No ganar es duro. Y más en una liga tan competitiva como la Liga BBVA. El Deportivo ha entrado en una dinámica negativa, muy peligrosa, y empieza a recordar antiguos fantasmas de sus amigos de Ipurua. En la jornada 18 de la temporada 2014/2015, el Eibar sumaba 26 puntos y se postulaba como uno de los equipos revelación de la liga española. Una jornada después, encadenaría una racha en la cual sólo sumaría 9 puntos de los 54 posibles. Esto nos lleva a Riazor, y nos lleva a pensar en lo que está ocurriendo con el equipo gallego. El Deportivo, no sabe lo que es la victoria en 2016, año que se está tornando maldito. Desde aquel partido en el que se hizo con la victoria, precisamente ante el Eibar, en la jornada 16, el conjunto gallego no ha vuelto a saborear una victoria.

En San Mamés no cambió nada

Poco más que la alineación cambió. Víctor Sánchez ya anticipó que habría rotaciones en el once. Veía interesante "que entren jugadores más de refresco y con energía", decía el técnico. Y así fue. Con Juanfran, Luis Alberto, Luisinho y Bergantiños en el banquillo, Victor Sánchez trató de dar aire fresco al equipo con la entrada de jugadores como Oriol Riera, Laure o Jonás.  Sin embargo, no pareció un equipo fresco sino todo lo contrario. Transiciones defensivas muy deficientes, dificultades tremendas para sacar la pelota jugada desde atrás, Oriol Riera sin apenas recibir balones (uno de los que recibió fue su gol), etc. Todo ello desembocó en una mala actuación de los de A Coruña, algo que se reflejó en el abultado resultado.

El Deportivo fue en todo momento un títere a merced de lo que hacían los jugadores entrenados por Ernesto Valverde. El Athletic dominó de principio a fin. No encontró en ningún momento problemas para hacer internadas por la banda con centros al corazón del área, donde las esperaba el león Aduriz, que se salió. Su hattrick refleja la actuación también de la defensa deportivista, que no conseguía blocar ni los centros ni los remates del ariete español. Con un 68 por ciento de posesión a favor, el Athletic Club de Bilbao se llevó un cómodo 2-0 al descanso, que pese al manso intento del Depor de remontar el partido en la segunda parte con ese gol de Oriol, permitiría a los leones seguir dominando el partido de forma muy cómoda.

Los jugadores de "refresco" no aportaron

Las innovaciones en el once de Víctor Sánchez tenían el objetivo de introducir aire de refresco al equipo. Sin embargo, jugadores como Jonás, Laure, Fernando Navarro o Pletikosa, que entraba por el sancionado Lux, no tuvieron precisamente su mejor día. Los dos laterales fueron sustituidos en la segunda parte, algo poco habitual en un equipo de fútbol. La responsabilidad de esas constantes llegadas por banda del conjunto vasco recae principalmente en ellos dos, con una mala transición y un mal repliegue defensivo constante. Pletikosa por su parte encajó cuatro goles, lo peor que le puede ocurrir a un portero. No obstante, hay que decir que la defensa no ayudó en absoluto a que Pletikosa cuajara un buen partido. Y cuando digo defensa me refiero a todo el entramado defensivo del equipo. El centro del campo, con Mosquera y Borges, siempre llegaba tarde a la hora de recuperar balones. La presión del equipo era posicional y sin un ritmo alto. Esto todo junto creó un cóctel con muy malas consecuencias: una goleada en contra.

"Beñat nos ha hecho mucho daño. Ha jugado muy fácil y ha distribuido muy bien el juego. Ha tenido libertad para circular el balón y eso nos ha condicionado". Con esas palabras se puede resumir el mal partido de los centrocampistas del Deportivo. Y es así porque, si tu entrenador no define como el hombre del partido al autor de un hattrick, sino a un mediocampista como Beñat, es porque algo mal habrá hecho tu equipo. Y es que si el centro del campo no funciona, el equipo apenas tiene el balón y se resiente mucho. Los gallegos no pudieron arrebatarle el dominio de posesión al Athletic, y si en San Mamés te dominan, en San Mamés acabas perdiendo.

Serenidad y cabeza fría desde el cuerpo técnico."Teníamos la oportunidad de romper una racha negativa, pero no ha sido nuestro día. El equipo ha demostrado que no tiene miedo y no baja los brazos, pero ahora toca analizar este partido, mejorar y prepararnos para el siguiente partido -el domingo contra el Málaga en Riazor- que será de nuestra Liga". Estas palabras del técnico deportivista anticipan tranquilidad desde el cuerpo técnico y desde el propio club. Y es que esos 11 partidos consecutivos sin ganar no parecen poner nervioso a Víctor Sánchez, al que le tranquiliza mucho ver que el equipo sigue con un importante colchón sobre el descenso.

El Deportivo no pierde la esperanza de luchar por la mitad de tabla e incluso por alcanzar los puestos de Europa League, pero la mala dinámica en la que se encuentra el equipo le ha hecho recordar que el descenso está ahí y que el objetivo fundamental es conseguir los 42 puntos que suelen certificar la permanencia. A partir de ahí, el equipo se echará a jugar, a disfrutar, y a probar cosas para el futuro. Y en esa carrera por conseguir cuanto antes la permanencia, lo fundamental es empezar a sumar ya de tres en tres para olvidarse así de estas fatídicas semanas. Todo ello empieza por ganar a un Málaga que viene tocado de su última derrota en casa ante el Valencia.

En el equipo hay optimismo. Tras el partido ante el Granada, el técnico del Deportivo afirmaba que no habían sido inferiores como para irse ese día de vacío. Los jugadores y el entrenador confían en recuperar ese buen juego de la primera mitad de la temporada y tratar de hacer borrón y cuenta nueva tras la debacle en Bilbao, una debacle reconocida por Víctor Sánchez: "El resultado lo dice todo. Ha habido una diferencia muy grande en el aspecto físico. El Athletic ha sabido adaptarse mejor a un campo resbaladizo por la lluvia y esa falta de contundencia defensiva nos ha hecho mucho daño". Veremos si sigue habiendo en los de Riazor fe para seguir creyendo y si pueden enderezar el rumbo y acabar bien el año.