Tras la resaca copera que el Eibar sufría por la dura derrota en el Coliseum frente al Geta, los azulgranas necesitaban una inyección de moral para subir los ánimos. Y vaya si la tuvieron.

El cuadro de Gaizka Garitano tenía que hacer frente a uno de esos partidos en los que pueden pasar de todo, pese a que partían con el papel de favoritos por jugar en casa y por enfrentarse a un equipo que se encuentra en puestos de descenso. Los guipuzcoanos eran conscientes de la vitalidad de este choque contra un equipo que necesita rascar puntos de donde sea.

Esa incertidumbre previa se supera con la intensidad y concentración demostradas a lo largo, sobre todo, de la primera parte. Ambas características son dos de los atributos que mayor definen al equipo revelación de la Primera División y que les hacen competitivos allá donde van.

Esta vez, el objetivo era ganar, no competir, para disipar aquellas dudas que la goleada del Geta pudiese haber generado y poder así seguir creciendo en Liga. El primer paso lo dio el delantero argentino Piovaccari, que en el minuto 3 ya había adelantado al Eibar en el marcador. Los armeros no bajaron los brazos y, antes del minuto 30 de la segunda parte, iban 3-0 arriba e Ipurúa era una auténtica fiesta a la que los almerienses no estaban invitados. Saúl (min. 20) y Albentosa (min. 30) fueron los encargados de materializar las ocasiones que no dejaban respirar al meta rival. Mientras tanto, el Almería seguía en el túnel de vestuarios.

En toda fiesta siempre está el típico aguafiestas que intenta amargar eso que prometía ser una noche para recordar. Ese fue el capitán rojiblanco, Soriano, que dos minutos antes de finalizar la primera parte marcó uno de esos goles psicológicos que son capaces de resucitar a cualquiera. Había partido.

Los primeros 10 minutos de la segunda parte, Ipurúa enmudeció y el conjunto de Francisco se vino arriba teniendo un par de buenas ocasiones para recortar distancias que ni la suerte ni los palos permitieron. Aún así, no era su noche. Y, como aquel que pone esa canción a todo volumen que espabila a cualquiera, apareció Raúl Navas en el minuto 57 para sentenciar el partido. Ni la lluvia ni Soriano iban a poder evitar que la fiesta continuase.

Tras una buena jugada colectiva, Capa puso el 5-1 (min.75) en el marcador con un golazo. Por su parte, Edgar marcó el 5-2 (min. 77) definitivo con el golazo de la noche tras una volea imparable para Irureta.

Primera manita del Eibar en Primera División de su historia que refleja fielmente lo que fue el partido en líneas generales: un avasallador Eibar frente un avasallado Almería. Dos conjuntos semejantes en cuanto a presupuesto y objetivos pero en situaciones bien distintas. Estos tres puntos, sitúan al Eibar 9º con 19 puntos y con los puestos europeos en el punto de mira, tras lograr la segunda victoria liguera consecutiva. No obstante, el Almería continúa en puestos de descenso, 17º con 10 puntos y en una situación alarmante que ya se ha cobrado su primera víctima al haber sido destituido Francisco por el cuerpo técnico andaluz.