Último partido de la temporada 1990/1991 en la Segunda División, aquel 9 de junio, hace hoy 25 años, el RC Deportivo de La Coruña se jugaba el ascenso a la élite del fútbol nacional ante un Real Murcia que, tras haber liderado la categoría 35 jornadas, llegó a Riazor en ese cotizado primer puesto con 48 puntos pero con el Albacete solo uno detrás. El Dépor, con 46 y en una competición donde las victorias todavía valían dos puntos, tenía la ocasión perfecta para alcanzar a los pimentoneros con una victoria en una auténtica final por escalar el definitivo peldaño.

Es tradición en el club herculino resolver encrucijadas sobre la bocina de la competición. Más reciente se puede encontrar la permanencia en el Camp Nou pero cabe recordar aquella Liga contra el Espanyol, el famoso penalti de Djukic o, como no, aquel gol de Vicente Celeiro en el último minuto de la 1987/1988 que salvó al Dépor de caer a la Segunda División B y seguramente de algo más. Sin el tanto de aquel '7' vilalbés muchas de las páginas históricas, que más adelante se escribieron, no se hubiesen producido casi a ciencia cierta.

Pero centrémonos de nuevo en aquella primavera de 1991. El encuentro comenzó sobre la hora prevista. Sin embargo transcurriendo el tempranero minuto dos, algo sucedería en la grada de Preferencia cuando un intenso humo y unas potentes llamas brotaban de la cubierta hacia las blanquiazules gradas a causa de una bengala. El desconcierto se apoderaba de Riazor, la gente ubicada en la zona escapaba e incluso ocupaba la pista de atletismo obligando a suspender momentáneamente el choque. La rápida actuación de los bomberos y el buen hacer de la gente evitó una tragedia mayor.

Una vez pasado el susto, el colegiado vizcaíno González Lecue reanudó el encuentro 46 minutos después. Caprichos del destino, este incendio permitía que el resto de encuentros de la jornada se fuesen celebrando conociendo sus resultados. Los granas comenzaron el partido mejor, más tranquilos y creando problemas guiados por su estrella argentina Toro Aquino. Poco a poco, los herculinos se fueron haciendo con el control y logran anotar en el 35 en posición adelantada de Stojadinovic que, a pesar de ver su gol anulado, afinaba para lo que estaba por llegar en el segundo acto.

Con el 0-0 al descanso, los fantasmas comienzan a rondar Riazor con la afición preocupada por una victoria imposible. Nada más lejos de la realidad pues, en el minuto 54, una buena jugada entre Villa y Fran acaba en un centro del '10' que aprovecha Stoja para hacer el 1-0 ante el delirio de la parroquia gallega. Los granas, obligados por el resultado, adelantan líneas y esto provoca un riesgo que aprovechan los locales para lanzar peligrosos contraataques. En el minuto 76 llega la sentencia con el 2-0 gracias a un gran pase del recién incorporado Kanatlarovski que de nuevo aprovecha Stojadinovic.

Riazor ya atisbaba el ascenso y se convertía en una gran fiesta. Los Yosu, Albistegui, Lasarte, Djukic, Sabin Bilbao, Gil, Aspiazu, Jose Ramón, Fran, Uralde, Villa, Stojadinovic y, cómo no, Arsenio Iglesias se hacían con un hueco en “o nosa historia”. Se había quemado el “meigallo” y el Dépor volvía a Primera dos eternas décadas después. La celebración, con las tradicionales hormigoneras, se trasladó a Cuatro Caminos donde un positivo visionario Augusto César Lendoiro entonaba el famoso “Barça, Madrid, ya estamos aquí”. Cuánta razón, comenzaba la etapa más gloriosa del club.

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Sobre el autor
Fer Romero de Paz
Soy Fernando Romero de Paz, redactor del Santiago Futsal para la sección Fútbol Sala.