Es necesario que A Coruña reciba al Valencia para recordarle a Riazor que vuelve a estar en Primera. El equipo parece que no se lo cree y la afición precisa esa inyección de adrenalina propia de antaño. Es curioso, pero deportes como el fútbol parecen nutrirse de este tipo de sentimientos, de extrañas energías que, siendo de una índole u otra, acaban por resultar beneficiosas. No te sacas el carnet de socio por partidos-somnífero retransmitidos a las cinco de la tarde; te lo sacas por este tipo de acontecimientos, por ser partícipe de esa expulsión de bilis e improperios que hacen de un campo de fútbol uno de los lugares más soeces que jamás pisarás. Esas noches en las que te encuentras en una caldera a presión, en las que tus palabras a nadie le importan, abordadas por silbidos, vitoreos, abucheos y lamentos. Templo de extásis y tormento.

Los Dépor – Valencia se afrontan con tensión y vehemencia, fruto de una rivalidad forjada a lo largo de los años entre dos equipos que, en el pasado, luchaban por el mismo trozo de pan. Ahora la situación es bien distinta, pero los aficionados deportivistas parece que no olvidan la tirantez propia que por su cuerpo rube al recibir la visita del conjunto ché. Porque para unos y otros la cita sigue siendo un derbi, como una cena de etiqueta.

1. El penalty de Djukic (temporada 93/94):

El momento más conocido y archidoloroso para los deportivistas. Una ciudad como A Coruña tenía la oportunidad de convertirse en la campeona de España: los provinicianos no daban crédito y Lendoiro se frotaba las manos; pero no cayó esa breva, el destino parecía estar ya escrito para los coruñeses y el Barcelona, experto en este tipo de situaciones, se llevó el título.

2. Gol de Alfredo (final de copa del 95):

El Deportivo afrontaba su primera final de Copa con ilusión y desparpajo, ya llevaban unos años en estado de gracia y comenzaban a percartarse de su condición. El encuentro se disputó en el Santiago Bernabéu, pero a falta de once minutos del final el partido se suspendió por el diluvio que les sobrevenía. El resultado era de empate a uno. Tres días más tarde se reanudó el juego y pocos segundos tuvieron que pasar para ver cómo Alfredo (un tío de metro y medio) devaluó por completo el trabajo de Zubizarreta en las alturas.

3. Monedazo (temporada 05/06):

Vicente Egido, asistente de Carlos Mejía Dávila.

De nuevo en la Copa de S.M. El Rey, esta vez en el año 2006, durante los últimos coletazos del Eurodépor. La contienda se estaba desarrollando, como de costumbre, con mucha intensidad (Carlos Marchena fue expulsado a los ocho minutos por un codazo), pero en esta ocasión un expectador valencianista se vio superado por la situación y propició un monedazo al juez de línea Vicente Egido. El partido fue suspendido a los 44 minutos.

4. Golazo de Villa (temporada 05/06):

Esa misma semana el calendario liguero rezaba que el Valencia visitaría al Dépor, entre ida y vuelta. El partido terminó con victoria ché por 0-1. El único gol del encuentro es esta preciosidad que David Villa regaló a los incrédulos ojos de Riazor. Molina estaba adelantado (posición que era habitual) y la presión en el medio del campo era nula, si tienes un buen golpeo no necesitas más.

5. Descenso (temporada 11/12):

Estaba escrito en alguna parte que el Valencia sería el verdugo del Deportivo, seguramente por un mal novelista o un tipo con un peculiar sentido del humor. Y así fue, la presión hizo que los herculinos firmaran un partido horroroso y el conjunto ché se comportó de una manera profesional e hizo su trabajo. No sudaron pero compitieron, y ello fue suficiente para consternar a una ciudad y anegarla de llantos.

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