Un año más arranca el baile. Rumores, consultas, aciertos, palos de ciego. El Deportivo de la Coruña empieza a planificar la plantilla 2015/16, repitiendo categoría por primera vez en cinco temporadas. Como toque de atención, el regusto amargo de aquellos jugadores que llegaron hace un año y no terminaron de rendir como se esperaba de ellos. Intentar hilvanar un equipo de garantías para permanecer en Primera es el objetivo de la secretaría técnica del Dépor.

Los Cuenca, Postiga y compañía

Quizá el caso más llamativo sea el de Isaac Cuenca. El de Reus fue llamado en su día "diamante en bruto" por Pep Guardiola -para tener en cuenta su opinión-, el mismo entrenador que le dio la alternativa con el primer equipo blaugrana. Tras su paso por la Eredivise holandesa, defendiendo los intereses del Ajax, Cuenca llegó a Riazor prometiendo las delicias del respetable. Nada más lejos de la realiad. El habilidoso extremo catalán nunca terminó de arrancar, aunque muchos fueron los que le esperaron. Tanto es así que se llevó alguna pitada esporádica de Riazor, para ir desapareciendo paulatinamente de la titularidad. A pesar de ello, Cuenca ha disputado 27 partidos esta temporada, alternando titularidades y apariciones desde el banquillo casi a partes iguales (14 y 13). Todo ello para acabar sumando 1.455 minutos y dos goles: de penalti ante el Rayo y en el derbi gallego en Balaídos.

Pero Isaac Cuenca no es el único futbolista que ha provocado al decepción de propios y extraños. Luis Fariña llegó procedente del Benfica en calidad de cedido. Un desconocido que dejó su carta de presentación en el Teresa Herrera, donde en apenas seis minutos y dos palmos de terreno mostró su calidad a raudales con dos goles. Ese día salió a la luz su calidad, su inconstancia tardó un poco más. El deportivismo se pasó la temporada esperando más de él, al igual que Víctor Fernández que lo esperó y esperó. Dos partidos pueden resumir su temporada de luces y sombras: ante el Elche en Riazor, donde rompió líneas y anotó el gol (su único gol) de la victoria y ante el Granada en el mismo escenario, cuando tardó un suspiro en entrar al campo y volver a salir expulsado. El talento y el carácter del de Buenos Aires nunca terminaron de mezclar con este Dépor.

Caso particular es el de Hélder Postiga. El delantero luso llegó el deadline para reforzar la delantera. 38 jornadas, una ronda de Copa y una lesión lumbociática después, Postiga tiene 715 minutos y dos goles en su haber. Pobre bagaje para alguien sobre el que recaía la responsabilidad del gol. Otros como Hélder Costa y Borja López han tenido una comparecencia casi anecdótica. El joven extremo luso se dejó ver en contadas ocasiones por el verde, que ya es más de lo que puede presumir Borja, central cedido por el Mónaco durante el mercado invernal.

La larga sombra de Tristán y Makaay

Esta situación no es una novedad de esta temporada. Echando la vista atrás encontramos varios nombres que pasaron por el conjunto gallego con más pena que gloria. Un caso cercano es el de Javier Arizmendi. Sinónimo de aquella jugada ante el Real Madrid que acabó con un remate al poste tras un eslalon "maradoniano". Durante su primera etapa en el Dépor, dejó buenas sensaciones en su debut copero ante el Valencia, en la 2006/07. El canterano del Atlético de Madrid completaría 50 partidos con el club herculino anotando apenas un par de goles en Liga. Con el descenso del 2013, Arizmendi tuvo una segunda oportunidad en Riazor. Disputó 17 partidos, con otros dos goles bajo su firma.

Menos suerte -aún-, tuvieron otros killers, como Omar Bravo. El delantero de la tricolor llegó prometiendo altas cuotas de fútbol y goles. Esas altas cuotas se quedaron en 12 partidos y tres goles, dos de ellos anotados en Copa del Rey. Sebastián Taborda aguantó un poco más en el barco blanquiazul, aunque siempre se esperó demasiado de él. Este delantero desgarbado de trote cauteloso, procedente de Montevideo, defendió la zamarra blanquiazul entre las temporadas 2005/06 y 2007/08. En ese periodo disputo 37 partidos de Liga y anotó cinco goles. En Copa del Rey, el charrúa jugó cinco encuentros, sumando un único gol.

Siempre se pudo elegir mejor. Más aún si comparamos los números de todos estos futbolistas que han pasado, sobre todo, por la posición del '9' con los de otro viejo conocido, Rubén Castro. Al Deportivo de la Coruña le ha costado cinco temporadas encontrar la estabilidad que supone mantener la categoría en la Liga BBVA. Ese periplo por el desierto de ascensos y descensos no debe ser olvidado. Es vital para la viabilidad económica y deportiva del club que se confeccione una plantilla que haga dianas y no dé palos de ciego. Con todo el periodo de fichajes por delante la música empieza a sonar; el Dépor tiene que hacer los deberes para encontrar pareja pronto y no acabar bailando con la más fea.