El Dépor pelea. Por eso ha contestado la autoridad al Málaga esta mañana en la Rosaleda, en donde cosechó un valiosísimo punto que puede resultar vital para su salvación. Escasos minutos después de la reanudación, Amrabat superaba por bajo a Fabricio con un potentísimo disparo centrado, pero un cuarto de hora despúes, Oriol Riera sorprendió con un espléndido cabezazo tras un gran centro de Lucas en una jugada a balón parado. El coruñés pudo conseguir los tres puntos para su equipo con un zurdazo soberbio en una falta en la frontal del área, pero el palo desvió el esférico lejos de la portería, también pudo conseguirlos el Málaga que, con una parada superlativa de Fabricio en el tiempo añadido, vio cómo se le escapaba una victoria importantísima para la lucha por la sexta plaza.

En el tramo final de temporada, un equipo necesitado debe hacerse fuerte lejos de su estadio, para puntuar allá donde otros no pueden y continuar, pasito a pasito, alejándose de los puestos de descenso. El Deportivo ha interiorizado esa máxima desde la llegada del nuevo Víctor que, debutando con un trabajado empate en Anoeta (2-2), ha logrado robustecer la competitividad de un equipo que precisa eso y algo más. Aunque fue el Málaga el que comenzó más enchufado, convencido de sus pretensiones y encaminado hacia la victoria. La movilidad de Amrabat y Juanmi supusieron un quebradero de cabeza para los centrales gallegos durante el primer tramo del encuentro que, descendiendo sus pulsaciones de manera paulatina, terminó por encontrar acomodo por parte de los visitantes. El Deportivo consiguió deshacerse de la presión de los de Javi Gracia aprovechando un par de errores individuales, en los que Kameni se mostró resuelto para salvar la puerta de los suyos. Cavaleiro y Lucas comenzaban a encontrar espacios, facilitados también por la esencial labor de contención de Oriol Riera que, jugando de espaldas, de cabeza, cuajó una actuación más que notable.

El medio del campo tuvo la oportunidad de manosear el esférico durante un gran tramo de la primera mitad, motivado por la reaparición de un Juan Domínguez fresco y concupiscente. Parecía que el de Pontedeume ya tenía media cabeza y los dos pies fuera del Deportivo, del interés de clubs de Primera División y con su renovación completamente estancada, pero lo cierto es que volvió a ofrecer esos destellos que todos conocen del mediapunta, de gran tacto con el balón y habilidoso con ambas piernas.

Pareció venirle bien al Málaga el tiempo de descanso, porque volvió a salir con la misma intensidad que al inicio del encuentro, con asfixiante presión y juego rápido, poniendo contra las cuerdas a la zaga herculina. Menos de cinco minutos necesitaron los de Javi Gracia para adelantarse en el marcador que, por medio de Amrabat, reflejaba esa diferencia de intensidad entre ambos equipos. Duro mazazo para el Dépor con el que parecía no saber reaccionar. Las posesiones se volvieron escasas y efímeras, y el Málaga disfrutaba de sus mejores momentos del partido. Parecía estar más cerca el segundo gol local que el empate, pero fue en esos momentos de despiste cuando el Deportivo consiguió igualar la contienda con un cabezazo de Oriol Riera que se colaba por el palo izquierdo de la puerta de Kameni. Lucas, muy enchufado durante todo el encuentro, se sirvió de una peligrosa falta lateral para asistir con gran talante al delantero catalán.

Alternativa portugesa

El Deportivo hizo bueno el esfuerzo de Riera al retomar el mando del partido, con un Málaga peligroso, pero no tan entero como los de Víctor Sánchez del Amo. El aspecto físico resultó clave para dominar la segunda mitad, y cuando el fuelle empezó a escasear, Salomao fue elegido para ensanchar los dominios coruñeses, abriendo y profundizando por la desvalida banda izquierda de los andaluces. Más tarde lo acompañaría Postiga que, tras varios meses alejado de los terrenos de juego, regresaba con su equipo para aportar, con más pena que gloria, en la lucha de los suyos. Tras un encuentro abierto desde el principio, ambos equipos pudieron hacerse con la victoria, primero el Deportivo con un zurdazo endemoniado de Lucas que envió el esférico a la madera en una cercana falta al borde del área. Kameni se la tragó, pero el palo no dejó que el gol subiera al marcador; y más tarde el Málaga con un cabezazo de Javi Guerra que Fabricio, en un despeje acrobático, desvió a córner para asegurar un punto que a final de temporada puede que valga oro.