A principios de esta semana, surgió la posibilidad de que Gaizka Garitano continuara siendo el entrenador del Eibar. A pesar de que el deriotarra anunció su marcha de manera repentina en la sala de prensa de Ipurua tras el fatídico descenso, el descenso administrativo del Elche abrió una puerta en su continuidad que el Eibar se ha encargado de cerrar.

Garitano decidió dimitir como técnico del Eibar porque no se había cumplido el objetivo de la permanencia y según indicó en su última rueda de prensa, "un entrenador que desciende no merece seguir". Sin embargo, cuando se confirmó el regresó a la categoría de oro, el entrenador vizcaíno reconoció que le gustaría seguir, entre otras cosas, porque tenía contrato.

El deriotarra tenía en su contrato una claúsula de renovación automática en el caso de que el Eibar se mantuviera en Primera División. La situación contractual del preparador vasco, al igual que la de futbolistas como Javi Lara o Jaime Jiménez, cambió radicalmente con la decisión del Juez Único y de la noche a la mañana, pasaba a tener contrato con la entidad armera.

Sin embargo, el Consejo de Administración decidió despedir a Garitano tras una tensa reunión, que superó las cinco horas y estuvo formada por dos bandos. Por un lado, los que apostaban por su continuidad, entre los que figuraba Jose Antonio Fernández, propietario de Hierros Servando. En el otro bando, Alex Aranzabal y varios directivos defendían la idea de apostar por un proyecto nuevo.

Este último grupo se impuso en una votación ajustada. El fútbol es un deporte que carece de memoria y en el que sólo cuenta el presente. En las oficinas de Ipurua ya han olvidado todo lo que ha hecho Garitano. La realidad es que el artífice de los mayores éxitos en la historia de la entidad guipuzcoana se marcha por la puerta de atrás a pesar de que quería seguir en el Eibar.

El conjunto guipuzcoano ya está trabajando en la búsqueda de un nuevo técnico y a día de hoy, José Luis Mendilibar y Asier Garitano son los dos entrenadores que más agradan a la secretaría técnica del Eibar. El primero conoce a la perfección la casa y estuvo a punto de ascender al equipo hace una década, mientras que el preparador de Bergara está haciendo una gran labor en el Leganés y en Ipurua cuentan con muy buenos informes.