En la balanza que otorga el éxito de un equipo suelen pesar más los problemas que los puntos positivos, sobre todo si la situación inestable a la que se ha llegado está provocada por una mala gestión del ámbito extradeportivo. “Es difícil mantener a un filial en esta categoría”, aseguró Vicente Mir, entrenador del Elche Ilicitano, en la rueda de prensa previa al partido contra el Gimnàstic, donde además, aceptó ser “el máximo responsable del descenso”, aunque también reconoció la existencia de otros motivos que han llevado al equipo a la dura situación en la que se encuentra.

Y no, a Mir no le faltan aspectos de los que pueda quejarse. El primer asunto que reprochar al club es la mala planificación de la plantilla. El entrenador del Ilicitano ha tenido que lidiar con una gran inestabilidad causada por el corto número de jugadores de los que dispone el equipo, y a este problema se le suma que el Elche ha tenido que contar en buen número de partidos y entrenamientos con jugadores del filial. Este baile caótico de convocatorias, alineaciones y ausencias de jugadores clave como Pol, Gálvez o Fragapane ha provocado que el equipo, al no tener continuidad, tuviera dificultades para alcanzar y pulir una idea clara de juego.

La falta de experiencia de la plantilla también ha sido un problema. La formación titular de la temporada pasada tenía a cinco jugadores que superaban los 23 años, mientras en el actual curso sólo hay dos, el capitán Sergi Guilló y Arques. Ha habido juveniles que han rendido a buen nivel, como por ejemplo Rubio, pero un equipo no se debe encomendar por completo a jugadores poco experimentados.

Pero probablemente la inestabilidad interna del club es lo que más ha podido influir para que esta temporada haya sido una etapa para olvidar. La actitud de los jugadores es irreprochable, pero el retraso de los pagos en las nóminas, tanto de futbolistas como de miembros del cuerpo técnico, ha dejado a los componentes del equipo en una situación complicada. Además, por el mal estado del estadio Díez Iborra, el filial franjiverde tuvo que mudarse durante unas jornadas al estadio Isabel Fernández de Torrellano. La afición que acudía a este estadio era notablemente menor y el conjunto blanquiverde no gozó del apoyo de la hinchada en un momento tan difícil.

“Aquí hay futbolistas aprovechables para el año que viene”, esas fueron las palabras esperanzadoras de Vicente Mir después de que el equipo descendiera matemáticamente. Y es que, pese a que la temporada no ha sido buena, hay un buen número de motivos para pensar que la siguiente será mejor.

Por encima de todo, en líneas generales, está la actitud de los jugadores, que han demostrado un compromiso y una dedicación innegable. Esas ganas de encarar los problemas extradeportivos jugando al fútbol han dejado grandes momentos como la victoria en casa del Mallorca B (2-5) o el empate a domicilio del pasado sábado (1-1) contra el Gimnàstic Tarragona, el mejor equipo del grupo, el cual ha demostrado estar un nivel por encima de los demás conjuntos.

Hay palabras positivas para la mayoría de jugadores, pero cuatro nombres propios son los que relucen sobre el resto de la plantilla y hacen un poco más llevadero el drama del descenso.

Gálvez, el comodín del Elche Ilicitano, ha jugado 27 partidos con el filial y 5 con el primer equipo, y además de haber sido el mejor central del conjunto, ha jugado de mediocentro cuando se le ha necesitado, cumpliendo a buen nivel.

Mario Arques, un centrocampista inamovible para el esquema de Mir durante toda la temporada que ha demostrado que además de tener las cualidades necesarias para comandar el eje del campo ilicitano, tiene pegada: Sus cinco goles en liga lo certifican.

Ruben López Rubio fue la gran revelación de los primeros partidos de la temporada. Ha marcado gol en tres de los únicos cuatro partidos que ha disputado completos, y en dos de ellos lo hizo por partida doble. En la segunda vuelta se desinfló, aunque tampoco tuvo muchas oportunidades de reivindicarse, pero con tan sólo 19 años es uno de los jugadores que más promete de la plantilla. Es, con cinco goles, el máximo anotador del equipo junto a Mario Arques.

Fragapane ha sido una pieza clave en la delantera del equipo, anotando cuatro goles y habiendo jugado 27 partidos, 24 de ellos como titular. Escribá le ha convocado varias veces y ha llegado a jugar tres partidos con el Elche.

La temporada casi ha acabado, ya sólo queda el trámite ante el Sant Andreu (también descendido). “Habrá que trabajar e ilusionarse para volver a subir”, así habló Vicente Mir que ya piensa en recuperar la división el año que viene, en devolver al equipo a su sitio. Los jugadores han perdido partidos, sueldos y la categoría, pero visto lo visto, lo que no pierden nunca son las ganas de competir.