Un breve paseo por cualquiera de las múltiples redes sociales donde a diario opina, se enfurece y reivindica el deportivismo bastaría para comprender que la figura de José Luis Oltra, para bien o para mal, es clave para comprender la historia reciente del club. Sin embargo, no es hoy el día de hablar de sus virtudes y defectos como técnico, ya que el entrenador que hace dos temporadas logró devolver al Deportivo a Primera División -con récord de puntos en la categoría incluido- visita este domingo el estadio que le consolidó como un referente en la categoría de plata. Y como lo verdaderamente importante del fútbol es quién gobierna el balón sobre el tapete, en ese sentido, el valenciano sigue buscando la piedra filosofal que dé rienda suelta al potencial de su plantilla.

No obstante, la tarea no ha sido nada fácil. En cierta manera, el Mallorca, presidido por Serra Ferrer, enfocó su nueva andadura en la Liga Adelante de una forma semejante en algunos aspectos a la planeada por Augusto César Lendoiro y Ernesto Bello tras el descenso del año 2011, con la salvedad de que el Mallorca tuvo la opción de afrontar las deudas a corto plazo y los gastos de la plantilla vendiendo a Gio dos Santos y Tomás Pina al Villarreal por un montante final de unos once millones de euros. También abandonó las islas Javi Márquez, cedido un año al Elche de Fran Escribá. A ellos podría haberse sumado Tomer Hemed, al que antes de su lesión se seguía de cerca desde Premier League y Bundesliga, y que será un refuerzo de lujo para los baleares a su vuelta.

En todo caso, Serra Ferrer buscó desde el principio un efecto revitalizador dando la oportunidad a los veteranos de la plantilla de resarcirse y retornar a la máxima categoría. Para ello, el conjunto bermellón retuvo a varios de sus hombres clave en el vestuario -como Martí, Víctor o el portugués Nunes- y efectuó alguna incorporación de calidad, como la de Iñigo Pérez -con pocas posibilidades de contar con minutos en el Athletic de Ernesto Valverde-, que se unieron a la llegada de futbolistas con ganas de demostrar su talento en la Liga Adelante -caso de Gerard Moreno o Thomas-. También sobre la bocina se logró firmar a Álex Geijo, quien tras su frustrado pase al conjunto coruñés emprendió una nueva aventura en Son Moix.

Martí, el eterno referente

A sus 38 años, Pep Lluís Martí sigue dejando sus últimas lecciones de fútbol. Aquel inteligente mediocentro que despuntó en el volcánico Sevilla que dirigieron Joaquín Caparrós y Juande Ramos ha postergado su retirada para aportar la dosis de experiencia necesaria de cara a retornar a la Liga BBVA. Pese a que la edad no perdona a nadie, Martí ha suplido los bajones a nivel físico dando cursos acelerados de colocación y lectura táctica al joven ghanés Thomas, quien no podrá jugar este fin de semana al haber visto su quinta amarilla ante la Ponferradina.

Junto a Martí, futbolistas formados en la cantera bermellona como Víctor Casadesús o Emilio Nsue -quien tampoco podrá disputar el duelo dominical al haber sido convocado con Guinea Ecuatorial- dan ese plus de calidad que desde el principio otorgaron al Mallorca la vitola de candidato claro al ascenso directo, una etiqueta que en la Liga Adelante se gana con la regularidad y la consistencia. En ese aspecto trabaja precisamente Oltra, a sabiendas de que el Deportivo, pese a ser uno de los conjuntos con menos tantos a favor, sí rentabiliza al máximo su solidez en defensa y las ocasiones aisladas ante el contricante. Tras un desastroso inicio con once goles encajados en tres jornadas, Oltra ha logrado reducir la sangría y elevar el rendimiento de la zaga, en parte gracias al buen momento de Pedro Bigas.

Gerard Moreno, el jugador a seguir

Si el lunar del Mallorca sigue siendo su solidez en defensa, las buenas noticias vienen del frente ofensivo del equipo. La recuperación de las relaciones institucionales con el Villarreal de Fernando Roig propició que las ventas de Gio y Pina impulsasen la cesión por un año de Gerard Moreno, un joven delantero de 21 años formado en el Badalona al que Marcelino ya dio minutos el año pasado con el primer equipo, y que sirvió para comprobar el buen hacer de un punta trabajador, hábil con la pelota y solidario con sus compañeros. 

El trato con el club castellonense se hizo en base a una confianza que, Julio Velázquez primero, y Marcelino después, depositaron en un ariete al que no le pesó la presión de competir el puesto a futbolistas como Jonathan Pereira o Uche, ambos muy del gusto del técnico asturiano. Ahora, Gerard se ha convertido en la punta de lanza de un Mallorca que todavía aguarda la recuperación de Álex Geijo y el liderazgo de un Alfaro que, curiosamente, explotó su mejor versión al mando de Oltra en el Tenerife entre los años 2008 y 2010.