Un punto más un partido menos, o dos puntos menos un partido más. Botella medio llena o medio vaciá, así es la temporada, y la vida, para el Deportivo. Un equipo concebido para salvarse que transita cómodo por la mitad de la tabla, que es peleón, aseado y que cuenta con dos pistolas por delanteros en las figuras de Luis Alberto y Lucas Pérez; pero que a la vez es conformista, corto de recursos ofensivos y acreedor de varios episodios de infortunio. Cumple, que es lo que se le pide, pero no deslumbra, que es lo que enamoraría.

LUCAS Y LUIS ALBERTO VOLVIERON A HACERLO

Anoche volvió a ser fiel a su idiosincrasia y se echó al zurrón un punto en buena medida gracias a la chispeante conexión de Lucas y Luis Alberto, que volvieron a asociarse para perforar la portería contraria. Fue en uno de los escasos acercamientos coruñeses al área Sportinguista, el jugón de Monelos ganó la posición a Carmona, remontó línea de fondo, levantó la cabeza y envió un pase retrasado a Luis Alberto que el Andaluz mandó a la escuadra para el 1-1.

El gol llegó en el minuto 40, diez minutos después de que el Sporting se adelantara a la salida de un córner con una volea de Jony  que Juanfran desvió a la red. El 1-0 espoleó al Sporting y atenazó al Dépor, que tras haber realizado un primer tiempo bastante correcto de pronto se vió sorprendido por el revés y superado por el ímpetu de los asturianos, hasta que la brillante acción de la doble L puso las tablas en el marcador.

Esos diez minutos fueron la nota discordante a unos 45 minutos muy igualados y con mucho ritmo, en los que ganar un centímetro en una disputa era como tomar la colina del enemigo. Ambos equipos jugaron con la idea de presionar muy arriba y no conceder espacios entre líneas, y desarrollaron su plan con éxito. Sólo la habilidad de Jony rompía las cadenas del partido, mientras que el Deportivo trataba de encontrar a sus puntas con envíos a la banda izquierda.

MEJOR TRAS EL DESCANSO

En la segunda parte el conjunto blanquiazul embridó el frenético ritmo de juego del Sporting y los gijoneses bajarón la presión. Mosquera y Álex ayudaban a los centrales a dar una salida limpia a la jugada y a partir de ahí el Dépor empezó a dominar la pelota. Fueron 20 minutos notables en los que Luis Alberto tuvo un par de ocasiones y Cani y Fajr pasaron de inéditos a participativos. Pero en el 65 Abelardo metió a Halilovic y Víctor respondió dando entrada a Luisinho por Cani. Los mensajes de ambos entrenadores eran claros.

A partir de ahí el Sporting atacó con más ahínco y Sanabria casi transforma un despiste de Sidnei en el 2-1. Minutos más tarde fue Jony, el mejor jugador del partido, el que pusó en bandeja al paraguayo un centro que el delantero cabeceó fuera de los tres palos. A pesar de estos sustos el Dépor controló la situación, y aunque dedicó los últimos veinte minutos a defender el empate pudo llevarse el premio gordo con un zurdazo cruzado de Lucas que sacó el guardameta sportinguista. Visto el devenir del encuentro, quizá pecó de falta de ambición el cuadro gallego, que priorizó mantener el punto a arrancarse a lograr una victoria que no parecía lejana.

En conjunto fue un partido entretenido en el que no abundó el fútbol pero sí lo hicieron el esfuerzo, la emoción y el orden. Con esos ingredientes el empate estaba casi asegurado, y más si en el campo estaba el Deportivo, que lleva 13 en 23 partidos y que no parece que vaya a cansarse de sumarlos. Punto a punto hacía la salvación.