Desde aquel fatídico encuentro frente al Oporto en semifinales, aproximadamente un centenar de jugadores han vestido la elástica blanquiazul. Con el primer descenso, esta situación se agravó y apenas un puñado de jugadores de la actual plantilla han militado durante más de cinco temporadas. Manuel Pablo se erige como el último de una ristra de jugadores que han sido un emblema para el club como Fran, Mauro Silva, Donato, Acuña o Valerón. Además, el banquillo ha cambiado de inquilino hasta en siete ocasiones.

El Deportivo empieza a hacer las primeras incorporaciones en su regreso a la Liga BBVA. Hasta la fecha, las llegadas han sido en forma de cesión –Salomão, Lucas Pérez y Canella– o de contrato de apenas un año de duración –como es el caso de Isaac Cuenca–.

Para cubrir los huecos de aquellos jugadores que abandonaron la plantilla, la directiva está manejando diferentes nombres para completar el plantel, entre ellos Bojan o José Rodríguez. Sin embargo, ver tantas caras nuevas en la pretemporada de los coruñeses no es algo novedoso.

La mayor transformación del conjunto herculino se produjo en el verano del año 2005 y la temporada pasada en la Liga Adelante.

La llegada de Caparrós supuso la mutación del Súper Dépor al Baby Dépor. Parte de los jugadores que llevaron a los blanquiazules a tocar con la yema de los dedos la Champions League se fueron. Asimismo, la temporada pasada hubo un cambio radical en el once que alineó Vázquez en Gran Canaria frente a Las Palmas y el que logró el ascenso en A Coruña ante el Jaén apenas nueve meses después.

La transformación en la plantilla es algo que se repetirá durante los próximos años con un club inmerso en un concurso de acreedores y una deuda económica abrumadora, cuyo mayor patrimonio es la afición. Una estabilidad en la Liga BBVA podría sanear la economía del club y relanzar al Deportivo.