Ha disputado cuatro jornadas en las que no ha conseguido anotar ningún gol. En el primer encuentro después de su fichaje, solo disputó media hora entrando al campo por Toché, no tuvo apenas oportunidades a causa de la gran defensa granota.

En las tres jornadas siguientes, ya entrando como titular, ganándole el puesto a Toché, tampoco tuvo fortuna de cara a gol. Contra el Barcelona, se preocupó más de defender a causa de las embestidas barcelonistas, en ataque, todo el equipo estuvo prácticamente nulo, marchándose de Riazor con el casillero vacío.

Frente al Granada, sí dispuso de ocasiones para abrir su cuenta goleadora con la camiseta blanquiazul, en concreto, una gran jugada colectiva entre Luisinho, recuperando el balón, Álex Bergantiños, enviando un pase al hueco y él mismo, con un disparo cruzado que despejo Oier, portero del Granada, finalizando con el gol de José Rodríguez.

También dispuso de ocasiones frente al Rayo que no materializó.

Aunque para un delantero no solo son goles, sí es lo más importante, pero no lo único y aquí, es donde Oriol Riera está destacando positivamente. Se ha acoplado perfectamente al equipo y su forma de disputar los partidos, sabe que el gol está muy caro y lucha en cada partido, primero para conseguir el triunfo colectivo, segundo, el suyo propio.

Hay que destacar sus últimos dos partidos frente a Granada y Rayo, en los que además de tener ocasiones, las cuales, buscándose la vida, fue quien iniciaba la presión en medio campo hacia delante cuando no poseían la pelota, defendiendo cada jugada a balón parado y en ocasiones siendo un centrocampista más.

Cuando el Deportivo tenía la posesión, busca balones a la espalda de los defensas, crea huecos arrastrando defensas que aprovechan otros jugadores, está continuamente pidiendo balones, ya sea por alto, donde va muy bien de cabeza, o por bajo.

La lucha y ganas que aporta el jugador catalán, están causando que la grada de Riazor le tenga aprecio y sea uno de los favoritos de la afición.

Seguro que los goles llegarán, como ya le pasó en Osasuna, donde le costó arrancar. En los 41 partidos que disputó con el equipo navarro, consiguió anotar 13 goles, siendo uno de los máximos goleadores españoles.

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Sobre el autor
Manuel Lobo
@manuelPocholo19