Pretendido por Wenger, jugador más joven en debutar con el Barcelona, sueldo galáctico para un chaval de 17 años, el Raúl blaugrana, el sucesor de Fran, el hombre que devolvería al Barcelona al epicentro del fútbol europeo. Hechos y calificativos que definen a Fernando Macedo Da Silva, un chaval que saboreó las mieles del fútbol con 17 años y que años más tarde bajo a los pozos del fútbol español. Un inicio prometedor que terminó con un final que nadie se hubiera imaginado por el año 1998. Los focos se apagaron y el público se fue, porque no hay nada más efímero que la fama, pero 13 años más tarde Nano sigue jugando al fútbol, lejos quedan los coches y los sueldos millonarios, ahora de lo único que se trata es de seguir dándole patadas a un balón.

“Nano” como es conocido en el mundillo futbolístico salió de uno de los clubes míticos de la ciudad de La Coruña, el Ural, fue en el club fundado por Augusto César Lendoiro donde llamo la atención de la secretaría técnica del Dépor que no dudo en ficharlo para la sección juvenil del club. Fue ya enrolado en las filas herculinas, donde empezó a llamar la atención de los grandes clubes de Europa. Verticalidad, rapidez y un descaro propio de alguien que con 15 años se ve destinado a triunfar en el mundo del fútbol.

"Con 16 años hace las maletas rumbo a La Masía"

El primero en echar las redes sobre el extremo coruñés fue el Barcelona, el club catalán envió emisarios a La Coruña para convencer a los padres de que La Masía se convertiría en el mejor lugar para que su hijo progresara como futbolista. ¿Qué hacer cuando tienes 16 años y uno de los mejores clubes del mundo llama a tu puerta? Pues fácil, aceptar la oferta y hacer las maletas para poner rumbo a la Ciudad Condal. Una pérdida que en aquella época se vivió en el seno deportivista con tristeza por la posibilidad de haber perdido un nuevo “Fran”. En aquellos años el Barcelona había empezado a tomarse en serio el realizar un proyecto de cantera, y Nano estaba llamado a convertirse en el principal estilete del plan blaugrana.

Nada más llegar a la capital catalana, se convirtió al instante, en el mejor jugador de la cantera del Barça y el entrenador por aquel entonces del club, Louis Van Gaal, no dudó en utilizarlo en pretemporada, donde dejó destellos de calidad que le sirvieron para ir convocado con el primer equipo en el partido que enfrentaría en el Camp Nou, al Barcelona y al Real Zaragoza. Era el minuto 78 de partido cuando Van Gaal decide sacar al campo a Nano, 12 minutos que sirven al coruñés para enamorar a la hinchada culé. Ya fuera por la edad, por esos centros con rosca, o por esa manera de correr la banda con 185 centímetros a la espalda consiguió ganarse a todo el mundo. En los días posteriores a su debut ocupó todas las portadas de los medios que siguen la actualidad del equipo catalán. Los elogios se sucedían, desde querer convertirlo en el Raúl blaugrana a compararlo con Figo. Con todo el futuro por delante llegó una inoportuna lesión, una lesión que le obligó a parar y que quizás se convirtió en el punto de inflexión de su carrera futbolística.

Volvería esa misma temporada, pero participando con el filial blaugrana. 8 partidos que no le sirvieron para recuperar las sensaciones de antaño. Los centros ya no llegaban a los delanteros, los defensas o se habían vuelto más rápidos, o el desborde se había perdido en ese maldito mes de agosto. La temporada terminó, y dejó un sabor agridulce para el extremo gallego. Había conseguido su sueño pero se lo habían arrebatado demasiado rápido.

Los años pasaron, y los inquilinos en el banquillo azulgrana fueron pasando, pero las oportunidades seguían sin llegar para un Nano que continuaba actuando en el filial del club. Con la llegada de Frank Rijkaard al banquillo del Camp Nou se produjo la salida de Nano del conjunto catalán. Cuatro años y cuatro partidos oficiales con el primer equipo. El niño ya tenía 21 años, y lejos quedaban aquellos calificativos y elogios que lo encumbraban como la nueva perla de La Masía.

"Con el Atlético se produjo un repunte en su carrera, pero solo duró un año"

Con la carta de libertad bajo el brazo se mudó a la capital madrileña para formar parte del Atlético de Madrid. En su primera temporada se produjo un repunte en su rendimiento, llegó a los 18 partidos como titular y marcó 5 goles en Liga. Parecía que la zurda volvía a funcionar. El objetivo ya no era ser de los mejores jugadores del país, sino volver a sentirse útil y capaz de competir en Primera División. Un repunte que no fue más que eso, un último intento de revolverse, de dejar las cosas claras y de volver a la normalidad, a su normalidad.

La temporada siguiente comenzó y la cosa no mejoró, su participación en el equipo decayó, y se vio destinado a un papel marginal en el conjunto rojiblanco. A final de temporada se gestó su traspaso al Getafe, el nivel de los equipos seguía bajando, pero el caché, de la que hace años había sido la perla de La Masía, seguía llamando la atención de los clubes de la Primera División española. Su papel volvió a ser casi nulo, lo siguiente fue el Cádiz donde militaría dos temporadas, esta última donde se produciría el descenso a 2ªB del conjunto andaluz.

Era el verano de 2008 y Nano ya no tenía equipo, el cupón de las oportunidades se había agotado y parecía que ya nadie confiaba en volver a recuperar al extremo coruñés. Fue entonces cuando el Racing de Ferrol llamó a su puerta, un club humilde que le dio la oportunidad de subirse a su definitivo tren. Dicen que en la vida, o lo das todo o te vas a casa, y Nano lo tenía claro, se enfundo la camiseta ferrolana y se convirtió en uno de los pilares del equipo gallego.

"Seis años más tarde volvió a jugar en Primera División"

Al terminar la temporada el Numancia se hizo con sus servicios, tres temporadas permaneció en Soria donde se convirtió en indiscutible. Buenas actuaciones que le sirvieron para fichar por Osasuna y volver a jugar en Primera División, 6 años más tarde que la última vez que lo había hecho con la camiseta del Getafe.

Nano lo había conseguido, poco quedaba de ese chaval de 17 años, ahora ese chaval era lateral izquierdo y ya no recibía elevadas sumas de dinero por jugar al fútbol. Este verano dejó Osasuna por el Alavés, a estas alturas de su vida prefiere darle prioridad a sentirse cómodo haciendo lo que más le gusta, que es jugar al fútbol. El niño no se convirtió en estrella, probablemente nadie lo recuerde dentro de 10 años, pero lo que permanecerá imperturbable es su historia, la historia de un chaval, que por unos instantes, tocó la cima del mundo del fútbol...

Foto: colchonero.com / Sport.