El fútbol es un maravilloso deporte que tiene una virtud que le diferencia de los demás deportes. Es capaz de hacer olvidar a los aficionados de sus penas por un tiempo. Dentro de un mundo en el que el dinero cada vez tiene mayor protagonismo, el amor a unos colores sigue prevaleciendo en las gradas. Por eso, el fútbol es un deporte tan grande.

En Eibar esta semana se mirará la clasificación más veces que nunca. Los armeros disfrutarán del liderato de la máxima categoría del fútbol español tras imponerse con absoluta claridad al Granada en el debut liguero (1-3). El equipo con el presupuesto más bajo de la categoría y la ciudad con menos habitantes de Primera División. Afortunadamente, el dinero todavía no lo es todo en este deporte.

Solidez defensiva y mucha determinación

Ni en el mejor de los sueños hubiese imaginado José Luis Mendilibar vivir un debut tan plácido. El técnico de Zaldibar sorprendió con una propuesta valiente y un sistema de juego formado por tres centrocampistas. Dani García como mediocentro defensivo, arropado por Gonzalo Escalante y Adrián González. La medular armera funcionó a las mil maravillas y esa fue una de las claves.

Un Eibar renovado en el que hasta siete caras nuevas formaron en el once titular. Irureta, Capa, Dani García y Saúl Berjón fueron los únicos supervivientes del curso pasado. El rendimiento colectivo del equipo fue excelente. Basados en una gran solidez defensiva, mucha determinación en el juego y una tremenda pegada en los últimos metros, los armeros dieron toda una lección táctica en la primera parte.

El arranque del encuentro estuvo marcado por un ritmo de juego trepidante. Ambos apostaron por un fútbol ofensivo y muy directo, aunque las ocasiones se hicieron esperar. El Granada salió con la intención de llevar el control del partido, pero se encontró con un Eibar con las ideas muy claras. Mendilibar apostó por adelantar la línea defensiva y presionar la salida de balón de los locales.

Una apuesta ambicioso que surgió efecto. El conjunto nazarí tenía muchos problemas para llevar el balón a zonas de peligro y el dominio de la pelota era totalmente estéril. El Eibar encontró el botín a su buen hacer en la primera llegada clara sobre la portería de Andrés Fernández. Fue en una gran internada de Luna por la izquierda, que asistió a Adrián y éste definió a la perfección.

Superioridad aplastante en la medular

Los armeros dieron un paso atrás tras el tanto inicial, pero mantuvieron la agresivad que tan buen resultado le estaba dando. Dani García y Escalante se convirtieron en los dueños del partido y los locales fueron incapaces de generar fútbol por dentro. Al Granada sólo le quedaban las bandas para llegar, pero tampoco fue capaz de profundizar.

La única acción peligrosa por parte de los hombres de Sandoval llegó en un buen desmarque de El Arabi, que obligó a intervenir a Irureta. A los andaluces no se les puede achacar que no lo intentaran, pero se encontraron con un Eibar muy inspirado. El equipo vasco salía con mucho peligro cada vez que recuperaba y la banda izquierda se convirtió en la vía principal para generar peligro.

Luna volvió a ser el protagonista en el segundo tanto de los eibarreses. Otra buena internada por la izquierda después de una buena combinación entre Keko y Saúl, acabó con un centro lateral desde la línea de fondo del lateral balear. Andrés intentó despejar el balón con la mala fortuna de que el rechace fue a parar a los pies de Escalante, que marcó a placer.

Salva Ruíz acabó con el sueño de la remontada

El margen de mejora del Granada era amplio y Sandoval buscó soluciones tras el descanso. Dio entrada en el campo a Miguel Lopes e Isaac Success en detrimento de Foulquier y Piti. El técnico madrileño encontró la reacción que quería con la presencia del extremo nigeriano sobre el campo. Success le dio la profundidad necesaria al equipo nazarí para generar peligro y el Eibar empezó a sufrir. 

Rubén Rochina recortó distancias en el marcador tras una gran jugada precisamente del futbolista africano. Eran los peores momentos de un Eibar al que le duraba poco el balón y había perdido el control del partido. Los de Sandoval pasaron de estar muertos a estar totalmente vivos, hasta que Salva Ruíz fue expulsado tras realizar una dura entrada sobre Dani García.

Con superioridad numérica, el Eibar recuperó el control del partido. Pero el Granada siguió buscando con mucho empeño el tanto de la igualada y el sufrimiento armero continuó hasta que Arruabarrena, que acababa de entrar al campo, remataba en boca de gol una prolongación de Ramis en el primer palo tras un saque de esquina de Saúl Berjón.

Las lesiones de Adrián y Sergi Enrich, que sufrió un nuevo esguince de tobillo, fueron las únicas notas negativas de un partido que en Eibar tardará en olvidarse. Un encuentro que demuestra la gran labor realizada por la secretaría técnica a lo largo de estos dos meses. Es cierto que lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. 

Las pretemporadas son importantes a la hora de cargar las piernas, pero no hay que darle demasiada importancia ni al juego ni a los resultados. El inicio del campeonato es el que pone a cada equipo en su sitio y de momento, en Eibar debe prevalecer la sensación de que hay un bloque muy competitivo. Vendrán épocas duras. Ahora toca disfrutar del momento.