Esta semana se hablaba de la final de la Copa del Rey, pero en Eibar la final que interesaba era la que se iba a disputar en el estadio Ciutat de Valencia frente al Levante. Seis derrotas consecutivas llevaban a los de Garitano a la obligación de vencer para no meterse de lleno en la lucha por no descender. El Levante llegaba al encuentro en puestos de descenso y, al igual que los armeros, solo le valían los tres puntos.
Los primeros minutos del partido fueron de dominio granota pero sin peligro alguno. Los vascos eran conscientes de que un punto no era del todo malo y se centraron en no cometer errores que pudieran costarles algún susto. Si el objetivo que había impuesto Garitano a sus pupilos era el de no conceder ocasiones de gol, durante la primera mitad lo consiguió. Por su parte, los locales mostraban cierta tranquilidad, sabiendo que el partido en algún momento cambiaría de rumbo.
Se acerca el tramo final de la temporada y los equipos sumidos en la pugna por el descenso tienen claro que un fallo les puede dejar sin tres puntos que a largo plazo pueden ser vitales. El único tiro con relativo peligro por parte local era un disparo de Morales desde fuera del área que Jaime, quien volvía a ser titular, detenía sin ningún problema. Javi Lara lo intentaba mediante una falta, pero su disparo se marchaba alto.
En la segunda mitad las cosas cambiarían. El partido se abría y las ocasiones comenzaban a llegar. Saúl Berjón tenía una doble oportunidad que era repelida por Mariño. La jugada llegaba tras un buen contraataque pero el guardameta despejaba a córner. Esta ocasión se convertía en un aviso para la zaga levantinista, que vería cómo los atacantes visitantes comenzarían a llegar con más peligro. Minutos más tarde, nuevamente Saúl Berjón intentaría adelantar a los suyos. Sin embargo, su volea se marchaba desviada.
Era el minuto 55 cuando Bóveda se incorporaba al ataque por la banda derecha y realizaba un centro al corazón del área. El balón iba justo a donde se encontraba Saúl que, con una fantástica volea, ponía el balón dentro de la portería. Un auténtico golazo para hacer justicia a lo que se había visto durante la segunda mitad, donde el Eibar estaba siendo superior al Levante.
Parece que el gol hizo despertar al Levante, que estaba en un estado de coma, perdiendo y viendo cómo podían pasar una jornada más en descenso de no lograr la victoria. Tocaba ponerse las pilas, al igual que ocurría frente al Granada, para voltear el luminoso.
La suerte y la falta de contundencia defensiva armera ponían el empate en el marcador.
El Zhar se ponía la capa de superhéroe y, tras tirar un caño en la esquina del campo, cedía el balón a Toño, que ya estaba dentro del área. El lateral disparaba de mala manera pero su tiro era desviado por Barral quien, casi sin querer, colaba el balón dentro de la portería de un Jaime que nada pudo hacer. La suerte y la falta de contundencia defensiva armera ponían el empate en el marcador.
El gol local activó el estado de emergencia en un Eibar que no supo rehacerse del mazazo. Así era como en la siguiente jugada, nuevamente Nabil El Zhar lograba adentrarse en el área visitante. Ekiza interceptaba la jugada del atacante y despejaba el balón. Sin embargo, el despeje del central vasco se estrellaba en el cuerpo de su compañero Raúl Navas. Uche se encontraba con un regalo en forma de asistencia que le dejaba solo ante Jaime, casi batido y que no pudo detener el disparo cruzado del delantero. El Levante volvía a lograr remontar un marcador adverso.
A partir del segundo tanto, el Levante se defendió a la perfección y no permitió que el Eibar pudiera empatar. Con el pitido final de Fernández Borbalán se certificaba una nueva derrota del Eibar, que suma siete derrotas consecutivas. Además, los visitantes se quedaban con uno menos tras la expulsión de Dani García por doble amarilla, por lo que se perderá el duelo frente al Barcelona.
El Eibar suma siete derrotas consecutivas y está a tan solo tres puntos del descenso
A tan solo tres puntos del descenso y con un partido más que el resto de equipos (excepto el Levante, lógicamente), la situación en Ipurúa no es la que se esperaba después de la primera vuelta y, como era de esperar a principio de temporada, los armeros tendrán que pelear mucho para mantener la categoría. El conjunto de Lucas Alcaraz, por su parte, toma un respiro, pero no se pueden confiar, pues esta misma jornada podrían volver a caer a puestos de descenso.
