Llegó el lunes y, por lo tanto, arribó la hora de que ilicitanos y vallisoletanos se enfrentaran. Los hombres de Fran Escribá se medirían contra un Valladolid que querría continuar por el buen camino encauzado antes del parón frente al Getafe, ante el que lograron sus primeros tres puntos,  en un Martínez Valero repleto de aficionados ansiosos de ver el primer triunfo de los suyos en la vuelta a la máxima categoría y que crearon un gran ambiente en su feudo.  

El cruce dio comienzo y el primer tercio estuvo compuesto por muchas idas y venidas por parte de ambos equipos, un inicio con mucho ritmo en el que los de Juan Ignacio Martínez no lograron concretar ninguna jugada, al contrario de los locales que pudieron poner el primero en dos ocasiones. Una en el 7’ que llegó procedente de un centro desde la izquierda que remató Corominas cerca del área pequeña y otra en el 11’ mediante una buena recuperación en el centro del campo y automático disparo de Rubén Pérez desde el círculo central, pero ambas fueron frenadas por dos buenas intervenciones de Mariño.

Desde el 15’ hasta la media hora de juego el partido estuvo marcado por un cambio en el dominio, los blanquivioletas arrebataron la batuta del encuentro al Elche, hicieron menguar la presión inicial de estos por momentos dando su mejor versión y tuvieron las mejores ocasiones para adelantarse.

Primero un inconmensurable Bergdich se metería en el área por el flanco derecho deshaciéndose de Damián Suarez con una gran jugada personal y mandaría un buen pase de la muerte que despejó in extremis la zaga ilicitana. El Valladolid se había desatado y tendría un par más. En el 30’ Rueda conectaría mediante un gran envío entre líneas con Javi Guerra, situado cerca de la frontal, pero el delantero desperdiciaría una de las mejores ocasiones por culpa de un mal control.  Dos minutos después volvería a tener otra al rematar un buen centro por la derecha de Rukavina con una volea que salió mansa y atrapó sin demasiados problemas Manu Herrera. En el 35’ se produciría la última gran oportunidad y sería para los locales que, gracias a un buen envío largo que controló magníficamente Boakye y que éste a punto estuvo de mandar hacia el arco de no ser por una buena intervención defensiva de la defensa visitante arrebatándole el balón, estuvieron cerca de cantar el primero.

Con mucho movimiento pero con poca finalización se llegó al término de una primera mitad que se extinguió con un 0-0 que supo a poco tras el buen espectáculo presenciado.

Más de lo mismo

El segundo tiempo dio comienzo sin ningún cambio. Mismos jugadores y mismo inicio con unos franjiverdes que acecharon en varias ocasiones el arco contrario con un punto álgido en el 52’. Fidel desbordó desde la izquierda hacia el centro  y el balón quedó suelto en la frontal para que Javi Márquez se sacara un trallazo de primeras que despejó Mariño con dificultades.

La entrada de Valdet Rama por un lesionado Marc Valiente  dio un plus a los de Juan Ignacio Martínez. El recién incorporado apenas tardaría unos pocos minutos para en el 58’ desbordar por la izquierda, buscar hueco hacia el centro y disparar desde la punta zurda de la frontal en un trallazo que salió rozando el palo derecho.

Los segundos 45 minutos tuvieron menor ritmo de ocasiones pero se continuó con un activo juego de idas y venidas. En el 84’ Valdet Rama continuaría siendo uno de los más destacados del Pucela, entraría por la izquierda volviendo a hacer la misma jugada con recorte hacia fuera y un disparo, esta vez al palo zurdo, que atrapó sin demasiados problemas Manu Herrera. Poco después respondería el Elche mediante una falta desde el centro que sacó Albácar con un potente tiro que salió un poco centrado y que fue desviado por un salvador Mariño. El ex del Villarreal, con muchas intervenciones de nivel, salvó a su equipo y hizo perder la paciencia a un Elche que vio como sus múltiples intentos quedaban en nada y el partido se moría con un nuevo empate que regala un punto a ambos.

Los locales continúan sin conocer la victoria y permanecen otra jornada más en la zona baja mientras que los visitantes, apenas con un punto más, se colocan en la zona media de una, por el momento, apretada tabla.