Desde su entrada en el club, Luisinho Correia ha estado rodeado de polémica más por su comportamiento que por su rendimiento. El pasada temporada recientemente concluída fue la más destacada en este sentido sin duda alguna para el luso. En esta polémica se vieron envueltos también el técnico Víctor Sánchez del Amo y el zaguero Alberto Lopo. Ambos han abandonado el club y el luso es el único que se ha mantenido en la plantilla blanzquiazul. Por ello, dos de nuestros redactores debaten sobre si debe o no continuar Luisinho en el Deportivo. 

A favor de que se quede (Jose Souto)

Hablar de Luisinho y su trayectoria en el Deportivo es hablar de un futbolista que ha demostrado un carácter fortísimo, agresivo en ocasiones, pero también es indiscutible su compromiso con el club. Compromiso que el futbolista luso dejó más que claro renovando en un momento especialmente difícil para la entidad coruñesa; apuntando muy bajo en la clasificación a finales de 2014, temporada en la que se consiguió agónicamente la salvación en el Camp Nou.

Y aunque el compromiso no da carta blanca a generar incidentes como el acaecido la temporada pasada con Alejandro Arribas o con Juan Carlos en ese mismo año 2014 pero con el equipo aún en segunda es cierto que hay que analizar muy meticulosamente la situación del jugador natural de Oporto.

El presidente, Tino Fernandez, dijo hace apenas tres meses que Luisinho había terminado su etapa en el Deportivo, pero a día de hoy se ha visto obligado a recular a causa de que el actual inquilino del banquillo, Gaizka Garitano, pidió una nueva oportunidad para el portugués. Partiendo de la base de que Garitano no querrá el mal del Deportivo y sabrá de buena mano tanto lo sucedió el pasado curso con Víctor Sánchez, como lo que pasa actualmente en el día a día algo hará pensar al técnico vasco que el futbolista sabrá aceptar el rol que tenga preparado para el.

Por último, no conviene olvidar que si se habla del Deportivo de la Coruña se habla de un club en graves problemas económicos, y se trata de un futbolista con una más que contrastada calidad para rendir en el equipo. No parece que se encuentre el Deportivo en una situación en la que ayude desprenderse por 0€ de un futbolista más que válido y encima pagar por otro que cumpla su misma función. Siempre y cuando el jugador haya dado carpetazo a sus 'rabietas' y sepa ser el hombre de equipo que el equipo necesita.

Por todo ello la mejor decisión que puede tomar el Deportivo es conservar al luso en la plantilla siempre que este sepa ser un hombre de equipo y no vuelva a generar conflictos internos en el vestuario.

Luisinho no tiene cabida en el Deportivo (Laura Santos)

El luso llegó al Dépor en el mercado veraniego de fichajes de 2013, por aquel entonces a un equipo en Segunda División. Ese año estuvo marcado por una gran participación del futbolista, quien ayudó a ascender al equipo con un total de tres tantos. El siguiente año tendría aún más participación al jugar treinta y cuatro partidos como defensor de la camiseta del conjunto blanquiazul. Esta última campaña, la 2015/16, Luisinho no corrió la misma suerte que en sus dos anteriores años, ya que se vio relegado al banquillo o a quedarse fuera de la convocatoria en múltiples ocasiones. Más o menos participación, pero la trayectoria del lateral se ha visto siempre afectada por el mismo motivo: su mal comportamiento.

Sin ir más lejos, tan sólo dos meses después de su llegada a la ciudad herculina, el jugador mostró mal su carácter. En un entrenamiento matutino en Abegondo del mes de octubre, el luso comenzó a discutir con Culio. Por ello, Fernando Vázquez, el entrenador del Dépor en aquel momento, decidió poner fin a la sesión debido a la insostenibilidad del ambiente. Ambos jugadores iban en el mismo equipo del partidillo que estaba disputando la plantilla, pero comenzaron los reproches entre ellos y tuvieron que ser separados por el resto de sus compañeros.

Al año siguiente, en 2014, la dinámica no cambió. Tan sólo seis meses después de la disputa con Culio, el luso vuelve a tener un enfrentamiento con otro compañero. Esta vez el que sufriría el mal carácter del lateral sería el fabrilista Juan Carlos, quien recibió un manotazo de Luisinho. Esto tuvo lugar tras un ejercicio de circulación de balón en el que el de Portugal hizo una brusca entrada al coruñés, quien le recriminó la dureza de la acción. Esto no fue bien recibido por el lateral y comenzó la riña. Como en la primera ocasión, el resto de compañeros tuvieron que mediar y separar a ambos jugadores, entre los que se encontraba Carlos Marchena, quien recriminó a Luisinho la agresividad que estaba llevando a cabo contra su joven compañero.

Este último año no sería diferente. De hecho, esta pasada campaña fue la más polémica de su trayectoria en el Dépor. En agosto, a pocos días de comenzar la competición liguera, la plantilla estaba disputando en Abegondo un pequeño partido en el que Arribas dio un agarrón a Luis Alberto. A pesar de no tener nada que ver en esta acción, Luisinho se encaró contra el zaguero hasta acercarse cabeza con cabeza, por lo que tuvo que ser separado por sus compañeros en una nueva ocasión en el medio de unas manos que volaban para agredirse mutuamente. Aunque fueron separados, la tensión continuó y llegaron hasta a citarse posteriormente en el vestuario, donde posteriormente salió a la luz que hubo un nuevo encontronazo. El técnico decide por esto poner fin al entrenamiento matutino. De nuevo se detiene un calentamiento por culpa del luso.

Problemas con jugadores, problemas con directiva y problemas con entrenador. Todo lo que tiene que ver con Luisinho se resume en eso: problemas. Pero sin duda esta última campaña, además de la riña con Arribas, el ambiente estalló por su mala relación con el entrenador Victor Sánchez del Amo. Esto hizo que el vestuario se dividiese y comenzase una dinámica de enfrentamientos y malas caras en el vestuario, hecho que se reflejó en el rendimiento de la plantilla en la segunda vuelta. Debido a los numerosos problemas del jugador con el técnico y toda la polémica destapada, la directiva decide poner punto y final al contrato con el entrenador a pesar de sus buenos números y la consecución de la permanencia, el objetivo del club. Bien es verdad que la labor del entrenador es saber liderar la plantilla, pero es importante preguntarse si Víctor fue el culpable de que algunos futbolistas de su vestuario como Luisinho tuvieran el ego demasiado alto y no supieran ver la prioridad del equipo frente a las individualidades.

Alberto Lopo fue otro de los jugadores que tenían mala relación con el técnico. La situación no era buena y el jugador decidió buscar un nuevo destino. Lopo fuera, VSDA destituido. El siguiente ha de ser Luisinho. De ser al revés se estaría premiando por parte de la directiva a un jugador conflictivo que no hace más que crear mal ambiente en el vestuario. Además, su comportamiento también se refleja en el campo: numerosas tarjetas amarillas y expulsiones ha sufrido el jugador por durísimas entradas y por acciones temperamentales que no venían a cuento. No estamos hablando de Leo Messi, tampoco de Cristiano Ronaldo ni Lucas Pérez. Jugadores de la misma calidad que el lateral los hay a montones. Si a eso le sumas que sean buenos compañeros y que miren por el colectivo y no por las individualidades dejando de lado la agresividad, el resultado es fácil de hallar. Todo se resume en palabras de Alejandro Arribas: “Luisinho es un tipo reincidente, tiene problemas con todos. (…) Tenía que haber salido del club en su día, menos problemas habríamos tenido”.