Huérfana de sello local se encuentra la puntería blanquiazul. El reciente fichaje de Lucas Pérez (A Coruña, 1988) despierta un nuevo sentimiento en el aficionado deportivista, dado tradicionalmente a soñar despierto y a ilusionarse en el acto con las nuevas incorporaciones. Este sentimiento no es otro que el de poseer de una vez por todas un "killer" que determine, un referente a la hora de matar partidos y de conseguir puntos en la Temporada del regreso y de la deseada consolidación.

Qué hermoso sería si el gol se vistiese de vecino, si el ariete sintiese lo mismo que cada aficionado cuando el balón besase la red, si uno de los héroes de esta importante Campaña iniciase una reconversión hacia lo propio, si la pólvora blanquiazul rezumase aroma herculino.

La punta de lanza blanquiazul anhela referentes coruñeses. En los últimos tiempos, una demarcación la de delantero con grandes nombres en los momentos gloriosos y un tanto venida a menos en los momentos de austeridad, donde los fiascos se van combinando con aportaciones fugaces en forma de cesiones. Abandonos con la miel en los labios y lágrimas en los ojos.

Porque llevar la mirada hacia la década de los 60 es remontarse al pasado en demasía. Amancio Amaro Varela (A Coruña, 1939) será siempre un paso fugaz por las filas deportivistas, más recordado en la ciudad por haber dado el paso de la provincia a la capital cuando no se estilaba que por haber protagonizado momentos de éxito para el Deportivo. Aquel muchacho de cualidades innatas para el gol prepara una maleta hacia la gloria, hacia Copas de Europa de clubes y selecciones y hacia Balones de Bronce en el Bernabeu. En el viejo Riazor, deja de todas maneras 119 goles repartidos en 344 encuentros, una marca única hasta el momento, la máxima cuantía realizadora de un coruñés de cuna en la historia del Deportivo.

Desde el barrio de Monte Alto hacia el estrellato, Luís Suárez Miramontes (A Coruña, 1935) deja en el Deportivo otra pequeña marca en comparación con otras metas logradas a nivel individual y colectivo de todos conocidas. El único Balón de Oro nacional anota 63 tantos en 139 partidos, por detrás de Amancio en la carrera por el "Pichichi autóctono".

Marcelino, Chas, Carlos Torres, Arsenio Iglesias o Fran son otros ejemplos de anotadores destacados pero con nacimiento en la provincia, no en la misma ciudad de A Coruña.

Sin necesidad de volver la vista tan atrás en el tiempo, un caso en la década de los 90 recuerda al de Lucas Pérez pero a la inversa. David Fernández Miramontes (A Coruña, 1976) es el goleador coruñés olvidado. Tras poseer un elevado reconocimiento en el mundillo futbolístico local, "David Maradona" debuta con el Deportivo de Toshack en 1995, en pleno apogeo del SuperDépor. El baile de futbolistas tradicional en aquellos tiempos y la competencia en la delantera hacen que este futbolista desequilibrante, técnico y de olfato goleador se vea en la necesidad de emigrar a Escocia, donde logra hacerse un hueco en el Celtic de Glasgow.

Curtido en ligas extranjeras recala en el Deportivo la última esperanza para el gol coruñés. En el deseo de todos, que el siguiente Amancio o Luís posea de nombre Lucas y que los motivos personales aludidos por el jugador para vestir la blanquiazul no sean otros que los de trinfar en su ciudad. Anhelo coruñés para la pólvora blanquiazul