El Deportivo llegaba a Asturias con la convicción de lograr los tres puntos y así romper la mala racha de encuentros sin ganar que acumula el conjunto blanquiazul. Los de Víctor Sánchez del Amo todavía no conocen la victoria en lo que va de año. En el partido los locales lograron ponerle un punto más de intensidad al choque, exigiendo más a los blanquiazules. Fue un encuentro muy disputado, peleando todos los balones divididos y en el que la fortuna y la calidad propiciaron que se pudieran ver dos tantos durante los 90 minutos.

Partido duro y trabado

El tiempo no acompañaba, al igual que estilo de juego del rival. En un día lluvioso el Deportivo se plantaba en la casa de Sporting en busca de imponer su juego y traerse los tres punto para A Coruña.

Desde el comienzo, los locales ejercieron una intensa presión a los jugadores deportivistas. Los blanquiazules no lograban combinar ni se sentían cómodos sobre el césped. La intensidad característica de ambos equipos propició que se viera un duelo no demasiado vistoso para el aficionado, con mucha pelea en el centro del campo y poca actividad en ambas áreas

Con el paso de los minutos la presión de ambos equipos fue disminuyendo aunque el buen hacer de sus defensas impidió que se disfrutara de más ocasiones de las que escasamente hubo.

Un dúo de oro

Lucas Pérez y Luis Alberto o viceversa. En esta ocasión fue el coruñés el que asistió al jugador cedido por el Liverpool para marcar el tanto del Deportivo. Se entiende a las mil maravillas y el público de El Molinón fue testigo de otro buen partido de los dos hombres más adelantados del conjunto herculino.

Durante todo el encuentro Lucas fue un incordio para los defensas, peleando cada balón y presionando a los centrales e incluso al guardameta, propiciando alguna pérdida de balón de los locales. Igualmente supo qué hacer con el balón en los pies, causando mucho peligro en la zaga sportinguista. No logró el gol pero consiguió asistir a Luis Alberto después de una buena jugada yéndose con una facilidad pasmosa de su marcador.

Por su parte Luis Alberto combinó menos que en anteriores encuentros. A diferencia del partido de la semana pasada, frente al Rayo, el atacante deportivista logró marcar gol en su única ocasión durante el tiempo que estuvo en el césped, mientras que en la anterior jornada desperdició varias jugadas muy claras en las que pudo anotar.

Pecar de conformismo

El Deportivo no generó demasiadas oportunidades a lo largo del encuentro, al igual que los locales. Durante el encuentro peleó por la posesión del balón y trató de dominar el partido, al igual que presionaba insistentemente la salida de balón del Sporting.

Durante el último tercio del encuentro, desde la retirada de Cani y la entrada de Luisinho, el balón tuvo un dominador claro, el conjunto dirigido por Abelardo. Dio la impresión de que los de Víctor temían perder el punto logrado durante todo el partido por un despiste y parecieron darle prioridad a proteger su portería más que intentar lograr un gol más. Esta actitud conformista que aparentó tener el Deportivo el otro día fue la que ayudó que el Deportivo sumase un punto en El Molinón. Por un lado, pese a no renunciar al ataque, el equipo dio más importancia a la faceta defensiva del juego pero, a su vez, se evitó una derrota que podría haber creado preocupación en más de un aficionado deportivista. Mientras, el Dépor sigue sin vencer ni perder en esta segunda vuelta.

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