Han pasado ya casi diecinueve años desde que Arsenio Iglesias Pardo (Arteixo, A Coruña, 1930) se sentó por última vez en el banquillo de Riazor como técnico del Deportivo de La Coruña, pero sigue siendo ese hombre con gusto por los pequeños detalles que un día enamoró a la parroquia blanquiazul. De carácter apacible y sin perder ni un ápice de la bondad que siempre le caracterizó, Arsenio acudió a la cita quince minutos antes de la hora. Sentado en una mesa y en torno a un café, el legendario exentrenador de Deportivo, Real Madrid y Hércules, entre otros, desmenuzó parte de su vida como técnico, así como la marcha actual del conjunto al que él devolvió a Primera División en la temporada 90/91 tras 18 años sin hollarla. 

Pregunta: En la última década no se ha prodigado mucho en el trato con los medios de comunicación. ¿Desgasta más el fútbol o la vorágine que lo rodea?

Respuesta: No me prodigo mucho porque yo ya he terminado. En todo lo que he hecho hice lo que pude y, ahora, después de dedicar toda mi atención, estoy fuera y no quiero opinar mucho. Sigo un poco la actualidad del fútbol, no mucho, pero lo hice con tanta intensidad en mis tiempos que fueron muchos años y eso quizá me ha cansado un poco.

P: El fútbol español ha dado un gran giro en términos económicos y deportivos desde su retirada. ¿Ha ganado la batalla el dinero a la satisfacción por el deber cumplido que comentó usted en su momento?

"Hace años jugabas al fútbol porque te gustaba hacerlo"

R: En aquel tiempo yo creo que todos pensábamos un poco así. No existía tanto el dulce que te ofrecen ahora, y entonces jugabas porque te gustaba hacerlo. Me gustaba con locura jugar, y no tanto mirar. ¿El dinero? Ahora ves a algunos padres que llevan a sus niños pensando precisamente en eso. Además es tanto el dinero que se mueve que quizá sea tentador para ellos. La vida está muy complicada y los niños no tienen muchas salidas.

P: Recientemente falleció Luis Aragonés, uno de los grandes y últimos exponentes de su generación.

R: Creo que era un tipo que valía la pena, porque era muy sincero, muy abierto. Él no te engañaba nunca y fue un buen técnico, así como buen jugador.

P: ¿Hay algún Heriberto Herrera o Alejandro Scopelli escondido entre los entrenadores de fútbol en la actualidad?

R: Es muy difícil conocer a los entrenadores si no trabajas con ellos. Puedes sacar conclusiones viendo el partido, pero yo a ellos los conocí bastante bien, porque estuve con ellos. Y no sólo Scopelli, sino también Helenio Herrera. Y Janos Kalmar. Me dejaron un recuerdo importante en mi trayectoria.

P: ¿Ha crecido en la figura del técnico actual la combinación entre exigencia y cercanía con el jugador?

R: Depende del talante de cada uno, supongo. Nosotros ya teníamos seriedad y trabajo. Además era buena gente. Vinieron jugadores de fuera, pero aquí ya había un grupo. Ya había un Deportivo con unos valores. Y entonces vinieron de uno en uno, o de dos en dos, pero fueron viendo cómo funcionaba esto. No fue como tiempo más tarde, que llegaron en aluvión (en alusión a la Ley Bosman).

P: Uno de sus discípulos, Paco Jémez, es uno de los entrenadores que más miradas concentran en Primera División por su estilo de juego.

R: Él lo está haciendo muy bien, porque el Rayo no es un equipo poderoso y ahora está dando un salto hacia arriba. Sin perder su ideología, su sistema, está cumpliendo bien.

P: A usted se le catalogó en su época como un técnico defensivo, pero lo cierto es que el orden táctico era uno de sus puntos fuertes.

R: Es que yo creo que si no te defiendes bien no puedes hacer grandes cosas, sobre todo los equipos pequeños. En los grandes, pues si tienes un ataque tan impresionante como tiene el Real Madrid con Bale, Ronaldo, Isco o Di María vas saliendo del paso, pero si defiendes bien tienes mucho ganado. En eso hay que pensar siempre.  

P: El equipo que volvió a Primera División en la temporada 90-91 también lo hizo bajo la presión de una categoría tremendamente igualada.

"La promoción ante el Betis fue uno de los días más duros"

R: Siempre sufres mucho. Nunca eres capaz de marcharte así como así, porque los demás también empujan. Cuando la competición es dura, hay mucha igualdad. Aquel año ascendimos, y al siguiente fuimos a jugar aquella promoción a Sevilla, que fue terrible. Fue uno de los días más duros que he vivido en el fútbol, pero siempre estás en tensión.

P: Ese año, el Eibar, pese a no jugarse en aquella ocasión el ascenso, también fue un adversario complicado de superar. De hecho, llegó a vencer en Riazor en el tramo final.

R: Sí, hay equipos que son muy rocosos. Los del norte son muy profesionales y se ayudan mucho mutuamente. A lo mejor no son tan brillantes, pero a veces te hacen mucho daño. Muchos no están de acuerdo en cómo juega este Atlético de Madrid pero, ¡ay amigo!, gánale tú, a ver.

P: ¿Con qué gol se quedaría? ¿El de Kiriakov, el que anotó Alfredo en la final de la Copa del Rey o los dos de Stojadinović ante el Murcia?

R: Hombre, son todos muy importantes. Sin uno no habría el otro. Me acuerdo del gol de Alfredo, que medio lo metió con la oreja a Zubizarreta (risas), pero los de Stoja aliviaron aquel incendio que hubo en Riazor ese día. Y el de Kiriakov también fue una maravilla.  

P: Enfatizó usted en numerosas ocasiones sobre lo efímero del éxito. ¿El ansia por ganar deriva en el resultadismo?

R: Sí, claro. Por eso siempre he dicho que este es un deporte, pero que tienes que ganar. Incluso hay gente que por su condición le soportan más que a otros, a los que le exigen mucho. Hay un dicho que dice “nadie es profeta en su tierra”, y yo creo que es así. Cuando uno se dedica a la alta competición normalmente es así. A veces no están de acuerdo contigo, los resultados no son demasiado buenos y entonces llegan los problemas.

P: ¿Cómo fueron los días posteriores a la pérdida de la Liga tras el famoso penalti de Djukić?

R: Fueron duros, muy duros. Ya sabes que todo puede suceder en un partido, por eso quizá no te sorprenden tanto las cosas. El rival era el Valencia, y era un equipo rocoso, difícil. Estaba dentro de lo posible. Lo que pasa es que tienes un penalti justo en el tiempo de descuento, lo fallas y el cuerpo queda roto.

P: En su momento admitió su gusto por futbolistas como Hierro o Luis Enrique, a los que posteriormente entrenó en el Real Madrid. ¿Hubo algún jugador que a usted le hubiese gustado dirigir y no pudiese?

R: ¿A quién no le gustaría tener a ese jugador que da vida y claridad al juego? Yo jugué contra Di Stéfano, pero no lo tuve en mi equipo, y qué maravilla hubiese sido.

P: Pese a cerrar su etapa en Madrid con mejor promedio de puntuación en Liga que Jorge Valdano vivió usted allí numerosos sinsabores. ¿La vuelta de Champions ante la Juventus fue un punto de inflexión?

"Al Real Madrid ya fui muy en contra de mi voluntad"

R: Venía de aquí, de unas normas muy concretas, y llegas allí y era otro mundo. Otro mundo que no debía de ser así. Era una situación complicada y había cosas que no gustaban. Yo ya fui muy en contra de mi voluntad. Me costó mucho ir, lo que pasa es que si no fuese el Real Madrid ya no hubiese ido. Renunciar al Real Madrid siempre es complicado. Mi etapa allí fue muy corta y cuando se terminó todo yo me vine a casa, que ya tenía muchas ganas. El partido ante la Juventus… Yo sé que Del Piero es un jugador magnífico. Aquel partido hubiese supuesto nuestra continuación en la competición, pero la Juve era un gran equipo. Nosotros fuimos allí con algunos problemas de lesiones, creo que Sanchís e Hierro.  

P: ¿Cuál es el jugador más talentoso que ha entrenado en su trayectoria?

R: Bebeto era una cosa extraordinaria. Hacía con la pelota lo que quería, y marcaba gol en cuanto hubiese una posibilidad. Tenía mucho talento, pero yo creo que un gran jugador fue Mauro, capaz de jugar en casa, fuera, si llovía, si no llovía, si hacía sol, si hacía calor. Siempre estaba a tope. Tenía unas facultades prodigiosas.

P: ¿Y el que más le ha marcado personalmente?

R: A través del tiempo encuentras muchos jugadores comprometidos. Djukić, por ejemplo, era un gran profesional. Entrenaba siempre a tope. También Mauro y Fran. Tendría que hablar de muchos jugadores. La mayoría trabajan bien, pero siempre te encuentras alguno que se retuerce, como un poco en la vida. También tuve un equipo extraordinario en Alicante, igual que aquí.

P: Curiosamente, la llegada de Vázquez en febrero de 2013 tiene un patrón similar al de su contratación a finales de la temporada 87-88.

R: Fernando llegó aquí en un momento convulso, tanto social como de resultados. Está tratando de resolver bien esto, y creo que va en el camino acertado, porque así como en casa tenemos más problemas fuera arrasa, y eso demuestra que el conjunto funciona muy bien, independientemente de la calidad que tengas en el equipo.

P: ¿Cree que Fernando Vázquez ha pecado ocasionalmente de excesiva cautela en sus planteamientos?

R: Él tuvo un gran problema, y es que le dieron el equipo a medio hacer. O lo que había. Ahora trajeron algunos futbolistas en el mercado de invierno, pero también tienes que configurar de nuevo todo, y sobre la marcha es muy difícil. Si no lo haces cuando no hay puntos en juego o tensión por ganar o perder resulta complicado. Es como cuando llegas a un equipo a mitad de temporada y tienes que rehacerte. La marcha de ahora es buena, buenísima.

P: ¿Considera que ese doble rasero sobre las decisiones en el transcurso del partido es algo inherente al fútbol?

R: Eso es lo que pasa cuando no ganas. Cuando lo haces todo está bien hecho, aunque hagas la burrada más grande, la gente pasa. Eso sí, como no haya un buen resultado muchos se vuelven meticulosos para discutir hasta ese minuto, es una cosa tremenda.

P: ¿Es posible que las urgencias económicas del club hayan hecho perder a algunos aficionados la perspectiva de la dificultad de la categoría?

R: Es complicado, pero yo creo que hay una directiva consciente de que es así, un poco como casi todo el fútbol español en estos momentos. La gente que ha llegado ahora es muy consecuente con lo que se traen entre manos. Han arreglado algunas cosas con Hacienda. Eso sí, sigue siendo difícil.

P: ¿A qué equipos ve con capacidad para mantenerse en la zona alta hasta el final?

R: Quizá el Sporting. El Eibar parece que cambió un poco su filosofía de juego. Yo lo conocí de otra manera. Era un equipo realmente difícil. Y de los que han bajado a Segunda, el único que ha mantenido el tipo ha sido el Deportivo.

P: Con la decisión de Lendoiro de no presentarse a las pasadas elecciones se fue el último integrante del trío gallego que posiblemente fue el núcleo del Superdépor junto a Fran y usted. ¿Cómo ve esta nueva etapa del Deportivo?

"Espero que el Deportivo encuentre su camino, el de la victoria"

R: Creo que está en buenas manos, pero también se necesita suerte y dependes mucho de los resultados. Espero que por el bien del fútbol y por el bien de A Coruña que el Deportivo encuentre su camino, el de la victoria. Lo que pasa es que competir en una ciudad pequeña como es la nuestra no es fácil. Requiere un poco hacer las cosas con cierto sentido, y también suerte.

P: Los únicos integrantes del club que todavía perviven de aquella etapa son Barritos, Suso y Franganillo. ¿Mantiene el contacto con ellos?

R: No mucho, porque los nietos me ocupan buena parte de mi tiempo. Me alegro mucho cuando los veo de vez en cuando. A Barritos, a Suso y a Franganillo, al que quiero mucho y además él lo sabe. Y ahí están, dando el callo todavía a favor de este Deportivo.

P: ¿A quién consideraría su ‘neniño’ en la actual plantilla del Deportivo?

R: Tenemos ahí a Ínsua, este chico que está jugando bien. También Juan Domínguez, que juega muy derecho. Son jugadores que tienen futuro.

P: Usted coincidió con Fernando Vázquez al frente de la selección gallega. ¿Le gustaría retomar ese proyecto?

R: No. Yo ya fui en la otra ocasión con Fernando y estuve muy a gusto con él, pero no quiero volver a la actividad. Hay que estar joven, más despierto, muy activo, para poder dominar la cuestión. No estoy para eso ya.

P: ¿Sigue poniéndose alguna chaqueta en particular para dar suerte al Deportivo cuando juega?

R: No, lo que pasa es que no miro mucho la televisión cuando juega el Dépor porque me pongo nervioso. Estoy con los nietos, y a veces bajo a un espacio que hay cerca de la casa para jugar al fútbol. De vez en cuando pregunto cómo van y estoy pendiente, pero no miro mucho, que me pongo nervioso.  

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Sobre el autor
Pablo Varela Varela
Máster en Comunicación e Industrias Creativas por la USC. De pequeño devoraba atlas y crónicas de fútbol, y eso nunca ha cambiado. Redactor en la sección del Deportivo de la Coruña en VAVEL. E-mail de contacto: [email protected]