Todas las mentes mínimamente en orden tenían puesta su atención en los fatales prolegómenos, pero aunque el sentido común dictaba una suspensión el domingo en el Vicente Calderón se disputó un partido de fútbol entre el Atlético de Madrid y el Deportivo que por parte de los de Víctor Fernández dejó conclusiones, aunque escasas por la magnitud del rival.

La defensa de cinco, un planteamiento de necesaria continuidad

Con el precedente de la portería a cero vivida ante la habilidosa delantera de la Real Sociedad, todo parecía indicar que Víctor Fernández volvería a instaurar la zaga de cinco hombres ante el Atlético de Madrid. Y así fue, pero con peores resultados. Aún así, este tipo de contención resultó efectiva durante un tiempo, aunque corto. Menos de una parte fue lo que aguantó el Deportivo con la imbatibilidad de Fabricio. Pero existen varias razones por las que no dejar de creer en este planteamiento.

A pesar de recibir dos tantos, este sistema defensivo no debería ser dejado de lado por el hecho del nivel del rival. Ante la Real Sociedad, un equipo con plantilla claramente superior al Deportivo y atacantes de garantías, el aguante fue exitoso y gracias a la concentración de la poblada zaga los coruñeses consiguieron un punto valioso. De esta manera, y con dos rivales asequibles en la recámara como son Málaga y Elche, cualquier intención del cambio por el cambio debería desecharse para, por una vez, darle continuidad a un planteamiento que de momento no está resultando decepcionante.

Superados

Tal y como cabía esperar por el nivel del rival, el Dépor se limitó en el Calderón a aguantar las embestidas de los de Simeone y sobrevivir a duras penas con leves contraataques, aprovechando la velocidad de un Cavaleiro muy solitario a la hora de llevar una iniciativa ofensiva. Los de Víctor Fernández no hicieron trabajar a Miguel Ángel Moyá hasta que Sidnei decidió chutar a puerta a falta de menos de diez minutos para el final en una incorporación, y es que el Atlético mantuvo a raya a los blanquiazules durante la totalidad del choque.

Así, quitando ese tímido disparo del defensor brasileño, los rojiblancos ejercieron un auténtico monopolio de ocasiones y acercamientos que solo la poblada línea defensiva herculina y la seguridad de Fabricio pudieron contener, en uno de esos partidos en cuyo resumen solo se podría ver a un equipo atacando durante cinco minutos.

La mala suerte de Diakité

Luchando por oportunidades desde que aterrizó en A Coruña, el central francés de origen africano solo ha podido gozar de la titularidad en dos encuentros de Liga, casualmente contra Atlético y Real Madrid, viéndose superado por los poderosos atacantes de ambos equipos en todo momento y protagonizando sendas malas actuaciones. Todo parece indicar que la falta de atención puesta en él por Víctor Fernández forzará su salida en invierno para liberar masa salarial, pero si hay que reconocer una cosa es que la fortuna de Diakité en la ciudad de Hércules no ha sido precisamente buena.

Imagen: Agencia EFE.

Con la del pasado domingo, las pruebas exigentes fallidas otorgadas al zaguero tienen toda la pinta de haberse acabado. ¿Qué hubiera pasado si Diakité hubiera tenido alguna oportunidad ante rivales del nivel del Dépor? ¿Se hubiera visto a un central con cosas que aportar? Con toda probabilidad parece que nunca se sabrá.

Una víctima más del balón parado

Como se suele decir dentro del mundo del fútbol, una cosa es conocer el gran punto fuerte de un equipo o jugador y otra muy diferente saber pararlo. En este caso esta máxima se volvió a producir con el poderío del Atlético en las jugadas de estrategia. A pesar de no contar con Joao Miranda, uno de los centrales con mayor capacidad goleadora del mundo, los de Simeone volvieron a destrozar al rival con un balón parado casi letal.

Esta vez, Saúl Ñíguez y Arda Turan fueron los encargados de finalizar ambas jugadas y condenar al Dépor. La primera, fruto de una inocente falta lateral provocada por Wilk, resultó ser la más dolorosa para un equipo coruñés que ya casi se veía en el tiempo de descanso con posibilidades de hacer algo en el Calderón. Fuera como fuera, el domingo el Dépor se sumó a la cada vez más larga lista de víctimas de la estrategia del Atlético de Madrid.