Han sido muchos los momentos en los que el Dépor ha pasado de lo bueno a lo malo y de lo malo a lo peor en solo unos instantes: el derbi de Balaídos, el partido del Sánchez-Pizjuán... La pregunta es: ¿por culpa propia o por mala fortuna? ¿Son justificables en la suerte algunos de los aspectos vividos últimamente en el Deportivo y sus partidos? A continuación Rubén Suárez y Álex Varela, redactores de Dépor Vavel, debaten sobre ello.

Importancia del factor suerte, por Rubén Suárez (@Ruben7Suarez)

Con la finalización del encuentro ante el Granada, el descontento inundó los corazones de los deportivistas. De golpe y plumazo dos puntos se esfumaron e hicieron volver las dudas a una afición acostumbrada ya a irse del estadio con más pena que gloria. Acto seguido, Víctor Fernández en rueda de prensa culpaba a la mala fortuna de esta incapacidad para cerrar los encuentros y anticipaba que habrá un día en el que el Deportivo gane sin merecerlo.

La suerte no es para quien la busca, sino para quien la encuentra. Efímera, fugaz y experta en regatear. Si bien en el césped la fortuna juega un papel desequilibrante (e injusto en ocasiones), fuera de él no es menos importante. Las lesiones han ido propinando reveses a la escuadra blanquiazul desde el comienzo del curso 2014/15. Ese mal fario al que alude Víctor Fernández bien podía personificarse en las ausencias de Lucas Pérez, Fariña, Salomão o Hélder Postiga. Bajas que evitaron que el técnico maño formara un once tipo, un bloque sólido que evitara los experimentos partido tras partido.

A fin de cuentas, y con la mala suerte como aspecto diferencial en esta primera mitad de calendario, las expectativas del Deportivo pasan por dar la vuelta a esta situación y conformar un bloque de garantías para afrontar las siguientes citas. Y es que al renacer de Lucas se le suman las incorporaciones de Celso Borges (ya con el transfer en regla) y la puesta a punto tanto de Hélder Costa como de Salomão (al que se le espera desde noviembre). Noticias que invitan a pensar de forma más optimista y otorgan un plus a una plantilla que ve más cerca que nunca poner la fortuna de su lado. Porque tal cual decía Isaac Asimov, "la suerte favorece sólo a las mentes preparadas".

Demérito propio, por Álex Varela (@AlexVFdez)

Es posible que el factor de la mala suerte tenga que ver en algunos aspectos de los partidos y su preparación, pero si a grandes rasgos hay algo que termine provocando golpes es la poca preparación. Las lesiones de Lucas y de otros jugadores han tenido que ver, sí, pero eso no justifica que Víctor Fernández lleve desde agosto sin una idea de juego consolidada que provoque que el espectador nunca sepa qué tipo de Dépor va a ver en la tele o en Riazor.

Además, las faltas de concentración defensivas y el poco acierto arriba no pueden deberse en su totalidad a la mala fortuna, ni siquiera en una proporción pequeña. El gol de Ibáñez el pasado domingo es una negligencia clara de la defensa, igual que todas las ocasiones que tuvo el Dépor ante el Levante fueron desperdiciadas por falta de capacidad. Y como esos dos se podrían poner más ejemplos: el error ante al Almería por llevar a casi todo el equipo arriba en la última jugada provocando la contra posterior, mal juego contra Getafe, Córdoba y Sevilla...

Recurrir a la mala suerte puede tener una base razonable en algunos momentos, pero está en mano de los jugadores y del técnico hacer todo lo posible para evitar que esas situaciones se vuelvan a repetir. Eso solo se consigue con trabajo y compromiso, ya que es la verdadera fuente de los resultados y del éxito, y si de momento el Dépor aún no goza de esa 'bonanza' es solo por culpa suya.