Con un cambio de actitud sin precedentes, esfuerzo y gallardía, el Deportivo puso contra las cuerdas a un Villarreal profundamente mermado para afrontar un final de Liga escarpado e ingrato. Jaume Costas adelantó a los castellonenses con una exquisita vaselina con el exterior del pie izquierdo al inicio de la primera parte. Tanto que fue replicado por Celso Borges tan solo un minuto después, en un remate que se introduciría con la ayuda de Víctor Ruiz. Había que revertir la situación y los jugadores respondieron con altura y perseverancia para obtener el fruto de su esfuerzo, pero no pudo con un Villarreal apático que deslumbró por rachas.

Sigue muy presente el enfrentamiento que protagonizaron esta semana miembros de los Riazor Blues con los jugadores del Deportivo, acusándoles de mercenarios indignos de la camiseta que vestían. Por su parte, la plantilla se dedicó a bregar como una máquina endiablada de fútbol desatado, adelantando como extremos a Luisinho y a Juanfran para dejar lugar en los laterales para Laure y Manuel Pablo. El canario tan solo ha disputado tres encuentros ligueros esta temporada 2014/2015: contra el Real Madrid en el Bernabéu, llevando a cabo una actuación sobresaliente; contra la Real en Anoeta, asistiendo a Toché en el segundo tanto coruñés; y esta noche, contra el Villarreal, en donde se presentó eléctrico e intrépido, ofreciendo destellos de un tiempo pasado que fue mejor, pero que ahora parecer haber encontrado su punto.

El Deportivo salió directo a abordar el área villarrealista, generándo tres peligrodas ocasiones cumpliéndose apenas los 5 minutos de partido. Un primer despiste entre los centrales y el portero dejó el balón franco a Oriol Riera dentro del área, pero el de Barcelona no acertó a superar al joven cancerbero Juan Carlos. Más tarde, un córner botado por Lucas se envenenaría de tal forma que el sustituto por la lesión de Asenjo tendría que verse realmente exigido para impedir que el esférico terminase dentro de la portería. El Villarreal, por contra, se dedicaba a aprovechar los espacios que generaban la exigente y asifixiante presión que ejercían los de Víctor, con el veloz Campbell y sus desmarques de ruptura.

Los de Marcelino se juegan mucho estas últimas jornadas, ya que Málaga y Celta se acercan en su persecución para arrebatarle el derecho a una plaza europea, aunque no presentaron la actitud que ofreció el Deportivo esta noche. Yendo desde el minuto uno a por el partido, a por la puerta de Juan Carlos para obtener una victoria que aúpe el ánimo del equipo y la afición. Prueba de ello fue la rebosante personalidad con la que respondió al gol inicial de Jaume Costa que, en una transición bien hilada de derecha a izquierda por parte del Villarreal, ejecutaría una vaselina de bella factura aunque puede que excesiva. Los jugadores no se vinieron abajo y consiguieron sacar a flote su orgullo para sacrificarse como en pocos encuentros lo han hecho, con unos laterales entregados y solidarios que no dejaron de correr durante todo le partido. Tan solo un minuto después, el costarricense Celso Borges igualaría la contienda con un tiro desde fuera del área que sería desvido por Víctor Ruiz.

A partir de entonces, los herculinos se encomendaron a su suerte con espíritu y trabajo, encerrando a un Villarreal que de vez en cuando encontraba desahogo con alguna jugada interesante por parte de Vietto, pero sin darle continuidad a una idea clara con la que sacar adelante el encuentro. En los últimos minutos sería anulado un tanto a Oriol Riera por un justo fuera de juego tras superar a Juan Carlos y dejando al Deportivo sin tres puntos que se tornaban indispensables.