A Coruña. Ciudad de cristal, playa y montaña. Hércules, Breogán, Riazor… historia viva. Y un equipo en la élite. Aroma a Atlántico, a morriña para siempre, y algunos dicen que a permanencia. Todavía queda mucho por remar, pero la ciudad en la que nadie es forastero ha sabido ganarse a muchos de los que el destino deparaba una pronta despedida.

Reinaba el frío, llegaba la nieve y la lluvia poblaba de charcos las aceras, incluso optaban las olas por saltarse los semáforos… Ciclogénesis, ruido y tormenta. El invierno supo ganarse su título en Galicia, y en el Deportivo. Hasta el domingo. El domingo salió el sol y volvió a su sitio en el cielo coruñés. La victoria blanquiazul ha sentado tan bien en la ciudad herculina que incluso en el clima se ha visto reflejado el optimismo que reina alrededor del club tras uno de los fines de semana más fríos del año. Después de la borrasca son muchos los dispuestos a enrolarse de nuevo en la nave blanquiazul para poder disfrutar de la tempestad deportivista un año más.

Fabricio, Juanfran, José Rodríguez, Juan Domínguez, Wilk, Cuenca, Lucas… Aunque pudiera parecerlo no es una alineación deportivista. Son algunos de los jugadores de la actual plantilla que a lo largo de las últimas semanas han hecho un guiño a la prolongación de su estancia en A Coruña.

Recién llegados y ya en casa

Con las maletas medio llenas o medio vacías, sabedores del limitado periodo que pasarían en A Coruña, desembarcaron aquellos que llegaban a la ciudad para cumplir un contrato de doce o seis meses. Algunos de ellos parecen dispuestos a quedarse y posponer su mudanza.

El primero en dejarse querer fue un hombre poco querido. Irónico. Y es que han sido muchos los partidos en los que no sólo el apellido de Isaac parecía estar lejos de A Coruña, también su cabeza. Disperso e individualista, con tanta facilidad para el regate como torpeza en la toma de decisiones sobre el césped, Cuenca abrió la veda de las renovaciones hace cuatro semanas. Dijo el catalán que “contemplaría cualquier oferta de renovación” del club deportivista. No ha logrado ganarse el cariño de Riazor en media temporada, en sus botas está el contar con otros doce meses para intentarlo.

Deportivo-Nacional (Teresa Herrera)

Embargados por el buen ambiente del vestuario y el clima optimista que siempre proporcionan las victorias -sobre todo cuando estas son escasas-, los integrantes del carril diestro mostraron su interés por permanecer en el Deportivo un año más. Criados ambos en la cantera madridista, Juanfran y José Rodríguez parecen encantados con la idea de imprimir sus nombres en las zamarras blanquiazules de la temporada próxima. José Rodríguez sabe cómo se las gasta su club de origen. Cuestionado acerca de su vuelta al Real Madrid tras el año de cesión, el ‘6’ deportivista se mostraba cauto, sabedor de la política del club capitalino: “Sé que es muy difícil. Allí fichan a los mejores y con los de la casa están optando por vender y luego, si llega el caso, repescar. Creo que lo normal es que me cedan otro año.” Sobre la posibilidad de que esa posible cesión fuese de nuevo en el Deportivo, el valenciano decía sentirse “muy a gusto” en A Coruña y no descartaba la opción de repetir estancia.

Quién va a querer irse al sexto clasificado de la Football League Championship (la Segunda División inglesa) y vivir a las afueras de Londres pudiendo quedarse en A Coruña y en la Liga BBVA. Juanfran, que también llegó cedido, es otro de los que tiene “disposición de continuar” en el Dépor. Con un puesto asegurado en el once y un ‘11’ grabado en su espalda, el madrileño ha manifestado su intención de permanecer en el club. Implicado como pocos, se le ha visto presenciando el encuentro del Fabril ante el Pontevedra, y parece poco convencido de su marcha a Inglaterra. Según comentó la pasada semana: “Cuando llegue el momento negociaremos con el Watford”.

Villarreal - Deportivo de la Coruña

Porque no sólo de titulares se nutre una plantilla, meses atrás eran otros los que se mostraban a favor de la renovación de su contrato. Quizás a día de hoy Cezary Wilk no esté tan convencido como entonces de querer prolongar su periplo en el banquillo blanquiazul. El polaco pasa por un mal momento al verse relegado a la grada. Con el fin de su contrato cercano, no parece que se vaya a optar por la prolongación del mismo, a pesar de que en la primera vuelta del campeonato parecía ser la principal opción. El polaco, que será padre en los próximos meses, a buen seguro no pondrá a su descendiente el nombre de Álex, y parece poco probable que este vaya a pronunciar sus primeras palabras con acento coruñés.

Incluso los recién llegados dejan una puerta abierta a una posible continuidad en tierras galaicas. Destinado en A Coruña por la armada francesa para los próximos seis meses -y sabedor de lo caros que se presentan los minutos en un Mónaco que aspira a todo en el fútbol galo-, Borja López (Gijón, 1994) vería con buenos ojos permanecer una temporada más en A Coruña. “Si todo va bien puede que haya una opción de quedarme aquí otro año”. Para el joven central supondría la oportunidad de demostrar lo que su rodilla no le permitió en la Liga BBVA, además de poder permanecer un año más cerca de los suyos.

Los casos coruñeses

Porque no sólo los foráneos gustan de A Coruña, también los hay autóctonos que estarían encantados de poder quedarse y no verse obligados a partir hacia otras tierras. Desde el exiliado Lucas hasta el también “coruñés” Fabricio, pasando por el ‘caso Juan Domínguez’.

Deportivo de la Coruña - Sporting de Gijón

Lucas Pérez es un chico agradecido, con mucho mundo, y opción de compra. Todavía con espinillas propias de la edad abandonó A Coruña para conocer el mundo del fútbol desde otra perspectiva. Le tocó vivir la cara menos amable de la profesión hasta que el PAOK decidió rescatarlo y acogerlo en donde hoy es poco menos que un héroe. Los griegos le sacaron del bache que vivía en Ucrania y el zurdo de Monelos se siente en deuda con los helenos, que de deudas saben bastante. Pero en casa como en ningún sitio, y cuando uno tiene una cláusula en su contrato que le permite quedarse en el lugar del que nunca debió irse, debe dejarse la piel en el intento. O la rodilla. Y es que, como dice Lucas: “Es muy bonito estar aquí”. “Tengo que demostrar que valgo para quedarme”, aunque sabe que no todo depende de él, y que si los griegos están en bancarrota el Deportivo no va a ser menos.

Rica en vitamina B, la calabaza es un fruto que en el lenguaje coloquial se asocia al rechazo. Algunos parecieron tomarse como tal las declaraciones de Fabricio cuando se le cuestionó por su renovación. Pero como en las peluquerías y centros de estética, unos matices pueden hacer que todo cambie. Si bien la primera respuesta del meta acerca de su continuidad fue esquiva: “No quiero saber nada de mi renovación hasta julio”, el pasado día dieciséis se mostró encantado con la idea. “Por supuesto”, afirmaba el canario, “hay intención de renovar, diez años más si es posible, pero ahora, a trabajar para que el club permanezca en Primera”. El que está siendo el jugador más regular de la plantilla parece encantado en la ciudad ya que se define como “un coruñés más”, concretamente del barrio de Vecindario.

Villarreal - Deportivo de la Coruña

A fuego lento se hace la buena cocina, la de toda la vida, la tradicional. En Pontedeume lo saben bien. Sin embargo cuando se pasa el punto de cocción, todo huele a quemado. Efectivamente, hablamos de Juan Domínguez. Uno que no tuvo que marcharse, el único junto a Insua, podría verse obligado a abandonar el barco dentro de cinco meses. Resulta difícil calcular cuándo se comenzó a hablar acerca de la renovación del ‘10’. Un tira y afloja con escasos precedentes e incierto futuro. El presidente hablaba de un acuerdo cercano, pero el ‘caso Juan Domínguez’ hace ya rato que huele a quemado.

Optimismo sí, pero a su debido tiempo

Los siete puntos logrados en los últimos tres encuentros suponen la mejor racha de la temporada, si bien este sábado comienza el tramo más complejo del campeonato, que acabó con cuatro derrotas consecutivas en la primera vuelta (2-8, 1-2, 0-1 y 4-1). El aprecio mostrado por jugadores jóvenes y perfectamente dotados para toda una liga como es la Primera División, es un halago para una afición ejemplar y hacia una ciudad acogedora. Quizás muchos permanezcan si el club logra mantener la categoría, sin embargo un hipotético descenso haría cambiar de opinión a aquellos que parecen convencidos de prolongar su estancia en A Coruña, además de limitar enormemente la capacidad de negociación del club. Buena señal sería que tras los próximos cuatro encuentros permanezca el optimismo en los aledaños de Riazor. El sábado: al Bernabéu.

VAVEL Logo