Alex Aranzábal dejó de ser ayer presidente de la Sociedad Deportiva Eibar. El ya expresidente, en su despedida en Ipurua, hizo un repaso de su estancia en el conjunto guipuzcoano, al que deseó la mejor de las suertes a partir de ahora: "Deseo lo mejor para el Eibar, que se sigan cumpliendo los objetivos y generando nuevas ideas para que el club siga creciendo. Termina un ciclo que comenzó hace once año que han sido de transformación y valentía. En los últimos cuatro años hemos cambiado de jugar en Lemona, Guijuelo o La Muela a hacerlo en el Santiago Beranabéu o el Camp Nou.  Hemos pasado de aforos de 800 espectadores a tener más de 5.000 socios”.

El eibarrés, por otro lado, destacó los logros conseguidos por parte del club, que ha pasado de estar en una situación crítica en Segunda B a tener cada año el mayor presupuesto de la historia en la Liga BBVA.“En Segunda B tuvimos que hacer recortes que supusieron por ejemplo la desaparición del Eibar B y la temporada pasada tuvimos un superávit de 4 millones, que este año son diez, con lo que en términos porcentuales el Eibar es uno de los clubes más rentables de Europa. La imagen de la marca Eibar es ahora reconocida mundialmente y vamos a vivir nuestra tercera temporada en Primera División. Hemos conseguido entre todos que este Club sea objeto de estudio en la Universidad”.

Por otro lado, Aranzábal se mostró agradecido con la gente que ha trabajado en la transformación del Eibar en los últimos tiempos: “Nada de esto hubiera sucedido si en muchas ocasiones no hubiésemoas dado un paso adelante y hubiésemos sido valientes en asuntos como la ampliación de capital. La mayoría de las palancas de transformación han generado ciertas dudas en un principio. Agradezco a todas las personas que han formado parte de este viaje increíble y emocionante”.

El expresidente, finalmente, señaló que se marcha tranquilo del conjunto armero tras una etapa en la que el desgaste ha sido cada vez mayor. “Estos siete años y medio han supuesto un desgaste cada vez mayor y ha llegado el momento en que he decidido marcharme. Tanta dedicación, entrega y sacrificio de la vida personal me han supuesto estar cansado, desgastado y agotado. Me voy tranquilo, con la sensación de que ha sido un viaje extraordinario”.