El inicio de temporada para el Elche ha sido desafortunado como mínimo. El primer partido en Vallecas fue desastroso, imprecisos en defensa y casi nulos en ataque; el segundo cambió por completo la apariencia del equipo, pero un momento de despiste dejó escapar dos puntos; el tercero ha acabado en empate, otra vez solo un punto, pero las sensaciones son diferentes. En el Martínez Valero contra la Real Sociedad, el Elche se adelantó primero y los donostiarras empataron mediada la segunda parte. En Almería, fue el Elche el que empató en la zona Cesarini para arrancar dos puntos al Almería, ahondando en la herida de los andaluces en los últimos minutos.

El gran protagonista de esos últimos minutos en el estadio de los Juegos del Mediterráneo fue Richmond Boakye. Un jugador que lo ha hecho todo muy rápido: llegó a la ciudad el martes, firmó el miércoles,el jueves entró en la convocatoria antes de confirmar su ficha y el viernes supo que podría jugar solo apenas unas horas antes del partido. Desde el banquillo vio cómo el Almería se adelantaba en los primeros minutos, cómo el Elche pensaba que se iría al descanso con el empate marcado en el minuto 45 y cómo el Almería le quitaba la ilusión justo antes de pitarse el descanso. Una media hora más tarde, llegaría el gran momento de la noche.

Richmond Boakye apenas jugó una media hora. Pero dejó varios detalles. Entre ellos su complicidad con Coro. Llegando al final, en el minuto 88, Carles Gil conduce el balón por la derecha. Centra y Boakye deja sutilmente hacia atrás para el remate de Ferràn Corominas (4:01), que controla y dispara alto. A pesar del fallo, los dos delanteros encontraron un camino para asociarse arriba. Algo que Coro, fijo en el once desde su llegada a Elche, no encontraba con Manu del Moral. A priori, si Fran Escribá decide alinear a Boakye como titular, el sacrificado sería Manu del Moral. El ghanés ha hecho en media hora solo un remate menos que Manu en tres partidos (3 para Boakye, 4 para Manu).

Al margen de los pases a sus compañeros, Boakye destacó desde el primer momento por su facilidad para armar el disparo. Cuando controló el balón y se vio con opciones de hacerlo llegar a la portería no dudó en probar fortuna. Los dos primeros tiros a puerta fueron desde posiciones escoradas, no se frustró, en el minuto 94, recogió el balón y armó un disparo seco y fuerte a la portería de Esteban que supuso el empate. Por otro lado, su mapa de movimiento deja entrever sus posiciones preferidas: la posición de remate y las dos bandas, apenas se movió de ahí.

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Charly Sogorb
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