Este Eibar va en serio. Si todavía había algún escéptico, el derbi vasco ante el Athletic habrá resuelto sus dudas. Hacía mucho tiempo que Ipurua no disfrutaba tanto con su equipo. Los armeros confirmaron que el excelente debut liguero en Granada no fue una simple casualidad. Todavía es pronto, el campeonato no ha hecho más que comenzar, pero lo que si es cierto es que el Eibar va por buen camino.

La llave de la permanencia pasa por Ipurua. Hacer del estadio eibarrés un fortín aumentará ostensiblemente las opciones de permanecer una temporada más en la máxima categoría. Si el Eibar es capaz de mantener la intensidad exhibida este domingo, ganar en Ipurua se va a convertir en una tarea sumamente complicada para los rivales.

Lección táctica al Athletic

Cuando una cosa funciona, lo recomendable es dar continuidad. Mendilibar repitió el mismo once que tan buenos resultados le dio en Granada, con la excepción de la portería. Asier Riesgo, sancionado por acumulación de tarjetas en el debut liguero, es el elegido por el entrenador de Zaldibar. El cancerbero de Deba tuvo un debut plácido en su regreso a Ipurua, ya que pasó inadvertido.

Algo que habla a las mil maravillas del excelente encuentro realizado por el conjunto eibarrés. En la primera parte sólo existió un equipo y fue el Eibar. Los de Mendilibar volvieron a dar una lección táctica con Dani García y Escalante como artífices principales. Se hicieron los dueños de un centro del campo en el que ni Elustondo ni Beñat impusieron su autoridad.

El Athletic mostró señales preocupantes en la sala de máquinas. Una medular con muy pocas ideas y que se vio claramente superada. La posesión se la repartieron entre ambos equipos, pero el Eibar encontró la profundidad que nunca tuvieron los leones. Iraizoz fue el gran protagonista del cuadro vizcaíno y uno de los pocos que se ganó el sueldo.

Las únicas ocasiones llegaron por parte del Eibar. Saúl fue el primero en avisar tras finalizar una gran jugada. Posteriormente, un cabezazo de Dos Santos a balón parado estuvo a punto de acabar dentro de la portería. Los eibarreses estaban firmando una sobresaliente primera mitad en la que sólo faltaba el gol. Y éste acabó llegando.

Fue en un grave error de Laporte en la salida de balón. Keko le robó la cartera y acabó siendo derribado por el central francés dentro del área. Saúl se encargó de transformar magistralmente la pena máxima. Un tanto que hacía justicia y reflejaba la superioridad del Eibar en la primera parte. Si el ambiente en Ipurua era excelente antes del tanto, con el gol se rozó la apoteosis.

Un quiero y no puedo

Valverde movió ficha en el descanso y cambió de una tacada toda la banda izquierda. Lekue e Ibai Gómez se quedaron en el vestuario y dio entrada en el campo a Sabin Merino y Susaeta. De Marcos pasó a ocupar el lateral izquierdo y el Athletic se hizo con el dominio del balón. Esos fueron los únicos cambios con respecto a la primera mitad.

Porque el Eibar no vio peligrar en ningún momento el control del partido. Los armeros no se descompusieron pese a la posesión del cuadro rojiblanco. De hecho, las mejores ocasiones continuaron siendo del equipo de Mendilibar. Keko pudo ampliar las distancias tras un gran pase de Sergi Enrich, que realizó un partido sensacional, pero la portería se le hizo pequeña en el mano a mano con Iraizoz. El guardameta navarro mandó el balón a córner.

En ese saque de esquina, el Eibar asestó el golpe definitivo al Athletic. Saúl envió un balón pasado al segundo palo y Adrián, en un remate espectacular, terminó de sentenciar a los leones. El madrileño ha entrado con buen pie en el equipo armero. La pasada temporada no marcó ningún tanto en el Elche. Este año lleva dos en otros tantos partidos.

Todavía quedaba media hora, pero la impotencia del Athletic en ataque convertían los dos goles de diferencia en una losa insalvable. Los leones, fieles a su espíritu competitivo, no tiraron la toalla, pero en todas las acciones se encontraron con un trabajo defensivo incansable de todo el Eibar. Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo.

Mendi ha dado con la tecla y este Eibar transmite cosas muy positivas. Sin balón se cometen muy pocos errores y el poderío físico del centro del campo está siendo una de las grandes claves. Hacerle ocasiones claras al equipo vasco no parece sencillo hasta el momento y la calidad en la creación es más que evidente. En Ipurua sólo hubo un equipo y ese fue el Eibar. Qué el sueño no pare.