Si hay una cosa de la que los coruñeses están seguros es que una victoria del Dépor no puede ir independiente al sufrimiento. Los blanquiazules, a pesar de las dificultades y los nerviosismos de los últimos minutos, lograron cosechar tres puntos de importancia vital ante un rival siempre complicado como el Rayo Vallecano; con un gran protagonista y una optimista sensación de tranquilidad (que no relajación) a la hora de afrontar el objetivo de la permanencia. Aún así, ¿qué más conclusiones se pueden sacar de esta victoria?

Ni en los mejores sueños

Con ilusión desmedida, ganas y una intención manifiesta de triunfar en una liga importante del universo futbolístico, Celso Borges se estrenó en la liga española de la manera más perfecta imaginable. El centrocampista costarricense disputó sus primeros noventa minutos con el Deportivo dejando a las claras que su importancia dentro del equipo en los partidos restantes de la temporada será muy grande. Víctor Fernández ya declaró en los días previos al choque su satisfacción con este fichaje, y tras él no se cortó en volver a elogiarle: "Hoy ha sido su primer partido y quizá le ha costado entender las segundas jugadas, pero tiene sentido de la llegada, es importante en el balón parado y tiene también sangre fría, oficio y serenidad. Su debut ha sido de notable".

Un debut que a los seis minutos ya había superado todas las expectativas. El tico, aunque con algo de fortuna, dio un golpe en la mesa en tiempo récord al enviar al fondo de la portería del Estadio de Vallecas un rebote generado tras un saque de falta de Cavaleiro a los seis minutos de empezar. Sin complicarse en sus decisiones y acatándose poco a poco al ritmo superior de la Liga BBVA, Borges optó en cada posesión por lo fácil pero a la vez efectivo, y mostrando una personalidad de las que ya escasean al pedir tirar el penalti decisivo del partido que a la postre convertiría en el gol de la victoria. Como se suele decir, "llegar y besar el santo".

Con este doblete, el integrante de la sorprendente selección costarricense del Mundial de Brasil oposita seriamente a convertirse en uno de los nuevos ídolos de la afición, sorprendida e ilusionada con su actuación. La pregunta y la duda, tan repetidas en este tipo de casos, es si este será un hecho aislado o el comienzo de una larga y fructífera relación. Lo que está claro es que, casi sin quererlo, Borges ha aportado un pequeño grano de esperanza dentro del estado de pesimismo vigente en el mundo blanco y azul.

Sin seguridad no hay éxito

Que el Dépor tenga errores defensivos que rocen lo infantil se está convirtiendo casi en una tradición en los últimos años, y Vallecas fue otro de los estadios que los presenció; aunque esta vez la desconcentración se pudo remediar con el penalti que anotó Borges. Sin embargo, los herculinos encadenan ya varios encuentros siendo víctimas de fallos que en sus debidos momentos han significado goles en contra: el gol que Messi anotó tirando a gol solo tras un córner, la confusión del balón parado que terminó marcando Ibáñez en el choque frente al Granada y ahora el gravísimo error de Lopo en un despeje que supuso el empate del Rayo Vallecano. Irónicamente era en la defensa donde el equipo había mostrado una mejoría más notable, aunque estos fallos desmontan poco a poco la tendencia.

Ya hablando de individualidades (aunque la mayoría de los errores sean más colectivos), en la línea de cuatro zagueros hay una cosa clara: existen tres puestos fijos y uno 'variable'. Luisinho y Juanfran en los laterales más Sidnei en uno de los centrales, pero la situación de Alberto Lopo comienza a ser desesperante para un sector significativo de la afición del equipo de la ciudad de la Torre de Hércules. El veterano defensor, protagonista de cada vez más jugadas desafortunadas, provoca a día de hoy cada vez más voces discordantes que piden la titularidad de otro jugador, siendo las alternativas actuales un Pablo Insua con cada vez menos minutos y un recién llegado Borja López, absoluta incógnita.

Aún así, y dejando de lado los análisis aislados, está claro que el matiz suerte que esta vez supuso el gol de Borges es un hecho del que no se puede depender. Para ello, los de Víctor Fernández deberán volver a la senda de la seguridad que tanto les costó acatar, ya que ningún equipo puede permitirse el lujo de afrontar partidos con un punto débil tan importante, y menos uno que en esta temporada se está jugando tanto en todos los sentidos.

La segunda, en la segunda

Ha tenido que esperar hasta la segunda tanda del campeonato para conseguir una nueva victoria fuera de Riazor, pero el momento no podía ser mejor. Por muy pesimista que pueda sonar, el Dépor no sabía lo que era ganar como visitante exactamente desde el 15 de septiembre del 2014, cuando un gol de Juan Domínguez le daba tres puntos a los que en aquel choque vestían la bandera de Galicia. Cuatro meses en los que los jugadores blanquiazules solo sacaban puntos y autoestima de los partidos jugados en A Coruña, un hecho que en caso de haber ocurrido en cualquier otra liga hubiera mermado peligrosamente al equipo en lo referente a la huida del descenso. Sin embargo, este lamentable registro fuera de casa le ha sido suficiente a los de Víctor Fernández para sobrevivir en una más tranquilizadora decimocuarta posición, a tres puntos de distancia del antepenúltimo clasificado.

¿Las razones de esta escaseza de resultados en feudos rivales? Ninguna cien por cien asegurable y muchas cavilaciones. Puede ser por la falta de apoyo de la afición, por desconfianza, por simple casualidad... Quién sabe. Lo que sí se sabe es que esta tendencia no puede permitirse ser una filosofía continuista en esta segunda vuelta de competición si la meta de la permanencia en Primera quiere ser algo factible. Está en las manos de los catorce de turno de cada partido y del técnico evitar una nueva debacle como visitante.

Medio mes sin Rodríguez

Dentro de la alegría que supone una victoria tan importante como esta, una de las otras notas negativas además de la ya recensionada defensa es la ausencia de José Rodríguez en los próximos partidos. El centrocampista, ahora afianzado en la banda derecha del equipo coruñés, presenció el pasado viernes la tarjeta amarilla que hace cumplir su ciclo de amonestaciones; viéndose obligado a no participar en el encuentro que el próximo viernes enfrentará a Dépor y Eibar en Riazor. Por añadido, la circunstancia de que el siguiente compromiso sea en el Santiago Bernabéu y se aplique la comúnmente llamada 'cláusula del miedo' alarga su baja hasta el segundo derbi gallego de la temporada: concretamente el 21 de febrero en el feudo blanquiazul.

La suplencia de Rodríguez durante este medio mes obliga a Víctor Fernández a buscar una alternativa que, aunque temporal, sirva para hacer olvidar al cedido por el Real Madrid. Las opciones residen en tres nombres: Diogo Salomão, Isaac Cuenca y Hélder Costa. Los dos portugueses, de un perfil más explosivo, otorgarían cosas muy positivas en caso de estar en forma; pero la duda de si su estado físico es realmente ese o no echa hacia atrás esas cavilaciones. Por otra parte, una elección de Cuenca (vistas sus actuaciones hasta el momento) aportaría dudas de salida. El trabajo de esta semana y el rendimiento de cada uno de los tres responderá a esta duda.