Seis jornadas de liga, cuatro puntos y sin ganar aún en Riazor. Al Deportivo se le continúan haciendo eternos los 90 minutos. En todos los encuentros ha tenido momentos de buen juego, pero en el global el Deportivo continúa sin ser superior al rival. Obviamente siempre se pueden sacar conclusiones positivas pero cada vez más cuesta encontrarlas. Si en Vigo el primer tiempo fue para olvidar  en esta ocasión tras la reanudación el equipo herculino fue de todo menos un equipo. 

Líneas excesivamente separadas, físicamente inferior al rival, sin patrón de juego y cada uno la guerra por su cuenta. En ocasiones el único recurso que muestra el equipo es dársela a Cuenca y el resto a mirar y esperar que el extremo pueda hacer la jugada del partido.

Desde el banquillo, el técnico tiene un gran porcentaje de culpa. No resulta complicado apreciar cómo se parte el equipo con el doble pivote formado por Álex y Mendunjanin. Sin presión al rival pero también sin posesión. Urgía un refuerzo en la medular, como el pasado martes en Vigo  y desde el banquillo de nuevo no se volvió a apreciar el problema.

Un primer tiempo dominador

Comenzó el Deportivo con varios matices distintos respecto a días pasados. El primer ejemplo fue Fariña que participó muchísimo en juego bajando a recibir al mediocentro. Los blanquiazules movían el balón con fluidez con un buen Postiga que parecía que podía tener su día. 

Las únicas noticias que se tenían del Almería llegaron en varios contraataques muy peligrosos pero con muy mala selección de pase del lanzador del ataque. Aún así la primera gran ocasión llegó con un magnífico lanzamiento lejano de Edgar a los quince minutos. En esta ocasión Germán Lux estuvo acertadísimo y despejó a córner.

Continuaba el Deportivo con la posesión y empezó a traducirse en oportunidades. Primero fue Cuenca tras una buena jugada por banda que en lugar de pasar a Postiga en boca de gol, decidió tirar y por muy poco no entró el esférico. 

Peligro a balón parado

Tras varios saques de falta inocentes por parte del Deportivo llegó la ocasión más clara para el cuadro blanquiazul. Sidnei envió el balón al palo tras una jugada embarullada tras un saque de falta lateral.

Sin centro del campo el Dépor comienza a perder el partido

El equipo blanquiazul pide a gritos según avanza el encuentro un refuerzo en la medular y desde el banquillo se sigue sin satisfacer esta demanda. El doble pivote se ve superado según avanzan los minutos y el cansancio de extremos y mediapunta termina por partir mortalmente al equipo en dos. 

Por un lado los cuatro de atrás más la pareja del doble pivote y por otro los mediapuntas y el delantero centro. Cuenca y Juanfran se la juegan en profundidad en todas las jugadas, Fariña -sin sitio- muestra destellos que se diluyen con los minutos, Postiga una isla en la punta y Medunjanin lento, impreciso y muy lejos del área.

Con José Rodríguez en el banquillo, Víctor Fernández prefirió dar entrada a Cavaleiro, Toché y  Canella acentuando más aún la amplitud del equipo desde la defensa hasta el ataque.

Rubén salva al Almería en boca de gol y el Deportivo desapareció

Arreones y balón parado. Este fue el único peligro que generó el equipo herculino en el día de hoy. En una falta, de nuevo lateral, perfectamente botada por Medunjanin, Postiga a un metro de la portería no es capaz de anotar con una magnífica parada del cancerbero visitante.

Transcurría el minuto 63 y aquí se puso punto y final al partido del Deportivo. El paso de los minutos aumentó la distancia entre líneas, facilitó la circulación de balón del Almería y poco a poco el Deportivo y la afición fue perdiendo la esperanza de lograr la victoria. 

Los cambios restaron en lugar de sumar

Tres elecciones para los cambios que no aportaron nada. Mientras que desde el banquillo visitante se dio entrada a Soriano en el minuto 70 dando empuje y presencia al Almería en el centro del campo, desde el banco local los cambios no mejoraron ni reforzaron al Deportivo.

De hecho el Deportivo terminó de romperse del todo con las salidas del terreno de juego de Cuenca (por lesión), Juanfran y Fariña. Cavaleiro aportó imprecisión y pérdidas de balón, Toché desubicado en la media punta se multiplicaba para ayudar atrás y llegar al remate con un Postiga lesionado y la salida de Canella por Fariña no dotó al equipo de profundidad ya que se perdió totalmente la posesión en el centro del campo.

El Almería jugó a placer en la medular hasta que en el último minuto del partido Edgar, con todo el tiempo del mundo tras una pérdida de balón logró un magnífico tanto que le da los tres puntos al Almería y deja muy tocado al Deportivo, que se queda con cuatro puntos con dos partidos por delante de máxima complicación. 

El Dépor se enfrentará al Sevilla en Nervión y recibirá al Valencia en Riazor la siguiente jornada. 

La afición desilusionada

En el partido contra el Rayo la grada se marchó con buen sabor de boca tras el gol de Cuenca en el último minuto. En la visita del Real Madrid, a pesar de la abultada derrota el equipo deja buenas sensaciones y la grada despide al equipo con aplausos. En Vigo, con 1000 aficionados blanquiazules en las gradas, el buen segundo tiempo y el fallo final de Medunjanin siguen invitando al deportivisimo a ilusionarse con los detalles que partido a partido se pueden ir salvando.

Todo cambia tras esta última derrota. En un rival de la misma liga que el Deportivo la imagen que deja el Deportivo en el aficionado es muy negativa. De hoy sólo se puede salvar el peligro generado a balón parado y la puntilla, el gol en el descuento que deja sin premio, otra vez, al Deportivo por tercera jornada consecutiva y a una afición que tras cuatro años en un noria deseaba un año tranquilo y sin sobresaltos. 

FOTOS: César Quian | La Voz de Galicia