los primeros minutos estuvieron protagonizados por jugadas de idas y venidas, donde Fidel fue el líder de los blanquiverdes ofensivamente con jugadas por ambas bandas teniendo más de una ocasión clara el equipo; mientras que en la defensa el protagonista fue Razak ya que tuvo que salir más de una vez por arriba en algunos centros de los visitantes. A todo esto se añadió el bonito gesto de toda la afición, quien dedicó el minuto cinco del partido a aplaudir en recuerdo de Patrick Ekeng.

Pero minutos más tarde comenzaría el monólogo del Girona sobre el césped. Entre la gran defensa desplegada y las posesiones tan largas, el Córdoba no conseguía dominar el balón y solo se dedicaba a achicar balones desde el área, teniendo incluso que salvar al equipo Razak en un error defensivo en un saque de falta.

La polémica vendría tras media hora de partido. Después de sobreponerse por un puñetazo en el estómago que el colegiado no vio, Pedro Ríos entraría por el lado derecho del área y sería derribado por un claro empujón dentro del área, pero Valentín Pizarro decidió que no había sido suficiente para pitar la pena máxima mientras que toda la afición blanquiverde y los jugadores reclamaban penalti.

Pedro Ríos lucha por un balón bajo la incesante lluvia de la primera mitad | Foto: La Liga
Pedro Ríos lucha por un balón bajo la incesante lluvia de la primera mitad | Foto: La Liga

Los minutos iban pasando y parecía que el conjunto de José Luis Oltra reaccionaba. Los blanquiverdes comenzaron a dominar más el balón y la buena presión del equipo no le permitía al Girona a jugar con tanta facilidad, pero seguía estando el mismo problema, no había ninguna definición en los metros finales.

Una segunda parte de dominio

El paso por los vestuarios le sentó bien al Córdoba, quien salió con otros aires en la segunda mitad. El control lo llevó desde un inicio el equipo califa con buenas jugadas y no permitiendo tener el balón al Girona.

Las jugadas iban llegando de parte de los locales con dos claras ocasiones. Ambas serían desde la frontal del área aunque una sería para Cisma y otra para Caballero, aunque se marcharía fuera el balón en las dos por poco. Pero ese era el gran problema, seguían sin conseguir marcar en el último momento y esta frustración se mascaba también en las gradas, tanto como para pitar a Fidel cuando era sustituido por Pineda.

La entrada del chileno y Markovic dio una nueva visión al partido. El conjunto de oltra comenzó a estirarse más y a llegar con más facilidad a la portería de Becerra, y esto hacía que mucha gente presagiara el gol de los blanquiverdes. Y poco tardaría, ya que minutos después llegaría el gol del Córdoba CF con una gran jugada por la banda que culminaría a la perfección Pedro Ríos de cabeza en el segundo palo sin darle ninguna opción al portero del Girona.

Pedro Ríos manda un beso tras marcar el gol de la victoria | Foto: La Liga
Pedro Ríos manda un beso tras marcar el gol de la victoria | Foto: La Liga

Los blanquiverdes conseguían así adelantarse en el marcador y la entrada de Luso dejaba ver que Oltra no quería dejar escapar esta vez los tres puntos. Con todo ello, el Girona reaccionó y se echó arriba buscando el gol del empate.

El partido iba llegando a su fin y los locales seguían manteniendo amarrado el encuentro con unas grandes actuaciones de Razak que no iba a permitir que ningún balón entrase en su portería. Hasta que sonó el pitido final y estalló el jubilo en las gradas del Nuevo Arcángel que ve como su equipo se coloca a muy poco de los puestos de ascenso.