Segunda victoria fuera de casa del Deportivo, que a los mandos del tico Celso Borges (autor de los dos goles) logró un triunfo de grandísima importancia en su lucha por evitar los puestos de descenso a Segunda División en un choque trepidante y lleno de ocasiones. El Estadio de Vallecas se une así a Ipurúa en la pequeña lista de territorios conquistados por los de Víctor Fernández. El Rayo, que no pudo hacer nada con el gol de Alberto Bueno, continúa sin embargo su mala racha como local.

El primer episodio de una larga batalla

Los primeros cuarenta y cinco minutos resultaron ser atípicos dentro del catálogo de despropósitos que suelen salir de los partidos de los viernes. Lleno de idas y venidas, Rayo y Dépor protagonizaron una parte inicial entretenidísima gracias a los numerosos acercamientos de ambos a las porterías de Toño y Fabricio. El guardameta del Dépor fue el primero en actuar, en un mano a mano ante Leo Baptistao que logró enviar con éxito a saque de esquina. Pero resultó ser la inmediataBorges se estrenó como goleador a los seis minutos de debutar con el Deportivo respuesta deportivista la que supondría el primer gol del partido, obra del debutante Celso Borges, que tras un saque de falta botado por Cavaleiro conseguía enviar al fondo de la red un rechace del meta rayista Toño. Llegar y besar el santo. Y lo que le quedaba aún.

El ritmo, alto en todo momento, no defraudó al espectador neutral; al contrario que al parcial, que sufría cada dos o tres minutos un acercamiento con peligro del equipo rival, fuera vestido de franjirrojo o blanquiazul. Y el segundo tanto iluminó el marcador de Vallecas. Esta vez fue Alberto Bueno, logrando el empate para los madrileños en el minuto 21 tras aprovechar un error clamoroso de Lopo en un despeje, donde Fabricio nada pudo hacer. A partir de este momento, la balanza del dominio pasó de estar equilibrada a inclinarse con tendencia al lado local, ya que el Rayo Vallecano y su empate atontaron a los de Víctor Fernández durante veinte minutos en los que su defensa tuvo que aguantar diversos acercamientos y centros al área de Kakuta, Tito, Trashorras...

Borges celebra su primer tanto de la noche. |LFP.

Sin embargo, la imprevisibilidad de los primeros veinte minutos del partido retornó en los tres últimos de esta primera parte. El Dépor gozó en estos instantes de hasta tres oportunidades manifiestas para volver a adelantarse en el marcador: José Rodríguez (que vio la quinta amarilla y se perderá la próxima jornada frente al Eibar) en dos ocasiones y nuevamente Celso Borges hicieron lucirse a un Toño que por un momento se consagró en el gran salvador de su equipo. Finalizaban así unos cuarenta y cinco iniciales trepidantes.

Desequilibrio sin consecuencias en la balanza

La segunda parte mostraría un cambio importante en la tendencia del partido. Si desde el minuto cero hasta el cuarenta y cinco el espectador vio un partido igualado, de ahí al noventa presenció un despertar del Rayo Vallecano que, aunque con garra, no logró ser productivo.

Y eso que el primer toque lo dio el Dépor, concretamente el luso Iván Cavaleiro, que lanzó un centro-chut en un saque de falta que golpeó el larguero de Toño. A partir de este momento comenzó el mencionado monopolio de los de Paco Jémez: un gol anulado a Kakuta por fuera de juego posicional de Trashorras, un remate de Alberto Bueno literalmente solo y a un metro de Fabricio que tapó el portero canario... Los franjirrojos tenían todas las papeletas de lograr la ansiada remontada, tal y como había ocurrido en el choque de la primera vuelta.

Pero lo que se repitió de ese partido no fue la vuelta al marcador, sino la desgracia de Abdoulaye Ba. El africano, en un córner aislado dentro del claro dominio local, derribó a Sidnei en un penalti diferencial para el resultado del encuentro, igual que el que hizo hace meses en Riazor al tapar con la mano un disparo de Medunjanin. Pena máxima botada por Borges y segundo gol para elAbdoulaye Ba y sus errores volvieron a condenar al Rayo tico, que de esta manera lograba convertirse en la figura del encuentro junto a Fabricio. Los últimos minutos vieron a un Rayo más que volcado para procurar la ansiada igualada, aunque a la vez angustiado y dolido por haber dejado escapar una oportunidad buena para puntuar en su tierra. Estos instantes dejaron de todo: una lesión de Sidnei, un intento de Toño por rematar un saque de esquina y los últimos y desesperados esfuerzos de los madrileños por anotar el gol. No lo hizo, y el colegiado Prieto Iglesias decretó el final de un partido loco que se llevó a casa el Deportivo.

De esta manera, y a falta de que se dispute el resto de la jornada, los coruñeses abren una distancia de cinco puntos con los tres últimos puestos que suponen el descenso, y con un refuerzo de confianza importante para afrontar los partidos ante Eibar, Madrid y Celta de Vigo. El Rayo, por su parte, seguirá luchando hasta final de año por evitar tan fatal destino.

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