El 21 de diciembre de 2012, durante el transcurso del partido que enfrentó a Tenerife y Alcalá, Álvaro Cervera decidió dar la alternativa a uno de los valores emergentes de la cantera tinerfeña. Fueron apenas 20 minutos de juego en los que Ayoze Pérez Gutiérrez asomó la cabeza para mostrar, a cuentagotas, lo que un año y cuatro meses más tarde le ha convertido en una de la revelaciones de esta Liga Adelante 2013-2014. Caracterizado por un físico liviano y una portentosa capacidad para ganar espacios a las zagas rivales, el joven futbolista oriundo del barrio de María Jiménez no sólo ha pasado a ser la referencia del Tenerife, sino también un ejemplo de que las categorías inferiores del conjunto chicharrero vuelven a producir jugadores de nivel.

El nombre de Ayoze, estrechamente vinculado con la historia de la monarquía guanche, también ha legado a varios de los mejores futbolistas que han salido recientemente de la isla. Sin ir más lejos, el Deportivo fue durante dos temporadas el hogar de Ayoze Díaz, ahora compañero de la joven perla tinerfeña en el vestuario que capitanea un clásico del fútbol canario, Suso Santana. Antaño, fue Ayoze García quien alcanzó Primera División con el primer equipo de la mano de José Luis Oltra. Ahora, con 28 años, juega en el New York Cosmos de la NASL, la segunda división del fútbol estadounidense. Sin embargo, parece que será Ayoze Pérez quien dará el salto al estrellato a corto plazo. Las necesidades ofensivas del equipo, además de ir en consonancia a su evolución como jugador, han favorecido la eclosión de un talento que, tal y como ha ido adelantando la prensa canaria en los últimos meses, apunta a Oporto como su próximo destino. Pese a que desde la dirección del club apenas han trascendido detalles, su agente, Olaf Bonales, sí ha filtrado en varias ocasiones el interés de numerosos equipos europeos en su representado.

Por el momento, Ayoze se ha mantenido al margen de rumores y noticias y ha seguido a lo suyo, marcando goles y repartiendo juego, un hecho que ha agradecido, y mucho, el equipo de Álvaro Cervera. El peligro generado por el atacante tinerfeño no sólo se traduce en buenas sensaciones, sino también en cifras determinantes. Sus 16 goles y cinco asistencias se han traducido en un total de 30 puntos para el conjunto canario, algo más de un 68% de los 44 que han cosechado hasta el momento los blanquiazules. En los 27 encuentros que ha disputado hasta el momento, Ayoze ha marcado el gol del triunfo en cuatro partidos y el del empate en uno de ellos, lo que ha supuesto un total de 13 puntos a favor para su equipo -ante la Ponferradina, Hércules, Lugo y, curiosamente, ante el Real Madrid Castilla en la ida y la vuelta-.

Su irrupción definitiva tuvo, además, mucho que ver en la buena racha cosechada por el Tenerife desde la jornada 10 hasta la 17, con ocho partidos sin perder que hicieron subir a los chicharreros desde la antepenúltima posición hasta el decimocuarto puesto. En dicho periodo, Ayoze Pérez anotó un total de cinco goles y dio un pase de gol. Desde entonces, los continuos vaivenes de la categoría y la progresiva adaptación de algunos jugadores a los esfuerzos que exige la misma han elevado al conjunto canario hasta el borde de los puestos de play-off. En cierta manera, el auge de Ayoze también propulsó el crecimiento de Aridane, que pasó a compartir la presión de ser el líder en ataque con un futbolista que con sus 16 tantos esta temporada ya ha igualado los números de Ángel Rodríguez, uno de los últimos productos de la cantera chicharrera, que en sus cuatro años como profesional en el conjunto de su tierra también logró anotar 16 goles entre Primera y Segunda División.

Ayoze Pérez, al que todavía le quedan lejos las cifras de una de las leyendas de la afición tinerfeña, el mítico Cristo Marrero, puede que tampoco le quede mucho tiempo en el Heliodoro Rodríguez López. Sin embargo, ya ha dejado su impronta en apenas ocho meses que, además de congregar en las gradas del estadio a diversos ojeadores de la élite europea, también han servido para asistir al surgimiento de la nueva figura de una escuela futbolística que destila gusto por el toque, la imprevisibilidad y la finta. Pedro fue uno los últimos ejemplos. Ayoze Pérez persigue ahora su estela. Su próxima parada, Riazor.