Bien sea por la similitud de unos colores o bien por cuestiones del corazón, lo argentino gusta tanto en A Coruña como A Coruña atrae a lo argentino.

La reciente incorporación de Luís Fariña al conjunto deportivista, enciende una mecha de la que no se espera otra cosa más que acabe en llama, como otros ejemplos de albicelestes de nacimiento que, tras pasiones reconocidas, acabaron adoptando el blanquiazul como un color tan arraigado en sus corazones como el Sol de Mayo en la bandera de la patria.

Existen atracciones dificilmente explicables, pero en este caso claro queda que la afinidad entre el futbolista argentino y el Deportivo reside en mayor medida en el corazón que en el bolsillo y en lo humano más que en lo meramente deportivo.

Será por el placer de defender al "chiquito" que pretende desafiar al "grande". Será por la predilección de la hinchada herculina por aquellos que parecen sentir la elástica que portan. Será por la manera de vivir el espectáculo, por demostrar amor incondicional al escudo, por arropar, por dar cariño infinito a aquellos que representan en el terreno de juego todo aquello que se siente desde la grada. Será porque el fútbol no es otra cosa más que sentimiento y sentimiento es una parte indispensable de otra escuela de futbolistas, donde el esfuerzo se equipara con la calidad técnica y donde la nobleza no está reñida con la competitividad o con la competencia.

No son pocos los ejemplos de presencias argentinas en las filas deportivistas a lo largo de la historia del Club. Unas serán más recordadas que otras y vendrán siempre determinadas por el estado por el que atraviese el fútbol en ese momento, dotando a los jugadores de mayor o menor determinación y transcendencia. De los simples futbolistas de los años 50 a los "símbolos" actuales, estos son algunos ejemplos de la "pasión" argentina al servicio del Deportivo.

Años 5o: Oswaldo, Franco y Corcuera al mando de Alejandro Scopelli

Con el tango de Gardel, la "Orquesta Canaro" interpretaba notas de victoria en aquel glorioso Deportivo que a punto está de conquistar la Liga española en 1950.

En aquel gran equipo, cinco hombres temibles en ataque de los cuales cuatro de ellos provienen del otro lado del atlántico. Oswaldo, Franco y Corcuera son la nota argentina de la mítica "Orquesta Canaro", nombre con el que pasarán al recuerdo aquellos cinco futbolistas, mientras Moll recala en A Coruña desde Uruguay.

Desde el banquillo, Alejandro Scopelli, platense de nacimiento y uno de los primeros jugadores argentinos en pisar el Viejo Continente. Como técnico, exitoso paso por el Deportivo y Espanyol en los 50 y selección chilena en los 60.

Años 70 y 80: Pasos fugaces pero numerosos

Todavía dentro del "fútbol antiguo" y con el equipo compitiendo en la Segunda división, son muchos los argentinos que recalan en el Deportivo en aquella época, aunque la mayoría de ellos serán poco recordados.

Nombres como Joaquín, Arzubialde, Merlo, Ribolzi, Alegre o Damiano dejarán poca huella frente a otros más sonados como Carlos Brizzola, Albis o Carlos Ernesto Fontana.

Estos futbolistas serán los predecesores de los futbolistas modernos, ídolos y referentes de masas

Años 90 a la actualidad: De Lionel Scaloni a Luís Fariña

Comienzan los años gloriosos del Deportivo en unos tiempos donde los futbolistas son los auténticos referentes de este deporte.

Con un Mundial Sub20 bajo el brazo, en 1997 recala en A Coruña un jovencísimo Lionel Scaloni de la mano de su hermano Mauro. Pocos aficionados podrían llegar a imaginar la transcendencia de aquel fichaje en años posteriores, al convertirse en el quinto futbolista extranjero con más partidos disputados de blanquiazul y a un auténtico icono del jugador comprometido por la causa.

Jugador argentino por excelencia, aguerrido, pasional, comprometido, carismático y leal, Lionel Scaloni se convierte en el primer paso de cara a la consolidación de los lazos blanquiazul-albiceleste. "Volvería al Deportivo de rodillas" resume perfectamente el sentir de un argentino por un Club y una ciudad volcada hacia sentimientos profundos que representen lo que cada uno siente sobre el césped.

Después de casi 10 años, Scaloni continúa sintiendo deportivismo por los cuatro costados, al igual que otros compatriotas con pasado deportivista. Diego Colotto y Fabricio Coloccini representan perfectamente lo que significa sacrificar un sentimiento por el beneficio del Club al que quieres. Ambos abandonan la disciplina deportivista con lágrimas en los ojos ante ofertas irrechazables para la viabilidad del Club.

En los últimos tiempos, Emmanuel Culio supone un paso efímero pero en la continuidad del legado dejado por los citados anteriormente. Media Campaña basta para hacerse un hueco en la hinchada deportivista a base de esfuerzo, garra y temperamento al más puro estilo Scaloni. De nuevo necesidades económicas fuerzan un traspaso pero no truncan un regreso para festejar con compañeros un ascenso por las calles de la ciudad.

Germán Lux es el último ejemplo de arraigo y amor por unos colores. Después de ser uno de los artífices del ascenso la temporada pasada, el guardameta argentino prioriza A Coruña y el Deportivo a la hora de renovar por el conjunto blanquiazul. Deportivista confeso y amante de la hinchada y de la ciudad, "Poroto" supone la última muetra de esa afinidad difícilmente explicable pero latente entre lo argentino y lo deportivista.

Se espera que la perla de Racing Luís Fariña siga la línea de sus compatriotas. Por el momento y sin muchos datos que barajar, "agárrense", es argentino.

Imágenes: R.C.Deportivo de la Coruña